Capítulo 22

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Estaba caminando por los pasillos, hacia la oficina de la psicóloga, necesitaba leer la carta de la chica, pero no estaba. Intente abrir el cajón pero tenía seguro.

-¿Qué haces Patrick? -escuché la voz de Madelyn.

-¿Dónde están? -pregunte.

-No puedes volver a verlas

-¿Por qué? Porque si el comité se entera que un estudiante se suicidó aun contigo aquí te despedirán...

Estaba molesto, sabía perfectamente que ella no estaba haciendo nada al respecto.

-No es asunto tuyo -dijo molesta.

-Demasiado tarde, desde hace mucho tiempo soy parte de esto

-¿Pero qué dices? Ni siquiera sabes quién es -se cruzó de brazos.

-Eso no importa, porque yo me encargare que viva por mucho más tiempo

-¿Cómo lo harás? -se burló.

-La amare -dije.

-Que estupidez, estas despedido, deja tus llaves... -dijo caminando a mi lado con arrogancia.

-No lo haré -sentencie.

-Vale no lo hagas, mañana cambiaran el registro -dijo tomando asiento.

Camine hacia la puerta, tome la perilla en mis manos y antes de salir gire a verla.

-Ella vivirá Madelyn, lo hará -hable muy seguro.

-¿Cómo? Soy yo quien recibe las cartas -dijo sonriendo cínica.

-Tengo mis métodos -dije saliendo de ahí.

Necesitaba despejarme de todo eso, necesitaba a Cassie.

-Hola -le dije sonriendo.

-¿Cómo fue tu día? -me pregunto besando mi mejilla.

-Lo mismo de siempre, estresante, aburrido y quiero dormir -reí ligeramente.

-Suena bien -dijo riendo.

Estábamos caminando por los pasillos, nos reuniríamos con los chicos en el estacionamiento. Intentaba no pensar en las cartas pero no podía, porque las necesitaba para terminar mi trabajo, y aunque no quisiera admitirlo también era por ella. Ella me abrazo muy fuerte cuando se despidió de mí.

-Encontraras una manera -susurro- Ya verás...

La mire a los ojos,¿lo sabía?

Llegue a casa después de pasar toda la tarde con los chicos, al instante de abrir la puerta, mi sobrino apareció.

-¡Patti! -era mi pequeño sobrino Theodoro corriendo hacia mí, aun no podía pronunciar bien mi nombre.

-Es Patrick -me coloqué de cuclillas a su altura- Di conmigo, Pa-trick

-Patti -me sonrió.

-Está bien... -lo tome en brazos- ¿Cómo estás enano?

-Bien, mamá está en la cocina -me dijo.

-Eso sí lo dices bien, verdad -reí.

Entramos a la cocina, allí estaba mi hermana Jessica, era curioso que mi hermana siendo castaña su hijo fuera rubio, aunque quizás era por su padre.

-¿Qué haces aquí? -le pregunté.

-Hola Patrick, ¿cómo estás? Yo muy bien -bromeó para luego besar mi mejilla.

-Ya sabes que te quiero, ¿qué haces aquí?

-Quería ver como estabas -me dijo sonriendo.

-Hay problemas con Nick... -dije.

-Sólo un poco, estábamos gritando mucho así que decidí traer a Theo -mire su equipaje sobre el sofá.

-Pero planeas quedarte un buen tiempo -dije riendo.

-Déjame tonto, ahora ven a comer -dijo colocando cuatro vasos sobre la mesa- Laven sus manos

-¿Qué estabas haciendo? -le pregunte a Theo.

-Jugaba -dijo sonriendo mientras tomaba más jabón líquido

En ese momento agradecía que mi hermana estuviera conmigo, estaba muy sólo así que un poco de compañía estaba bien.

La historia que nunca contéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora