Capítulo 34

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Su cabello estaba peinado en un moño desordenado, sus labios se miraban rosas y su vestido era perfecto, ajustado, negro, y de espalda descubierta. Justo como me gustan.

-Flaco -me sonrió.

-Belleza -le sonreí de vuelta.

Nos quedamos en silencio unos segundos.

-¿Tres botellas? -dijo sonriendo.

-Quieren que hagamos una locura -reí.

Ella negó con su cabeza. Tomamos un par de copas, al principio lo tomábamos con calma, nada apresurados, pero luego comenzamos con las confesiones y la primera botella bajo rápidamente.

-¿Sí o no? -le dije.

-No, no, no -me dijo- Bueno quizás

-¡Lo sabía! -me desplome en la silla.

-Pero no es culpa mía -dijo riendo- ¡Todos lo piensan!

-¡Bebe! -serví de nuevo en su copa- Nunca pasó nada entre Paola y William

-Vale, vale -tomó de golpe el líquido- Ahora tú, dime la verdad... ¿Cuál es tu parte favorita del vestido?

-Golpe bajo -comencé a reír- Que no puedes usar sujetador

-¡Lo sabía! -sirvió otro poco en mi copa y en la suya- ¡Salud por la libertad!

-¿Cuál libertad?

-La de mis pechos -dijo obvia.

-En definitiva apoyo eso -dije riendo- ¡Salud!

Estábamos haciendo preguntas sin sentido, había momentos donde nos besábamos y quizás había una que otra caricia pero eran interrumpidas por nuestras risas en conjunto.

-Bueno, bueno, si lo haces son €30 -le dije.

-No debiste apostar -se puso de pie y quitó sus zapatillas- ¿Listo?

-Siempre

Acomodo la silla un poco más a la izquierda, camino un par de pasos y me miró. Corrió hacia mí, se impuso sobre sus pies y termino sobre mis piernas, con cada pierna al lado de mi cintura.

-¿Decías bebé? -susurro.

-Jamás volveré a dudar

Después de tres botellas comenzamos a bailar, la música era muy buena, ya estábamos ebrios, podía sentirlo; todo estaba dando vueltas, en verdad, saltábamos sin razón aparente, actuábamos como locos, era genial.

(leer escuchando el vídeo)

Pasaron dos horas y la música había cambiado a un tono más tranquilo, ahora solo bailábamos con nuestros cuerpos entrelazados, nuestras manos estaban unidas y nuestras miradas conectadas.

-Hoy fue un gran día -le susurre.

-No quiero que termine -me dijo- La pase muy bien

-Yo también -sonreí. Pude sentir como se aferraba a mi espalda- ¿Qué ocurre amor?

-Nada -susurro- Todo esta excelente, es solo que se siente como casa

Y era verdad era una sensación indescriptible, porque no había forma que fuese lógica.

-Solo quiero ser feliz mientras dure la historia -me dijo.

La tome por su cintura y eleve en el aire, le di un giro formando un círculo perfecto con sus pies.

-¡Eso no importa! -le dije- No importa que paso antes o que pasara después, solo baila conmigo, lo recordare por siempre

Es como si volviera a vivirlo, puedo verla sonreír y acercarse a mí para bailar. Sus ojos brillando bajo las luces, aún recuerdo su aroma, aún recuerdo como recostó su cabeza sobre mi pecho y susurro por primera vez te amo.

***

-Lo siento mucho -me dijo.

-No te preocupes a todos nos pasa -le dije sujetando su cabello.

Ella regreso el rostro en dirección opuesta a mí y volvió a expulsar el contenido de su estómago. Creo que no estaba acostumbrada a beber como yo lo hacía.

Entonces de pronto ella sonrió sobre su hombro. Por un minuto estuve completamente sobrio.

La lleve de regreso a su dormitorio, la acerque a mi pecho, ella cerro sus ojos un momento.

-Quédate -me dijo cuando llegamos a la puerta.

-Ya te lo he dicho -coloque un mechón detrás de su oreja- Creo que debes descansar

La historia que nunca contéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora