Capítulo 40

48 0 1
                                    

"Pequeña yo:

No eres un ángel roto. No más.

¡Habla! ¡Grita! ¡Habla más fuerte! ¡Se orgullosa!

No puedes asustarte de caer."

No había sido un buen mes aquel Agosto. Algo estaba molestando a Cassie, estaba muy nerviosa, constantemente preocupada, ya no salía más a caminar por el parque, estaba asustada podía sentirlo.

-¿A que le temes? -le pregunté.

-¿De qué hablas? No tengo miedo... -dijo esquivando mi mirada.

-Por favor, no mientas, sé que algo está mal

Estábamos sentados en el parque, el viento comenzaba a soplar más frío que de costumbre, se acercaba el invierno.

-¿Recuerdas que prometimos nunca mentirle al otro? -me preguntó.

-Claro que sí...

-Pues la verdad nunca es tan linda como la mentira, prefiero una mentira que me haga feliz y no una verdad que me amargue la vida

-Yo quiero la verdad, no importa qué -dije firme.

Ella suspiro profundamente.

-Hay algo que debes saber -me miró.

-Está bien...
- ¿Qué ocurre?

-No siempre fui la que conoces... -me dijo- Estaba harta, no podía más con ese peso sobre mis hombros, la ira crecía, no toleraba un día más con esas voces detrás de mí

-No entiendo...

-Tome una decisión Patrick, eran ellos o yo
-No podía perderme otra vez

-No entiendo nada Cassie, explícate

Ella negó con su cabeza.

-¿Qué habría hecho cualquiera si estuviera en mi lugar? ¡No hubieran soportado ni de coña lo que tuve que aguantar!

De pronto sus manos temblaban.

-¡No sirve esconderse! Hacerse respetar es complicado pero me ha tocado, ¡tenía que enfrentar la situación!

-Calma Cassie, respira -le dije tomando su mano.

De pronto sus ojos estaban diferentes, el color había sido consumido por el iris oscuro y profundo. No era ella.

-¡Sabes lo que puede llegar a ocurrir cuando se agota la paciencia! -soltó en un gruñido, sus manos estaban hechas puños- ¡No era eso lo que querían! ¡Nadie lo esperaba!

-¿Cassie, de que hablas? -la mire asustado.

Se puso de pie y camino de un lado a otro, su cuerpo lucía tenso y a punto de explotar.

-Llegue a ese punto sin retorno, ¡ese en el que todo te da igual! -su mandíbula estaba tensa.

-¡Cassie, basta! -me acerque a ella.

-¡No quedabab lágrimas, solo risa enfermiza! -soltó una risita que llegó como un escalofrío a mi espalda.

-¡Cassie detente! -le grite sacudiéndola por sus hombros- ¡Mírame!

Entonces parpadeo y su rostro suavizo sus facciones, su cuerpo libero la tensión y el color regreso a sus ojos.

-Lo-lo siento mucho -dijo con su voz entrecortada- Lo siento

-¿Qué fue eso?
-Nunca antes te había visto así

-Es parte de lo que te estaba diciendo...
-Debo salir de la ciudad, están regresando y no puedo permitirlo

Si soy honesto conmigo mismo, no entendía muchas veces sobre lo que hablaba.

Y mientras ella explicaba con detalle su partida de la ciudad: el autobús que tomaría, su equipaje preparado meticulosamente, en qué dirección podría encontrarla, el papeleo que realizaría para ingresar a otra universidad, lo que llevaría con ella, durante todo ese tiempo espere que ella mencionara mi nombre.

Pero este nunca salió de sus labios.

-Por favor di algo -me miro.

-¿Hace cuánto planeas marcharte? -le susurre.

-Desde hace dos meses atrás -me dijo.

-Significa que desde hace dos meses planeas dejarme... -me puse de pie- Wow... pues te deseo lo mejor, espero puedas encontrar otro departamento, otra universidad, otra vida y otro idiota para dejarlo seis meses después

-Patrick, esto no es por ti -acuno mi rostro en sus manos- ¡No quiero dejarte!

La mire por un momento intentando creer en sus palabras, pero no lo logré.

-Claro por eso tienes tu equipaje listo hace dos meses -aparte sus manos.

-Por favor no hagas esto

-No estoy haciendo nada -le dije.

-Y ese es exactamente el problema -me dijo molesta.

Sin más que decir camino alejándose de mí.

-¡Mierda! -arroje una piedra al pavimento.

-Por si te interesa -giro sobre sus talones y me miró- El avión sale mañana a las siete en punto

La historia que nunca contéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora