Capítulo 25

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Un día mientras estaba caminando con Theo por el parque me encontré con Avan. Tenía en sus brazos una pequeña caja y un ramo de flores.

-No esperaba encontrarte aquí -le dije.

-No sabía que eras dueño del parque... -dijo molesto.

No se miraba bien, su rostro parecía cansado y pálido, tenía unas enormes ojeras debajo de sus ojos, los cuales estaban de un intenso color rojo.

-¿Has venido solo? -me pregunto.

-Mi sobrino esta por allá -señale- ¿Y tú?

-Solo...

Theo llego corriendo a nuestro lado, sus mejillas estaban de un carmín muy fuerte, su cabello un poco despeinado y su gran sonrisa lo hacían ver muy tierno.

-¡Patti! Yo quiero un globo -me dijo mirando hacia arriba.

-Vale -le dije riendo y buscando mi cartera.

-Espera, déjame comprárselo -dijo Avan tomando un billete de su bolsillo.

-No te preocupes -le dije- Tengo dinero

-Patrick, quiero comprarlo -dijo él muy serio.

Cuando el señor le entrego el globo a Avan este se inclinó frente a Theo, quedando a su misma altura. Lo miro por un par de segundos y sonrió al entregarle el globo.

-Gracias -le dijo Theo sonriendo.

-No es nada amigo -el alboroto su cabello y lo observo admirado- Sabes, me recuerdas a alguien

-¿A quién? -pregunto mi sobrino.

-A mi hermano... -de pronto su voz se quebró.

No podía creerlo pero podía jurar haber visto una lágrima en los ojos de Avan.

-¿Puedo abrazarte? -le dijo a Theo, el asintió.

Entonces lo elevo en sus brazos, Theo coloco sus pequeñas manos sobre sus hombros y recostó su cabeza sobre su pecho. Avan lo sujetaba fuerte, mientras cerraba sus ojos. Y cuando Theo se apartó de él sus ojos estaban llenos de lágrimas.

-Él también te extraña -coloco su pequeña mano sobre la mejilla de él- Eres un buen hermano

Estaba demasiado sorprendido, por alguna razón mi corazón se encogió, no conocía ese lado de Avan. Él regreso a Theo al suelo y le sonrió.

***

-Yo quiero un tequila -dijo James.

-Por favor, con calma -dijo William.

-¡Déjalo que disfrute! -le dije- Es su noche libre

Estábamos en un bar, era un sábado por la noche, por primera vez en muchos meses James no debía estar con Ally, y William...solo digamos que tenía la noche libre, por otra parte yo buscaba tener mi mente ocupada.

-Por favor quiero pensar en cualquier cosa menos en novias -dijo James- ¿Saben lo molesto que es no poder comerme un trozo de carne?

Ally era vegetariana.

-Mira el lado bueno, tu colesterol nunca estuvo mejor -dijo William riendo.

-Eso no es nada comparado con conocer a sus padres -dije bebiendo mi trago.

-¡Conocer a la suegra es lo peor! -dijeron ambos al unísono.

-Sientes que quieren matarte -dijo James- Aunque a veces creo que Ally lo hará con sus propias manos

-Tienes que admitir que aquella chica pelirroja estaba muy buena -dije riendo.

-Casi lo deja sin descendencia -susurro William.

-Aunque eso no supera la noche de mi cumpleaños, donde Edward llego -dije.

-¡Eso fue tan perturbante! -dijo James riendo- ¿Por qué rosas?

-¿Alguna vez han usado un par de medias? -William se puso de pie- Es extremadamente cómodo

-¡Pero no era necesario usarlas con las ligas!

-¡Combinaban! -William levanto sus brazos- Además, Edward lo disfruto mucho

-¡Por favor cállate! -estalle en risas- ¡Lo vimos con nuestro propios ojos!

Cuando gire para tomar mi trago encontré un rostro conocido entre la multitud, una sonrisa encantadora y unos ojos preciosos, los reconocería en cualquier parte. Les dije a los chicos que había encontrado a una vieja amiga, aunque estoy muy seguro que ninguno me escucho; me acerque a ella, cuando estaba lo suficientemente cerca toque su hombro.

-¿Lexi? -le pregunte sonriendo.

-¡Patrick! -salto a mis brazos- ¡Oh dios! Eres tú, no puedo creerlo

-¿Cuándo regresaste? -dije riendo- Han pasado años

La historia que nunca contéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora