Capítulo 2

95 2 1
                                    

-¡Patrick! -chilló Paola al encontrarme frente a mi casillero

-Hasta que te apareces -sonreí-
-¿Cómo estás?

Paola Lee era la chica del grupo con piel blanca, era un poco más alta que Ally con su cabello castaño muy oscuro hasta los hombros, ella también tenía ojos azules y un par de tatuajes como William.

-Muy bien, lo siento pero Scott tuvo la idea de viajar justo ayer por la tarde -me explico ella.

Mientras caminábamos por los pasillos paso el equipo de fútbol a su habitual práctica: Matthew, Alexander, Dan y Edward, todos detrás del entrenador.

Edward Jones era un chico muy popular, tenía rizos peinados hacia atrás, piel blanca y una carismática sonrisa, ingreso a la universidad gracias a una beca por su talento en el fútbol americano.

Ya entenderás porque él es importante.

Todos los miércoles por la tarde después de clases ayudaba a la señorita Madelyn, la psicóloga con licencia de la universidad. Hace muchos años un chico de la facultad de química se suicidó en el baño del segundo piso, desde ese entonces el comité de la universidad decidió instalar una pequeña sucursal para una licenciada.

La ayudaba esporádicamente con algunos papeles, eso me ayudaba a familiarizarme con el campo.

-Hola Mady -le dije.

-Hola Patrick, pasa... -me dijo- Necesito tu ayuda, ordéname esto según la fecha

La señorita Madelyn usaba anteojos de borde redondo y faldas ajustadas a su cuerpo, tenía pecas en sus mejillas y un cabello rojo con una mescla de naranja.

-¿Qué es? -le pregunté.

-He creado una manera para que los chicos se comuniquen sin sentir vergüenza: cartas

Eran aproximadamente unas diez cartas.

-Ahora regreso -dijo saliendo de la oficina.

Las ordenaba tal como ella me dijo, pero me detuve en la carta número siete.

"Querido amigo:

Te llamare así porque creo que es más sensato que escribir "querida psicóloga". Antes que nada quiero pedirte que no intentes averiguar quién soy, lo único que necesitas saber es que soy una persona como cualquier otra, y que tengo sentimientos. Te escribo porque dicen que ayudas a las personas, espero puedas hacer lo mismo por mí. Todo empezó...."

-¿Patrick que haces? -regreso ella.

-¿Quién es? -le pregunté.

-No puedes leer esto -me quito la carta de las manos.

-¿Quién es? -le pregunté de nuevo.

-Alguien... -tomó la carta y la guardo dentro del cajo de la izquierda.

-¿La conoces?

-Patrick, olvídalo -me dijo- No es algo que te interese

Así comenzó todo.

Mientras esperaba a cruzar alguien se colocó a mi lado.

-Hola -su voz era tan dulce, era ella.

-Hola, ¿a casa? -le pregunté.

-Si -me sonrió.

-¿Alguien vendrá por ti? -en mi mente suplicaba que la respuesta fuera no.

-Sí, se supone que vendrá pronto...

Entonces una motocicleta se detuvo frente a nosotros, era Avan.

-¡Sube! -le ordeno en el tono más seco que puedas imaginar.

-Nos vemos -giro a verme antes de subirse a la motocicleta.

Avan Jawwad era un chico de intercambio quehabía llegado hace algunos años, tenía raíces hindúes y árabes, se le notabaclaramente en lo espeso de su cabello y el acento; él tenía un carácter muyespecial, jamás me lleve bien con él a pesar de todo el tiempo que convivimosjuntos, siempre fuimos rivales.    

La historia que nunca contéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora