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La gorra de la chaqueta cubría mi cabeza y mis manos estában en ambos bolsillos de esta.
Miré una vez más la casa de color blanco. Todo mi dolor estába ahí. De pronto cierta parte de una canción conocida sonó en mi mente:

[2 A.M., too tired to sleep
When what you want's not what you need
And when these walls don't feel like home
Remember that you're not alone...]

Era una broma muy pesada el hecho de que recordara esa letra justo ahora, negué con la cabeza sonriendo sarcástica y amargamente. Debo de cambiar eso y mientras buscaba una manera de resolver ese dilema, comenzé a caminar por las calles frescas. Miré a mi derecha recordando que el chico de ayer, Ross vivía por ese camino. Él había sido lindo conmigo el día anterior y esperaba volver a encontrarlo aunque ¿A quién quiero engañar? Él se había comportado así porque lo ayudé. Pero eso fue demasiado amable como para sólo haberle ayudado con la dirección de un supermercado.
Sin darme cuenta, me había detenido mirando en esa dirección. Podía observar su coche estacionado. Probablemente esa sería su casa.
Me regañé mentalmente por hacerme tantas preguntas sobre él y continué con mi camino. El instituto estába a unas cuadras más.
Caminaba tratando de olvidar aquel chico, no tenía caso, no pienso ni en mi misma y ¿En él sí?
Me regañé mentalmente una y otra vez por eso. Soy más mierda hoy que de costumbre.
Cruzé la calle y llegué al instituto.
Me dirijí a mi casillero tan pronto llegué.
—Mira a quien tenémos aquí. ¿Qué nos cuentas hoy Laura?—ignoré la voz burlona de aquella chica y continué sacando mis libros y cuadernos. Me sorprendería—¿Acaso te comió la lengua el ratón?—río un poco. Fastidiada cerré el casillero y le mostré como se veía el esmalte negro en mi dedo medio. Le sonreí falsa y cínicamente con los labios pegados. La chica plástica con cabello rojo y uniforme de porrista me miró furiosa y yo me dirijí a mi primera clase mientras el timbre sonaba. Había aprendido a lidiar con ese tipo de personas. El salón estába casi vacío. Tomé asiento en las últimas filas esperando no ser molestada. Era lo que siempre hacía. Eran muy pocas las personas que se sentaban ahí. Estába bien así. Me ocultaba del resto de los estudiantes y los profesores no me hacían preguntas respecto al tema. Me dedicaba a asistir a clase y cumplir con las tareas y deberes, no a socializar con alguien más.
El aula se llenaba poco a poco. Jugaba con mis dedos en el pupitre cuando miré a la puerta y lo ví entrar. El chico de ayer. No me notó así que agache la cabeza y me encogí en mi sitio.
—Hey Laura.—me saludó tomando asiento a lado mio. ¿Qué demonios? Nadie acostumbraba hacerlo a no ser que algun profesor lo indicara o no hubiera más espacios libres.
Me limité a sólo mirar a Ross, él me sonrió pero luego ese gesto se borró. Se levantó, se acercó a mi y tomó mi mano vendada algo extrañado.
—¿Qué te pasó?—maldije en mi interior.
—Me caí de la cama y me doblé la mano.—mentí estúpidamente, aunque no del todo. Era una buena excusa porque me creyó.
—Suelo ser muy torpe por las mañanas.—admití y el acarició mi mano. ¿Desde cuando nos tenemos tanta confianza como para que él haga eso? Iba a protestar pero sería fastidiarme aún más.
—Deberías tener más cuidado. ¿Caíste sobre ella?
—Algo así.
—Tienes suerte de que sea la izquierda o no podrías escribir. Al no ser que seas zurda ¿Lo eres?.—negué con la cabeza y él soltó mi mano delicadamente. Regresó a su sitio y yo esperé a que no hiciera más preguntas.—Un día me lastimé la mano también, sin embargo fue al intentar hacer un truco en mi patineta pero caí mal.—río un poco.
—Nunca aprendí a usar una patineta.—admití recordando cuando era una niña. Sentía curiosidad pero nunca lo intenté.
—Yo podría enseñarte alguna vez si quieres.
—Lo tomaré en cuenta.
La profesora llegó y Ross se acomodó en su sitio.
Me dediqué a prestar atención a la clase para mantener mi mente ocupada tras lo que pasó la noche anterior. Tan sólo recordarlo las lágrimas querían deslizarse por mi rostro, sin embargo no me lo permitiría.
Apuntaba en mi cuaderno lo escrito en la pizarra sin prestar atención a nadie.
El chico rubio hacía lo mismo al parecer.
Miré hacía él y ya me miraba, me dió una tierna sonrisa e imité su acto sin despegar los labios. Continué con lo que hacía.
Comenzaba a tener hambre cuando la campana sonó, me apresuré a guardar mi libreta y bolígrafo. Cuando lo hice salí disparada del salón. Recordé que aún me quedaba media barra de chocolate y la comí de camino a la siguiente clase.
Tiré el envoltorio en uno de los botes cuando escuché que alguien corría y se acercaba a mi. Esa persona tocó mi hombro.
—¿También tienes química ahora?—asentí ante la pregunta de Ross.
Entré al aula donde casi no había nadie seguida por él. Tomé asiento en la parte de atrás a lado de la ventana. Siempre me ha gustado el sonido de la lluvia y ver las gotas caer, me hacía sentir tranquila.
Era un lugar para dos, dudaba compartirlo con alguien. Nadie nunca se sentaba conmigo y estába bien así. Dejé mi mochila sobre mis piernas.
—Laura, ¿Puedo sentarme contigo?
—Claro.—respondí dejando que el rubio se sentara a mi lado, si él quería hacerlo no iba a impedirlo, además, se portó demasiado amable conmigon ayer como para que yo lo mande al carajo ahora.
Nuevamente miré a la ventana admirando como las gotas se deslizaban por el cristal.
—¿También te gusta la lluvia?
—Me hace sentir tranquila. ¿Por qué?
—Curiosidad. A mi también me gusta la lluvia aunque prefiero los días soleados.—hice una mueca al recordar mi odio por esos días al mismo tiempo que el timbre sonaba y esta vez el profesor entraba al aula junto a algunos alumnos.
Se sentía extraño el estar junto a alguien, joder, todo para mi es "extraño" ¿Por qué sigo repitiendo las palabras? Soy patética y tal vez se deba a que he estado acostumbrada a la soledad desde hace años pero igual no logro entender la razón por la que Ross haya estado a mi lado en la clase anterior y esta, los demás alumnos lo miraban raro, como si yo fuera alguna clase de bicho que ellos no conocían y despreciaban. Admito que a veces me hacía sentir mal pero le restaba importancia la mayor parte del tiempo.
—El siguiente trabajo que harán será en parejas.—explicó el profesor, yo solía hacer siempre todos los trabajos sola porque nadie nunca quería estar conmigo. No los culpo, "yo también los odio a todos". O al menos es así como me han catalogado.—Las parejas serán por el orden como están sentados.—algunos comenzaron a protestar mientras el profesor seguía explicado en lo que consistiría el dichoso trabajo. Yo me dedicaba a prestar atención, recargando mi cabeza en mi mano.
—Al parecer nos tocó juntos. Espero que no te moleste.—miré a Ross, yo debía decir eso.
—No.
—Bien, deberíamos ponernos de acuerdo y todo eso y oh, podríamos hacer el trabajo en mi casa.—asentí luego de escucharlo.
—Tendría que ser a las 6:00pm. No puedo más temprano.
—Por mi esta bien, ¿Recuerdas donde te dije que vivía o prefieres que te dé la dirección?
—Lo recuerdo. ¿Tú auto esta estacionado en frente?
—Sí ¿Por qué?—me encogí de hombros, no quería que pensara que lo vigilo o algo.
—Lo vi esta mañana de camino al colegio.
—Yo también te ví.—me sorprendí al escucharlo. Él solo sonrió y continuamos prestando atención a la clase.
Lo mismo pasó que en la clase anterior cuando la campana sonó. Fui a la cafeteria a comer algo. Como todos los días me senté en el comedor sola y algo alejada, tampoco era la antisocial en un rincón de la cafetería, simplemente no me gustaba estar en medio, era un lugar neutro.
Cuando terminé de comer decidí repazar un poco sobre matemáticas, tendríamos un exámen hoy y reprobarlo no estába en mis planes.
Logré ver a Ross sentarse con un chico pelirrojo y uno castaño, los 3 reían y hablaban felizmente. Negué con la cabeza y seguí con lo mio. ¿Qué podría interesarme lo que él hiciera? No es mi vida. Cambié de página cuando escuché que alguien se acercaba, creía saber quien era.
—¿Por qué estas tan sola Laura? Oh ya recuerdo. Es porque nadie quiere estar contigo.—algunas personas rieron. Conocía esa voz burlona. Charlotte Grey, la chica de pelo negro que se cree superior a medio mundo, ya saben. Lo usual de hoy en día, esto era una rutina, que siempre me molestara junto a su novio. No era como en las típicas películas americanas donde ella es la capitana del equipo de porristas y él es el capitan del equipo de futbol. Sólo eran dos personas tratando de conseguir atención.—¿Qué se siente ser tan insignificante y que no tengas a nadie?—las risas volvieron a escucharse. La castaña se había sentado en la mesa, esta vez no estába con su novio.
—¿Por qué no te lo preguntas a ti misma?—le respondí con una sonrisa cínica, al instante se escucharon los murmullos de los demás y a un grupo de chicos exclamar:"Ohhhh" como si mi respuesta hubiera sido mejor que lo que ella había preguntado.
—Tal vez porque no soy igual que tú.—trató de defenderse y antes de que los murmullos y risas se escucharan le respondí:
—Cierto. No somos iguales. Yo no soy tan miserable como tú y no estoy tratando de ser siempre el centro de atención.—los mismos murmullos que se escucharon cuando anteriormente le respondí fueron más fuertes esta vez acompañados de risas.
Tomé mis cosas me levanté dispuesta a irme, no la soportaba.
Cuando comenzaba a caminar sujetó mi brazo fuertemente, cerré los ojos al sentir el dolor cuando presionaba mis cortes. Me jaló y me dió una bofetada.
—¡A mi nadie me habla así!—me solté de su agarre. Y cuando iba a golpearme de nuevo tomé su brazo tan fuerte como pude.
—Vuelve a tocarme y te meteré ese brazo por la boca hasta que te salga por tu maldito trasero que está más usado que la sabanas de un motel.—la solté bruscamente y caminé hasta la salida de la cafeteria dejandola sola mientras todos se burlaban de nosotras.








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Buenas noches!
Espero que les haya gustado esta actualización nocturna 7u7 yo debería dormir pero antes... No sé, me apeteció publicar este capítulo *-*
Y otra cosa, cambié el horario, ahora actualizaré todos los Martes ^-^
Esta vez Ross apareció junto a otros personajes :3
Afajqksksid tengo escrito hasta el capítulo 15 así que es posible que haya nuevos capítulos 2 veces por semana, todo depende porque no puedo esperar para seguir escribiendo *-* me quedé en algo muy bueno y zukulemtho 😏
Así que... Una vez escrito esto, feliz por cumplir uno de mis sueños el viernes pasado, antes de ir a lavarme los dientes para dormir y con la canción Kids de One Republic sonando una y otra vez en mi mente... Me despido!
Espero que les haya gustado el capítulo y no olviden ayudar a la causa con un sensual voto así como también espero dejen un comentario, su opinión es muy importante!
Nos leemos ❤

Smile☆

Save Me☆~[Raura]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora