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Después del acto más amoroso que había sentido hasta ahora, Ross y yo permanecimos unos minutos más hablando. Más que nada, él me había dado uno que otro abrazo y me había recordado que siempre iba a poder contar con él, así como también, hizo todo lo posible por hacerme sentir mejor luego de que le contara lo de la noche anterior. Lo cierto es que mientras lo hacía y estuve contando toda la historia de mi pasado, perdí la noción del tiempo, pues lo único que hacía, era revelar el pasado en mi presente, esperando que luego de esto, no tuviera que volver a hacerlo nunca más. Me dolía tan solo pensarlo y las imagenes se proyectaban por si solas, todo era muy deprimente en esa época y el hecho de hablar de Thomas ahora, me había hecho sentir algo enferma y nerviosa, es como si casi hubiera logrado dejarme un trauma, luego de casi forzarme a algo que por supuesto no quería hacer. Todo en mi vida me había causado dolor, incluso las personas más queridas: Mis padres, el niño que creí mi amigo en el orfanato e incluso Thomas. Realmente agradecía al cielo porque Ross no era así. Lo conocía lo suficiente como para saber que sería incapaz de hacer sufrir a alguien de esa forma. Comparado con Thomas, este último es una simple mierda, nunca estuvo ahí y solo me hizo sufrir. Sin embargo, estaba agradecida de vivir en el presente, puede que mi vida fuera casi igual a cuando tenía 9, pero esta vez, al menos tenía a alguien que me quería y no me dejaba sola.
Aunque claro, nunca es bueno tentar al destino, de vez en cuando suele ser un completo hijo de puta, y otras, solo le gusta jugar muy hábilmente, logrando joder las cosas más de lo que ya están.
Pocos minutos antes de que llegara el sonido del timbre y nuestra siguiente clase. Ross me besó una vez más y me sonrió asegurándome de que siempre iba a tratar de recompenzar todas esas lágrimas y malos momentos, por risas y buenos recuerdos. Entonces salimos del salón de música con las manos entrelazadas y como si eso no fuera suficiente, mi brazo libre tomó su brazo, mismo que sujetaba mi mano. Simplemente me gusta su suave tacto.
Caminamos tranquilamente por el pasillo hasta que yo noté a los 3 chicos que siempre me molestaban, mirándonos y riendo al vernos salir del salón de música. Hice todos mis esfuerzos por ignorarlos como Ross hizo, hasta que que la mierda salió de sus bocas.
—Vaya Marano, ¿Acaso robas chicos?—escuché las risas y sentí la incomodidad de Ross. No tardaría en enojarse como siempre lo hace cada vez que alguien me molesta.
—¡Eh Lynch! ¡¿Qué tal el servicio?! Porque si fue bueno, tal vez considere hacer lo mismo que tú.—mi mala suerte fue tanta, que los chicos comenzaron a caminar detrás de nosotros. ¿En serio los pasillos de la escuela tenían que estar vacíos justo ahora?
—Cierto. Un buen polvo no se le niega a nadie.
—¡Por supuesto! Y viniendo de Laura, seguramente nos "robará" hasta el último aliento. Justo como acaba de hacer con Ross.
Qué les den, pensé.
El trío de idiotas continuó hablando miles de asquerosidades obsenas sobre mí y eso solo aumentaba el semblante serio de Ross junto a su posible enojo.
Pero no fue hasta que los tres comenzaron a llamarme puta directamente, que Ross se detuvo y se giró sin soltar mi mano para encararlos.
—Hey, es una chica y la respetan. Que ustedes sean idiotas y no hagan otra cosa más que pensar en sexo y cosas obsenas acerca de las chicas, no significa que los demás lo hagamos.—habló Ross fríamente. Yo solo apreté su mano en señal de que se calmara pero, sabía que era imposible.
—¡Oh vamos Lynch! ¿Tan malo fue el trabajo de tu novia la "puta ladrona"? Seguramente hasta una prostituta tiene más descencia que ella y la vagina menos usada ¿No...—el chico ni siquiera fue capaz de terminar su oración, porque Ross se abalanzó sobre él, tras darle un fuerte puñetazo en la cara.
—¡Ross!—exclamé sorprendida y asustada al ver como la "pelea iniciaba". Quería que esto parara tan pronto inició. Pero solo podía notar al chico de cabello negro que antes me insultaba, sobre Ross. Lo sujetó de la camisa y estuvo por regresarle el golpe, pero Ross fue más hábil, esquivando su puño e invertir las pocisiones.
Estaba horrorizada ante la escena, esto era justamente lo que quería evitar, iba a meterse en problemas y de cierta forma, sería gracias a mí.
—¡Ross detente!—pedí cuando él estampó su puño en el estómago del castaño, este solo se retorció e hizo todo lo posible por defenderse, pero Ross parecía tener más fuerza que él. Su rostro reflejaba a la perfección la furia que se había adueñado de él y la camisa azul oscuro que traía puesta, se ceñía a la perfección mostrando la tensión en su cuerpo.
—¡Ross ya basta!—nuevamente fui ignorada e incluso él comenzó a golpear al chico en el suelo con más fuerza.
Y de pronto el sonido del timbre se hizo presente.
—¡Ross!—volví a insistir pero parecía no escucharme. Había demasiada violencia en el acto.
—¡¿Qué esperan?! ¡Hagan algo!—grité desesperada a lo 2 idiotas restantes que solo miraban entretenidos a su "amigo" en el suelo recibiendo la paliza de su vida. Era obvio que yo no podía separarlos, pues no tenía casi nada de fuerza y probablemente saldría lastimada en el acto.
—Oh claro, claro.—dijo uno de los chicos, pero entonces sacó dinero de su billetera y se lo ofreció a su otro amigo, a la vez que le decía—¡Apuesto 50 a que Lynch gana!
—¡Hecho!—le respondió y estrecharon sus manos. Ahí fue donde perdí toda mi esperanza en la humanidad.
Y claro, los estudiantes alrededor de nosotros no se hicieron esperar, ni mucho menos las apuestas y los gritos de apoyo.
Estaba al borde de la locura.
—¡Ross!—insití y el castaño recibió un golpe en el ojo.
—¡Ross!—otro golpe.
—¡Ross!—otro más, pero esta vez en la nariz.
—¡Ross!—grité tan alto como pude, a través del murmullo ruidoso de los demás estudiantes.
Qué les den a todos.
Tiré de mi cabello frustrada, nadie se dignada en ayudar y la pelea seguía con ambos chicos rodando en el piso de vez en cuando, aunque claro, Ross llevaba toda la ventaja.
Justo cuando decidí que la única opción era que yo separara a Ross del chico en el suelo, Calum y Ryland  llegaron corriendo y separaron a su mejor amigo y hermano, de lo que parecía ser una pelea sin fin.
—¡Jodido imbécil!—gritó Ross a su contrincante que permanecía en el suelo mientras forzejeaba violentamente entre los brazos de su hermano y Calum.—¡Aprende a respetar mierda!
—Ross, cálmate ya.—pidió Ryland. Eso era lo único que yo quería, pero él no.
—¡Por supuesto que no lo haré! ¡Llevo mucho tiempo aguantando las gilipolleces de este maldito hijo de puta!—se quejó, a la vez que el castaño mal herido, comenzaba a recibir ayuda.
El rostro de Ross estaba completamente rojo, con el cabello hecho un desastre y su ropa arrugada, en especial su camisa, que se había alzado lo suficiente como para ver el cinturón de sus vaqueros negros y una muy pequeña parte de la piel de su espalda.
El rubio no dejaba de forzejear entre los brazos de Calum y Ryland, así que me acerqué a él.
—Por favor cariño, tranquílzate.—supliqué tomando sus mejillas tiernamente y entonces me miró.
No supe como interpretar la intensidad de su mirada, pero lentamente dejó de moverse como un loco y entonces lo abrasé y al momento en que sus brazos rodearon mi cintura, Ryland y Calum lo soltaron.
—Laura...
—Shhh...—susurré en su oído acariciando su cabello con mi mano izquierda. No necesitaba que me dijera nada, solo quería verlo tranquilo.
—Nena yo no...
—¡Lynch, Clayton! ¡A mi oficina en este mismo instante!—ordenó el director apareciendo de la nada. En su tono de voz se notaba a la perfección el enojo y entonces me asusté. Ross estaba en serios problemas.
Me alejé de él y lo miré preocupada.
—Señorita Marano. Usted también.—llamó el director y sentí un gran nudo en mi garganta.
Esto era mierda. Todo este tiempo evitando que Ross o Calum no se metieran en problemas por mí y ahora esto... Me cago en todo.
Suspiré sabiendo que no podía hacer nada.
Coloqué mi mano en la espalda de Ross y él pasó su brazo por mis hombros y juntos nos dirigimos a la oficina del director.
—Gracias.—les dije a Ryland y Calum por haber separado a Ross de la pelea y ellos me sonrieron con algo de pena. Ambos sabían que esto estaba más que jodido.

Save Me☆~[Raura]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora