Capítulo 18

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Recuerdo la primera vez que entre a su dormitorio, ella vivía en uno de los condominios que la universidad ofrecía a estudiantes como ella, con su familia demasiado lejos, así que era una buena opción.

El lugar estaba bien, al entrar podías ver un sofá color negro con una pequeña mesa al frente de cristal, un televisor, unas repisas flotantes con libros y fotografías, más a la izquierda estaba la cocina, pintada de un color celeste muy suave, y al fondo hacia la derecha el baño y una recamara, era la primera vez que entraba así que no tenía planeado precisamente entrar a su habitación.

Ella debía hacer una escultura, tenía que transmitir algún sentimiento, ¿lo imaginas? Todo estaba cubierto con periódico, había botes llenos de yeso, había pinceles, tubos de pintura; un desastre para muchos, para ella inspiración. Estaba sentada sobre un taburete intentando moldear el rostro de la escultura pero este no cooperaba y se estaba haciendo tarde, había empezado a las dos de la tarde, eran las 11:45.

Mientras tanto yo estaba haciendo mi trabajo, pensaba en la chica de las cartas, no podía dejar de pensar si la conocía o no.

-No, no está bien -se puso de pie- Necesito un respiro

Camino hasta la cocina para beber un poco de agua. No dije nada, solo continué escribiendo.

-¿Parece el rostro de un hombre? -lo mire.

-Si... -lo observe detenidamente- ¿Y sus ojos?

-Esa es la parte imposible -dijo riendo.

-Te ves muy graciosa toda cubierta de yeso y pintura -tome su mano y la acerque a mí.

-Es inevitable, juro que intento mantenerme limpia -dijo sonriendo.

De pronto no dijimos nada más, su mano viajo hasta mi abdomen hacía círculos muy suaves, desate su cabello y este cayó por toda su espalda como una cascada de chocolate, miraba fijamente sus labios, ella tomo asiento sobre mis piernas, coloco cada una de las suya al lado de mi cadera.

-Creo que debo tomar una ducha... –susurro.

Lleve mis manos a su cintura, acaricie debajo de su ligera camiseta, su piel era suave y tibia. Nos acercamos poco a poco, podía sentir como su corazón latía nervioso y podía sentir el mío acelerarse, ella acariciaba mi mejilla y con su pulgar rozaba ligeramente mis labios.

-Cassie... -susurre, pero más que eso pareció un gruñido- No podre controlarme si...

No pude completar la oración, la besé con intensidad, pidiendo más y más, ella abrió su boca un poco, introduje mi lengua logrando así que la temperatura subiera aun más, ella tiraba de mi cabello muy demandante, se separó un segundo para sacarse la camiseta, acaricie sus pechos por encima del sujetador, ella reprimió un gemido y tiro la camisa fuera de mi cuerpo, presiono su cuerpo contra el mío para poder sentir el tamaño de sus atributos.

-Oh cielos, me encantas... -la recosté sobre el sofá y me acomode sobre ella.

Desabrocho el cierre de mi pantalón, la ayude a deshacerme de él, solo faltaban sus pequeños shorts que no tarde demasiado en quitarlos de en medio. De un momento a otro solo estábamos en ropa interior, con la mano libre acaricie su zona femenina, sintiendo el calor que desprendía.

-Oh, oh -salía de sus labios y sin previo aviso entro un dedo- Oh Patrick

Devore sus labios para no ser escandalosos, después del primero metí dos de golpe, comencé a moverlos dentro de ella, podía sentir sus uñas deslizándose por toda mi espalda

-Más Patrick, más

-Claro amor -luego estos entraban y salían, con la poca luz podía ver su cuerpo cubierto por una capa de sudor excitante para la vista.

-Oh, oh, oh...

[...]

-No fue precisamente penetración, porque jamás entro... -le dije a William.

-Por favor Patrick, eso no importa, lo hicieron -sonrió emocionado- Quiero los detalles completos

-No te diré nada idiota -reí.

-Bueno entonces... le preguntare a ella, seguramente me lo dirá -dijo ligeramente ofendido- A pesar que yo te enseñe todo lo que sabes me traicionas

-¡Cállate! -le dije asqueado

William era el tipo de persona que no le importaba hablar de estos temas frente a los demás, para nada, es más para él era divertido como todos se ruborizaban al hablar de sexo.

-Imagino que estas emocionado por el baile... -hizo su mirada pervertida.

-Algo...

-Por favor no lo hagan en el baño, es muy incómodo -dijo mientras miraba una camisa negra con botones al frente.

-¡Eres asqueroso! -le dije- No me digas que en el baño de...

-Sí, tres veces, en la fiesta de graduación de Ally

-¿Cómo? -le dije- No William, no es cierto...

-Claro que si -sonrió cínico.

-¡Yo me quedé dormido ahí idiota! -le grite.

-Si fue gracioso... -se alejó de mí.

-¡William! -le dije- ¡Ven aquí! 

La historia que nunca contéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora