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Todo era oscuridad poco a poco, salí del baño casi corriendo y de pronto todo parecía lucir como si estuviera en el hospital, la habitación cambió y ni siquiera me dí cuenta de cuando perdí a mi "compañera" de vista. El corazón me golpeaba con fuerza en el pecho y el pánico se hacía presente, entonces todo era oscuridad a excepción de unas cuantas luces, saqué mi celular de una de las bolsas de mis jeans pero por alguna razón no pude encender la linterta. Había una puerta frente a mi o un pasillo totalmente negro, el miedo me invadió por completo y sentí que algo aparecería y me comería o mataría, cualquier cosa con un final terrible. Entonces toqué con desesperación la puerta beige frente a mi que también era un baño. Luego de tanto insistir, mi madre o una mujer rubia que era como una réplica de ella, accedió a irnos. Ambas corrimos ecaleras abajo y nuevamente esa sensación de miedo me invadía.
No sé en qué momento llegamos al auto de dicha mujer, la oscuridad nos abandonaba pero tenía un mal presentimiento. Miré al frente con la respiración agitada y ví claramente como el sol salía lentamente. "Despierta" dijo mi mente e instantáneamente abrí los ojos dejando atrás la extraña pesadilla.
Seguía asustada y tenía náuseas debido a la terrible sensación. Todo había sido un sueño, nada fue real, lo sabía. Me senté en la cama aún sintiendo los ojos pesados pero sabía que no podría volver a dormir así que poco a poco me acostumbré a la molestia en mis ojos.
Miré mi la hora en mi teléfono, había despertado 10 minutos antes de que mi alarma sonara. Doblemente genial, no podría seguir durmiendo debido a una estúpida pesadilla y también tenía que ir de vuelta a la realidad donde era hora de ir a la escuela pero también, la nostalgia me atravesó de golpe llevándome a mi infancia, los años anteriores con mi madre. Cada vez que tenía una pesadilla ella venía, me abrazaba y se quedaba hasta que pudiera volver a dormir y me hacía sentir bien convenciendome de sólo había sido un mal sueño y nada de eso pasaría en la vida real. Es una lástima que ella no esté aquí ahora ni mucho menos mi padre. De igual forma hice todo lo que pude para no amargarme el día que recién comenzaba sin tener pinta de ir bien o mal, a juzgar por la manera en la que desperté, me debatía seriamente en qué elegir.
Finalmente me levanté como pude de mi cómoda cama y me dirigí a la ducha en un intento de olvidar la ridícula pesadilla, ni siquiera había sido tan fea pero logró asustarme.
Una vez que me arreglé y cepillé mis dientes, tomé mis cosas y salí de casa sin más.
Era una mañana soleada y entonces sonreí técnicamente a la nada recordando la noche anterior. Todo había sido aclarado y ahora Ross y yo, podría decirse: Estábamos "saliendo". Sonaba raro puesto que la última vez que estuve en ese tipo de relación tenía 15 pero obviamente no terminó muy bien.
Aún tenía todo en mi cabeza, desde el momento en que nos besamos y cuando dijo que le gustaba hace tiempo. La sensación de que alguien más te quiere, en especial después de mucho tiempo, no tiene comparación alguna y con Ross podía sentir que poco a poco dejaba la oscuridad porque mi vida ya no era solo días grises ya que finalmente había algo bueno en ella que me motivaba. Tantas veces en este tiempo había querido una muestra de afecto y al final siempre estuvo cerca.

Una vez en la escuela, ignoré a Charlotte en la entrada. Sus bromas de mal gusto seguían pero poco a poco yo dejaba de prestarle atención. Ella no lo merecía o al menos eso pensaba mientras sacaba cosas de mi casillero hasta que alguien me tomó de la cintura, pegué un brinco del susto pero luego lo reconocí cuando besó mi mejilla. Ahora estaba de buen humor.
-¿Dormiste bien?-preguntó con voz tierna, la sonrisa en mi rostro y ahora todo tenía sentido.
-Algo así. Tuve una pesadilla antes de que mi alarma sonara.-guardé el último libro en mi mochila y cerré el casillero sintiendo como Ross se había recargado en mi hombro, entonces me giré para mirarlo. Lucía demasiado bien con aquella camisa a cuadros.
-¿Estás asustada ahora? Porque pudiste haber llamado y yo hubiera ido a consolarte.-la sonrisa no desaparecía ni mucho menos su voz tierna. Sin aguantar más lo abrase aspirando algo de su perfume. La fragancia era delicada y no muy fuerte como para marearme como algunas otras.
-No fue nada. ¿Qué tal la tuya?
-Normal. Mis hermanos no dejaban de molestar con lo de anoche.-no entendí muy bien y él continuó hablando.-Ya sabes, nuestra cita. No suelo arreglarme mucho o salir los fines de semana.-admitió antes de separase y luego besarme.
Lo admito: Necesitaba que lo hiciera. Después de anoche pude comprobar que besar le salía muy bien.
Es increíble que ahora se sintiera mejor que anoche. Yo aún seguía rodeando su cintura mientras él me tomaba del rostro.
-Oh vaya... Creo adivinar lo que querías contarme Ross.-nos separamos abruptamente al escuchar la voz conocida de Calum quien ahora nos miraba cómplices. Ross rodó los ojos. -Sí, era eso y ahora que lo sabes, por favor no vuelvas a interrumpirnos de esa forma. Arruinas el buen inicio de mi mañana y eso que recién eran las siete.-el pelirrojo imitó la acción de su mejor amigo al rodar los ojos.
-Sabía que tarde o temprano serían novios. ¿Cuándo te lo dijo Laura? En caso de que no lo sepas, el pobre te miraba tanto los primeros días que lucía como acosador.-miré extrañada a ambos chicos.
Primero porque, ¿Éramos novios ahora? Creí que lo estábamos intentando, ¿acaso es lo mismo? Y segundo porque sabía que Ross me miraba porque lo admitió anoche pero no creí que tanto.
-Bueno...-hablé incómoda sujetando uno de los tirantes de mi mochila mientras movía los pies nerviosamente y miraba al suelo.-Es que Ross y yo no somos exactamente novios... Creo.-alzé mi mirada para confirmar su reacción y mordí mi labio inferior nerviosa por unos segundos.
Calum parecía relajado pero eso no quitaba la forma en la que observaba a Ross, era una especie de regaño.
-Técnicamente estamos saliendo pero lo seremos.-habló con una sonrisa triunfante el rubio y entonces el timbre sonó indicando que debíamos ir a clase.
Así lo hicimos, a su vez Calum nos relataba su fin de semana en casa de su tía intentando bañar un gato. Sonaba raro pero era entretenido.
Estábamos casi a medio camino cuando Ross me tomó discretamente de la mano.
-¿Te molesta si lo hago?-susurró en mi oído con el pelirrojo frente a nosotros quejándose de todas las veces que le dijo a su tía Marce que los gatos no debían ducharse pero al parecer ella insistió.
-No...-dije la misma forma. No me molestaba, me gustaba que lo hiciera.
Continuamos nuestro camino al salón para luego tomar asiento juntos pero justo cuando Ross y yo íbamos a sentarnos Calum nos detuvo mostrando su antebrazo con algunas heridas y uno que otro curita.
-¿Qué pasó?-inquirió Ross con determinación ante la herida.
-El gato me arañó. Se puso agresivo.-entonces ahora cierto chico y yo nos miramos con una sonrisa cómplice ante la familiaridad del asunto cuando hace unos meses nuestra situación era casi la misma. Justo el día que fuí por primera vez a su casa y descubrió algunos de mi cortes y yo mentí diciendo que había sido mi gato... Sí, gato el cual no tengo por cierto.
Estuve prestando atención suficiente a la clase pero de vez en cuando me escurría a varios de mis pensamientos volviendo a otro tema importante. Ya había solucionado lo de Ross pero ahora seguía averiguar exactamente lo que pasa con mi tía Margaret, el cheque que encontré en casa y la jugosa información que compartió mi padre conmigo el otro día en la cárcel.
Es posible que para tener 17 años, tuviera mucho en qué pensar.
Cuando no pude soportarlo más y noté lo distraída que la profesora se encontraba, me acerqué a Ross.
-Ross.-lo llamé obteniendo su atención al instante, despegó su vista de su cuaderno y apunte y me miró a pesar de estar lo suficientemente cerca como para besarlo. ¡Laura concéntrate! ¿Pero cómo hacerlo cuando él miró mis ojos seguido de mis labios y luego tragó saliva? Aquello era como una invitación.
Negué con la cabeza y me centré en lo importante.
-¿Crees que uno de estos días puedas venir conmigo a casa para investigar a Margaret?-él asintió ligeramente pero igual lucía distraído así que tomé su brazo y miré en todas direcciones antes de besarlo cortamente.
-Necesito averiguar lo que ocurre con la bruja malvada. ¿Cuento contigo?-Ross asintió con una pequeña sonrisa.
-Bien. Será después de clases.
-¿Pero que hay de tu empleo?-alzó una de sus cejas. Cierto había olvidado ese detalle. Pasé un mechón de mi cabello detrás de mi oreja.
-Cambié de turno el otro día. Ahora tendré parte de la tarde libre, así que podemos ir hoy si quieres. Revisé la agenda de Margaret anoche antes de ir a dormir.
-¿Entraste a su habitación?-me interrumpió. Nuestra conversación seguía siendo a base de susurros.
-¡No! Claro que no.-me negué.-Tiene un calendario pegado en el refrigerador y marca los días en los que no estará a esa hora con rojo. Hoy es un día de esos, llegará hasta más noche cuando yo me vaya a trabajar.-expliqué y entonces nos separamos antes de que la profesora nos regñara por hablar en su clase.
-Genial. Seremos como espías. Voy a llevar un gorrito negro y todo el armamento.-dí un golpe en el hombro de Ross para después reír. Esto era serio pero igual amaba sus bromas.
Juntos continuamos escribiendo lo que estaba en la pizarra.
No había duda de hoy sería un día intersante y no lo digo por el tema que nuestro profesor de literatura abarcó, sino por lo que haríamos hoy descubriendo ciertas cosas o llenándonos de más pistas. Entonces recordé que no me había desecho de mi pequeña navaja el día de ayer en la cita, de no ser por tantos besos y declaraciones lo hubiera recordado, ahora tenía otra cosa que hacer para esta tarde cuando Ross viniera a casa, vaya sería la primera vez que él estaría ahí. Las cosas se ponían interesantes poco a poco y el juego de mi extraño estilo de vida y pasado se ponía en juego con uno que otro secreto por descubrir y contar. No me daría por vencida hasta armar las piezas del rompecabezas, había muchas cosas que aclarar y que no había tomado muy en cuenta hasta que visité a mi padre en la cárcel. Tal vez no solo él lograba ponerme los pelos de punta.
Lo importante aquí es que el reloj de arena se integraba en el juego y uno a uno los pequeños granitos de arena caían con algo de rapidez y un secreto por contar en cada uno de ellos.
Así que... ¿Verdad o pista?
Comenzaban a gustarme los juegos de azar y el contenido que podría tener cada uno de ellos.


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¡Quesos! Las extrañé por no haber actualizado hace una semana... Dos palabras: Sin-imaginación.
Sin embargo... A partir de ahora inicia lo bueno, lo zukulentho, lo salseante, el drama, el bardo, etc, etc, etc. Ahora tengo mucha inspiración y justo escribí una escena que a la vez odiarán/amarán B)
Ia tu sabe, cuando llegue el momento será genial 7u7
Así que ahora espero sus lindos comentarios y la invitación de unirse al grupo de Facebook sigue en pie. Ahí también publicaré de vez en cuando andelantos y otras cosas ^-^ ahora iré a comer y nos leemos pronto. Tal vez el viernes por tengo mucha inspiración ahora ❤
Nos leemos, las quiero quesos 😘

Smile☆

Save Me☆~[Raura]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora