Capítulo 48

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Un día creí que ya lo habíamos superado todo, aquellos días donde no entendía nada de lo que pasaba contigo parecían tan lejanos, todas esas advertencias sobre tu pasado ahora parecían ridículas porque que importa la oscuridad de tu pasado si tu presente brilla con intensidad.

Pero un día ocurrió y sentí que regrese en el tiempo, al pasado, uno en el que ocultabas cosas de mí, ¿Qué estaba pasando?

Esa semana estuve muy ocupado, pasando poco tiempo en casa porque si no lo he mencionado encontré un trabajo en Irlanda, trabajaba únicamente los días que se me solicitaban, pero durante la época de invierno la demanda aumentaba por lo que comenzaba a pasar menos tiempo con Cassie y más tiempo fuera.

Te sentías sola, de nuevo.

Creí que todo había quedado atrás pero no fue así, esto era parte de ti.

Llegue a casa, todo estaba en silencio, algo estaba diferente pero no podía encontrar que, llame a Cassie un par de veces pero no tuve respuesta, algo estaba mal podía sentirlo.

Entre a la habitación el sonido de la ducha me hizo acercarme, toque un par de veces, tampoco tuve respuesta así que forcé la puerta, me quede helado.

Estabas en el suelo, el agua de la ducha caía sobre ti mojando tu ropa, mientras tu cabello ocultaba tu rostro. Estaba pasando de nuevo.

Corrí de prisa a cerrar la llave, gire tu cuerpo. Tus ojos estaban cerrados, aparte el cabello de tu rostro. Dije tu nombre un par de veces pero no respondiste, estaba entrando en pánico. Tome tu cuerpo entre mis brazos y en un estilo nupcial te lleve fuera, tome una sábana y envolví tu cuerpo en un intento desesperado por alejar el frio de ti.

No pensaba con claridad, así que no pude notar el bote vacío de píldoras tranquilizantes. ¿Por qué harías algo así?

Continuaba llamando tu nombre, sacudía tu cuerpo. Habías bebido, estaba la botella vacía sobre la mesa. ¿Por qué estabas bebiendo?

Los segundos pasaban y no sabía qué hacer, no reaccionabas y tu pulso era lento. Lleve mis dedos a tu garganta lo más abajo que pude para poder hacerte reaccionar, tú lo hiciste de inmediato, tu cuerpo se curvo y vomitaste sobre la sabana. ¿Cuántas píldoras eran? Más de 7.

Cuando por fin despertaste tus ojos estaban ausentes, parecías estar en blanco, llame de inmediato a emergencias. Se estaba repitiendo la misma historia.

-¿Cuál es su nombre? -dijo el paramédico.

-Cassie Smith -dijiste, mientras una pequeña luz estaba sobre tus ojos.

-¿Cómo se encuentra? ¿Está bien? -pregunte preocupado.

-Sí, sus signos vitales parecen estar bien... -te observo- Parece que es su día de suerte jovencita, esos sí que eran unos poderosos calmantes

-¿Para qué son esas píldoras? -le pregunte.

-Son unos poderosos calmantes, estos están bajo prescripción -miro el bote ahora vacío con la receta escrita- Estos no fueron comprados en Irlanda, por lo que imagino que ella debe tener una receta del doctor que la autoriza viajar con medicamentos

¿Doctor? ¿Calmantes? ¿Medicamentos fuertes? ¿Recetas, permisos?
¿Qué era todo eso?

-¿Y bajo qué circunstancias se prescriben estas recetas? -pregunte de nuevo.

-No tengo mucho conocimiento -dijo el- Pero según veo, se recetan para personas con alguna patología, un desorden psicológico
-Cualquiera que estas fuere, no debe tomar más de la dosis, y mucho menos con alcohol señorita

-No claro que no... -susurraste.

Después de revisarte y tomar tu pulso los médicos se fueron, estaba mucho más tranquilo pero lleno de preguntas, me senté a tu lado en el sofá, tu mirada estaba gacha.

-Tenemos que hablar... -dije serio, tome tu mano.

Una vez fuimos como las torres.

La historia que nunca contéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora