La primera semana de mayo paso muy rápido, Cassie no llego ninguno de los días, intente llamarla, enviarle mensajes pero todo era en vano, ella no estaba. Entonces el segundo miércoles del mes camine a su dormitorio, toque suavemente un par de veces esperando que llegara alguien.
-No quiero más reproches William, estoy bien -dijo abriendo la puerta, al verme de pie su rostro se congeló.
No reaccione al escuchar que William había estado antes ahí, porque lo olvide todo cuando mire su mejilla izquierda, en ella se encontraba un hematoma en tonos morados y azules, aunque intento ocultar el rasguño en su cuello pude verlo. Y cuando menos lo espere la puerta estrello en mis narices.
-Cassie abre la puerta
-William te llamo, ¿verdad?
-Estoy bien, se lo dije a él-Él no ha dicho nada
-¿Qué haces aquí entonces? -dijo aun detrás de la puerta.
-Siendo honesto, estaba preocupado, han pasado casi quince días desde la última vez que nos vimos
-Estoy bien Patrick -dijo.
-Tus golpes dicen lo contrario...
Pude escuchar como suspiro y el seguro se retiraba de la puerta.
-Si te dejo pasar prometes no preguntar acerca de ello -me miró.
-Claro que no, ahora más que nunca quiero saber que paso
-Tengo bombones -susurre.De inmediato la puerta se abrió dejándome pasar. Después de dos horas no logre que hablara, ella evitaba a toda costa mis preguntas.
-Por favor solo deja de preguntar...
-Quiero saber que paso
No podía dejar de mirar el moretón debajo de su ojo izquierdo.
-Por favor dime -le dije.
-Patrick solo olvídalo -dijo cubriendo su mejilla.
-No tienes que darme detalles, tampoco debe ser una explicación solo quiero saber que o quien fue
-No puedo decírtelo -me miró.
-Cassie por favor -me coloque de cuclillas frente a ella- Lo preguntare solo una vez más, ¿Qué paso?
-Yo... -miro a un punto fijo, podía notar que debatía en su mente sobre decirme la verdad- Fue Avan, estaba molesto conmigo y me golpeo
Podía sentir como la sangre comenzaba a hervir dentro de mí, y sin notarlo mis manos eran puños.
-Ese imbécil -dije molesto, demasiado- Ahora vuelvo
-No, no Patrick por favor -se aferró a mí- Por favor
-Le romperé la cara al hijo de p*rra -intentaba avanzar hacia la puerta.
Ya no escuchaba nada de lo que decía, estaba cegado, no podía olvidar como su suave y delicado rostro estaba cubierto por rasguños y golpes, quien se creía el imbécil para golpearla. Estaba por salir de ahí y golpearlo hasta que dejara de respirar pero me detuvo su sollozo, gire a verle y estaba sobre sus rodillas en el suelo, cubría con sus manos las lágrimas que rodaban por su rostro, se miraba tan indefensa, tan frágil.
-Belleza mírame... -levante su rostro- No iré a ninguna parte
Ella se puso de pie y me abrazo muy fuerte, la eleve un poco sujetándola hacia mí, intentaba calmarla, odiaba verla llorar.
-Ven aquí -la tome entre mis brazos y me acerque al sofá- No llores amor, yo estoy aquí
-Canta una canción... -susurro muy suave.
-Está bien -limpie con mi pulgar las lágrimas de su mejilla.
Acerque su cuerpo al mío, ella oculto su rostro en mi pecho. Comencé a tararear una suave melodía al mismo tiempo que acariciaba su cabello, no podía evitar sentirme así cerca de ella, era increíble, sentía mi corazón palpitar rápido, mis manos temblar y mi estómago como una soda efervescente. Todo solo con estar a su lado.
[...]
-Entonces intente calmarme pero él seguía presionando, y presionando...
Acompañaba a William mientras él hacia sus compras, juro que intentaba ponerle toda mi atención, pero no podía dejar de pensar en Cassie.
-Ambos entrenamos, obviamente el equipo de baloncesto tiene un horario diferente pero por favor, tengo que ducharme, apesto sino lo hago...
Estábamos en el pasillo de golosinas. Tomó muchos chocolates, panecillos, gomitas y paletas.
-William...
-No es culpa mía que los demás miren mi cuerpo mientras me ducho -abrió un paquete de galletas de mantequilla de maní.
-William -le repetí.
-Me lastima, en verdad, ¿Cómo puede pensar que lo hago a propósito? -abrió una bolsa papitas.
-¡William! -le dije alterado.
-¡Qué! -dijo con sus brazos llenos de comida chatarra.
Creo que nunca lo mencione pero William cuidaba mucho su estado físico, en sus brazos, piernas y abdomen estaba marcado cada uno de los músculos. Él era el capital del equipo de baloncesto, debía tener un buen físico.
-Se supone que estas a dieta -le dije- ¿Y el campeonato?
-Una mierda el campeonato, estoy en depresión -dijo tomando un frasco de crema de avellanas.
-¿Al menos podemos llevar helado? -le pregunte sonriendo.
-Te quiero hermano -dijo riendo mientras corría al pasillo de congelados.
No le pregunte nada acerca de Cassie, confiaba en William, era mi mejor amigo, él nunca me traicionaría.

ESTÁS LEYENDO
La historia que nunca conté
Romance"No la mires demasiado. Esos mundos cerrados y a la vez prohibidos suelen tener un poder de atracción" ~Mario Benedetti |Editada| Trailer: https://youtu.be/mLn1xmM8_NU