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Ross tenía razón cuando dijo que su restaurante favorito era de los mejores, realmente me agradó y jamás había estado ahí pero lo que más disfruté fue estar con él. No fue la gran cosa, una cena, risas, postre y nuevamente subimos a su auto, mencionó algo sobre una buena vista y yo acepté. Estaba anocheciendo y cualquier vista era buena, al menos para mí ya que me gustaba ver el atardecer y luego cuando la luna está en su punto, ver las estrellas, me relaja de todo lo que me ha pasado.
Me sorprendí cuando Ross aparcó detrás de un edificio, había varios botes de basura y un contenedor frente a nosotros, del lado derecho había una reja con un cartel de precaución... ¿Esto es una buena vista?
Miré extrañada al rubio.
-No es aquí, espera.-habló y bajó del auto para abrir mi puerta. ¿Cuándo fue la última vez que alguien hizo eso? Oh sí, hace unos 10 años cuando mi vestido se atoró y mi mamá tuvo que ayudarme a bajar del taxi.
Cerré la puerta detrás de mi, Ross extendió su mano y la tomé. Aquello era una buena sensación, me molestaría si me soltara y dejara de sentir su cálido tacto.
-Sígueme.-pidió. Caminamos hasta los botes, Ross alejó uno con su pie y al instante noté una puerta negra que fue abierta por él, me dejó pasar primero. Todo era oscuridad, la única luz era producida por el alambrado público y la luna gracias a la puerta abierta. Ross presionó un interruptor en la pared detrás de mi, cerró la puerta y ahora todo era de un color rojizo, había un pasillo a no sé donde a la izquierda y frente a nosotros escaleras.
-¿Este es el momento donde confío en ti y subimos las escaleras?-cuestioné. Ross asintió y aquello fue exactamente lo que hicimos.
Estaba ansiosa por descubrir lo que habría luego de las escaleras, al subirlas el tono rojo disminuía y era remplazado por la luz de un foco blanco, todo era muy claro, y por todo me refiero a las escaleras blancas, mis pies contra estas y Ross.
Podría haber una habitación, un salón o una azotea luego. La última opción me gustaba más para cuando los escalones se acabaran.
No tenía idea de los pisos, solo sabía que subimos escaleras durante algunos minutos y luego una puerta cuadrada de color verde oscuro frente a nosotros.
-¿Lista?-asentí ante la pregunta de Ross y este abrió la puerta.
Lo primero que sentí fue el viento chocar levemente contra mi rostro y luego de unos pasos me alegré al descubrir la azotea.
Las luces de la ciudad, el sonido de los autos, más edificios frente a nosotros y la luz de la luna... Era hermoso y relajante, no había nada ahí a excepción de nosotros.
-¿Te gusta?-giré mis talones hasta quedar frente a Ross y de nuevo asentí.
-Es muy lindo. Claro que me gusta.-respondí.
«Pero tú me gustas más», dijo mi mente. Tenía razón, a veces dudaba pero estaba en lo cierto al pensar de esa forma respecto al rubio frente a mi.
Todo estaba bien con él, se preocupaba por mi, era amable, cariñoso, pasar tiempo con él era lo mejor y sin duda, me gustaba cada cosa que era parte de él.
Me daba todo el cariño y protección que tanta falta me había hecho durante este tiempo, con el encontraba la seguridad y confianza que tanto pedía en momentos de agonía y dolor.
No puedo negarlo, y algo dentro de mi me dice que está bien sentirse así.
Caminamos unos cuantos metros y nos recargamos en una especie de barda que impedía que cayeramos a la calle, una loca explicación pero se entiende.
-¿Cómo descubriste este lugar y qué es aquí?-pregunté admirando la vista de la ciudad junto a él.
-No lo sé. Creo que un día Calum me invitó a cierto lugar y como punto de referencia dió este edificio que llamó mi atención. Así que bajé del auto y simplemente lo descubrí. Era una especie de hotel, pero ahora no es más que un edificio que el dueño dejó sin hacerle nada. Incluso aún hay algunos muebles, tal vez olvidaron llevárselos o algo, además, siempre quise mi propio lugar secreto. Vengo aquí de vez en cuando a pasar el rato-asentí con una sonrisa.
Era una historia un tanto rara para una cita.
Estuve a punto de decir algo cuando escuché una melodía a lo lejos.
-Esa no es...
"And tired eyes just lay your head on me,
And I'll be here until you fall asleep.
The storm is getting closer, I won't leave.
All the words I sing are whispers in your dreams."
El comienzo de aquella canción tan conocida para mi interrumpió mis palabras. Sin pensarlo comenzé a tararear la letra hasta que noté la mirada de Ross sobre mi.
-¿Qué? ¿No conoces a We The Kings?
-No es eso.-agachó la vista y volvió a mirarme segundos después con una sonrisa.-Nunca te había escuchado cantar.-sonreí también. No solía hacerlo frente a nadie. Tal vez él era el primero y también la primera vez que canto en voz alta luego de mucho tiempo, digamos que hay veces que prefiero evitar los insultos de Margaret.
-Es una de mis canciones favoritas.-admití y seguí prestando atención a la letra. De un momento a otro, Ross tomó mi mano, rodeó mi cintura y comenzó a moverse lentamente.
"...Into my arms or into the ground,
It's lost or it's found,
Whatever you need to say, say it now, say it now, say it now."
No era exactamente el tipo de canción para un baile lento, pero con él, con una gran sonrisa en su rostro, lo era.
Nos movíamos lentamente, nuestras manos juntas, mi cabeza sobre su hombro, su otra mano posada delicadamente sobre mi espalda baja y un gran momento digno de recordar siempre. ¿Qué tenía Ross que me hacía querer recordar todo junto a él?
Estar ahí, en la azotea de un antiguo hotel, con una de mis canciones favoritas de fondo y nosotros bailando lentamente... Me sentía infinitamente feliz como nunca antes.
Todo lo que era dolor, ahora era cariño, la soledad se había vuelto su compañía, las lágrimas sonrísas y la tristesa en amor.
¿Podría pedir algo mejor? No alejarme de su lado nunca. Ross es todo lo que había necesitado durante este tiempo. El único remedio a tantos malos días y quizá, mi única salvación.
-Say it, tell me that you love me,
Say you want to leave me,
Tell me that you need me.
Say it like you mean it,
You know that I can take it.
You know that it won't break me.
I just wanna know.-cantó Ross cuando la canción estaba por terminar.
Si quería hacerme sonreír aún más, lo había logrado-So tell me it hurts, tell me it burns,
Tell me it's love and that you're ready to fall
Into my arms or into the ground,
It's lost or it's found.-me sentí aún mejor cuando siguió cantando y me acercó más a él, como si eso fuera posible. Todo era tan irreal y "perfecto", tan tierno de su parte y mi mejor día en lo que parece siglos.
La canción terminó y nos separamos lentamente, no del todo porque él aún tomaba mi cintura.
-También eres bueno cantando.-alagué.-Debería pedirte que cantes la canción completa para mi, grabarla y así escucharla cada vez que me sienta mal.-me miró con ternura.
-¿Sería un buen recuerdo de nuestra primera cita?-sonrío, aunque creo que no había dejado de hacerlo. Pasé mis brazos alrededor de su cuello. No quería que el momento terminara, estaba hipnotizada por el irir de sus ojos y la manera en que me miraba.
-Sí...-respondí en un susurro.
Ross se acercó lentamente.
-Pues tengo uno mejor.-me miró y juro que me sentí desfallecer cuando sus labios tocaron los míos de una manera tan tierna, sin nadie alrededor, con la luna sobre nosotros, sus brazos rodeandome. Aquél contacto era el paraíso. Sus labios se movían con dulzura sobre los míos, con una delicadeza sorprendente y necesitada luego de unos segundos, como si llevara tiempo esperando ese momento y por fin llegara.
Había olvidado todo, su beso no era más que una tierna caricia y una gran muestra de... ¿Amor tal vez? Nadie besa así sin sentir algo que no sea eso ¿O sí? Solo podía concentrarme en mover los labios al compás de los suyos y acariciar su cabello.
Las piernas me temblaban y no quería que se separara. Era como estar en casa, tan cerca y sintiendo todo de él.
Mientras correspondía a su beso, todo lo que quería era demostrarle que sentía mucho más que amistad por él, que ansiaba el momento desde el día en que estuve en su casa y Rocky interrumpió y que luego me quedé pensando en como sería probar sus labios por primera vez, quería que supiera que solo pensaba en él y que lo necesitba más que nunca.
Se sentía tan bien, pero como todo lo bueno, llegó a su fin.
Con la respiración agitada juntó nustras frentes.
-No sabía que tambien eras bueno dando momentos para recordar.-admití provocando su risa.
-Sólo contigo Laura.-esta vez besó mi mejilla cortamente. O había sonreído mucho hoy o no había dejado de hacerlo, tenía esa duda existencial desde hace un rato, ahora es lo que menos importa.
-Eso espero rubio. Así como también espero que tengamos este tipo de recuerdos siempre.-ahora mi risa se unió a la de él y nos separamos volviendo a mirar a la calle.
-Respecto a la canción... Lo decía en serio.-lo miré sin entender.
Mi mente hizo un esfuerzo y entonces recordé la letra que cantó o las partes a las que se refería.
"Tell me that you love me." (dime que me amas).
" Tell me it's love and that you're ready to fall
Into my arms or into the ground"
-Dime que me amas y que estás lista para...-posé mi dedo sobre sus labios cuando comenzó a citar aquella parte escencial de la canción. ¿Cómo se respira? No tengo idea, pero sin duda sé como fingir que no hay una gran emoción y muchos gritos dentro de mi.
-Amor es una definición que...
-Me gustas Laura.-retiró mi dedo delicadamente tomando mi mano y me miro. Volví a sonreír. Él sentía lo mismo, por eso la preocupación hace unos días, la cita, el venir formal.-Y tú a mi Ross.-no fueron necesarias más palabras. Él volvió a unir nuestros labios tomando mi rostro entre sus manos. ¿Cuántos recuerdos quiere darme hoy? No me opongo a ninguno.
El efecto del beso fue el mismo pero esta vez más corto.
-¿Qué hacemos ahora?-preguntó con su rostro a centímetros del mío. Soy incapaz de procesar una respuesta coherente ahora. Prefiero los actos antes que las palabras.
-No lo sé.-dije.-Bésame.-pedí. Puede que Ross haya reído de nuevo pero igual volvió a besarme y esta vez por más tiempo.
Muchas parejas suelen besarse al final de la cita, supongo que no es nuestro caso porque esta es la tercera vez, la noche aún no termina y yo... Sigo sin poder describir lo jodidamente genial que se siente el hecho de que él me bese.
Es como comer doble porción de tu comida favorita, mejor aún.
Es como tener el mejor día de todos, así es como se siente besarlo, o quizá una idea aproximada.
Volví a separarme y lo abrase.
-En serio me gustas mucho Ross.-admití. A la mierda con lo que sea que pase ahora. La honestidad ante todo.
-¿Tanto como los últimos tres besos?-preguntó.
-Sí.-me abrazó más fuerte. -A mi me gustaste desde el día en el que me ayudaste a encontar el supermercado.-me separé para mirarlo mejor. ¿Qué estaba diciendo? ¿Eso es posible?
-¿Me cuentas la historia?-Ross asintió y nos sentamos en el piso de la azotea con una manta bajo nosotros. Ni siquiera me dí cuenta de donde la sacó. Quizá la trajo desde el momento en el que bajamos del auto, pero eso no es lo que importa ahora.


Save Me☆~[Raura]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora