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A la mañana siguiente salí de casa dispuesta a ir a la escuela y lo primero que me encontré fue a Mathew vestido formalmente con un traje recargado en un auto color rojo con una sonrisa en su rostro. Incluso podría decir que lucía como un maestro o algo... Mierda.
-Por favor dime que no es lo que estoy pensando.-fue lo primero que salió de mi boca.
Sin duda, él estaba dispuesto a llevar a cabo su plan al pie de la letra. Sin embargo Mathew no respondió y se limitó a arreglar las mangas de su traje. Suspiré irritada.
-Eres un tonto. ¿Lo sabes?-me crucé de brazos y lo miré expectante.
¿En serio Ross había aceptado ser parte de esto?
-Oh vamos. Solo estoy tratando de ayudar. Además mi querida Laura, ¿Tienes una idea mejor?-medité unos segundos antes de responder fastidiada.
-No.
-Bien. Entonces déjame que te lleve a la escuela.-abrió la puerta de aquel auto rojo en un acto caballeroso.
-No tengo opción ¿Verdad?-él negó con la cabeza y sin más entré al auto seguida de él.
La tarde anterior, luego de que Mathew le sugiriera su "brillante plan" a Ross. Ambos habían ignorado por completo el hecho de que yo estuviera en desacuerdo. Todo lo contrario, se habían puesto de acuerdo para cada cosa e incluso habían intercambiado sus números de teléfono. Yo solo me dedicaba a mirar, no podía hacer nada más ni mucho menos impedirlo, aquello ya lo había hecho y al final no logré nada. Todo lo que me quedaba era lidiar con esta farsa.
-Déjame ver si entiendo.-hablé una vez que el auto estaba en marcha.-No solo te has acostado con la hermana de tu mejor amigo y has estado en medio de un fraude, sino que también sabes usar un arma, probablemente has estado en la cárcel y ahora técnicamente nos enseñas a mentir a mí y a mi novio. ¿Qué clase de influencia eres?-pregunté exasperada. Mathew en cambio, conducía con mucha calma y parecía muy tranquilo.
-Probablemente una muy mala Laura. Pero no olvides que por algo he sido el mejor amigo de tu padre y justo ahora hago todo lo posible por sacarlo de la cárcel. Así como también estoy haciendo todo lo posible por cuidarte.
-¿Cuidarme?-reproché con un tono de voz que definía lo mucho que dudaba de aquellas palabras.
Mathew siguió manejando sin mirarme siquiera.
-Sí. Cuidarte. Tal vez aún no te has dado cuenta pero estoy haciendo todo lo posible.-dio vuelta en una esquina de lado derecho y continuó con la mirada fija al frente.-Incluso he mantenido a Margaret ocupada para que no se te acerque. Mira, sé que la impresión que tienes hasta ahora de mí no es muy buena y que seguramente te transmito mucha desconfianza. Y lo entiendo, en serio que lo hago, pero tienes que creerme cuando te digo que no tengo malas intenciones contra ti y tu novio. Todo lo que hago es para ayudarlos a ti y a tu padre. ¿Crees que sería capaz de lastimar a la hija de mi mejor amigo? Laura, prácticamente te vi crecer y tu padre y yo somos como familia. Me importas. Y todo esto no lo hago para meterte en problemas, claro que no. Solo quiero ayudar, sé lo que es ser un adolescente metido en problemas. No tengo hijos pero llego a entenderlo. Yo también estuve en situaciones como estas. Y te juro que a pesar de que mi "plan" no suena del todo bien. Lo hago con las mejores intenciones y sin necesidad de meter a alguien en problemas, lo juro. Puedes confiar en mí.-sus palabras me dejaron pasmada.
Es cierto que no tenía mucha confianza en Mathew, o al menos no la suficiente, pero que él dijera algo así era sorprendente y algo muy dentro de mí me hacía creerle y saber que no mentía.
Justo iba a responder cuando Mathew detuvo el auto un tanto alejado de la escuela. Entonces me miró.
-No tienes que decirme nada esta vez. Eso también lo entiendo. Sólo piénsalo ¿De acuerdo?-asentí y bajé del auto. Mathew hizo lo mismo y acomodó su traje una vez más.
-Bien. Es hora. Tú ve a tu clase tranquila, Ross y yo manejaremos esto.-indicó.
-De acuerdo. Avísenme si necesitan algo o pasa otra cosa.-Mathew asintió y caminé rumbo a la entrada de la escuela.
Estaba nerviosa lo admito, mentir y hacerse pasar por uno de los directivos implicaba muchos riesgos, pero al menos Mathew parecía saber lo que hacía.
Además de que Ross era muy listo, ambos sabrían como manejar todo esto.
Tan pronto llegué a mi casillero me ocupé de mantener todos los malos pensamientos alejados. Solo me concentré en sacar los libros que no utilizaría hoy de mi mochila y remplazarlos por las materias que tendría hoy.
De igual forma ignoré a todos aquellos que murmuraban cosas sobre mí a su alrededor e incluso a quienes me insultaban.
Una vez que terminé con lo que hacía, miré a la entrada y me sorprendí al notar a Mathew hablar con el que probablemente era el padre de mi novio, quien estaba de espaldas hacía mí.
Cerré el casillero y estuve mirándolos todo el rato, Ross parecía tan nervioso, que me hacía querer ir hasta ahí para abrazarlo y darle mi apoyo muy estúpido que fuera su plan.
Mathew hablaba mayormente y el padre de Ross lo escuchaba atento aunque de vez que cuando también hablaba.
También tenía curiosidad de ir y averiguar si las cosa iban bien pero no era algo que pudiera hacer tampoco.
La mayoría de estudiantes pasaban desapercibidos por la entrada y ni siquiera se dignaban en mirarlos. Yo solo esperaba que en ningún momento pasara por ahí alguno de los verdaderos directivos, de lo contrario todo se iría a la mierda.
Ross, quien había estado con la mirada hacía el suelo, finalmente dejó su postura y giro su cabeza para mirarme.
Podía sentir como la respiración se me cortaba. Pero en cambio lo saludé con la mano y le sonreí como pude. Él imitó mi último gesto con los labios pegados y miró a su padre y a Mathew.
El timbre finalmente indicó que era hora de entrar a clase. Despegué mi vista de la entrada y extrañada porque Calum no apareciera todavía, caminé por los pasillos para tomar la primera clase del día.
Se sentía raro no estar con Ross o Calum. Ellos siempre estaban hablando hasta que la profesora o el profesor llegara y comenzara a dar su clase.
Pero ahora era yo quien caminaba sola por los pasillos de la escuela mientras abrazaba contra mi pecho el libro de historia.
Por primera vez desde que había conocido a Ross, me sentía que estaba completamente sola en la escuela. Y sin duda odiaba esa sensación.
Estaba por subir las escaleras cuando alguien me tocó el hombro.
Giré esperando que no fuera ningún idiota de todos aquellos que siempre acostumbraban molestarme, pero no fue así. Era Ross.
-¿Pero qué mierd...
-Shhhh...-colocó su mano en mi boca interrumpiendo cualquier cosa que pudiera decir.
-Es solo apariencia. Recuerda que mis padrea no saben nada acerca de que estoy suspendido. Mathew ha hecho un buen trabajo hasta ahora ¿Sabes?-retiró su mano con cuidado y suspiré sonoramente. Lo mejor era que no opinara si no quería más cosas en qué pensar.
-Esta vez no diré nada.
-No esperaba que lo hicieras. Igual... Solo quería saludar y asegurarme de que no estás molesta conmigo. ¿No lo estás cierto?
-A pesar de que todo esto me parece una tontería. No lo estoy, sería ridículo si lo estuviera.-Ross sonrió y me estrechó fuertemente entre sus brazos. Sin duda iba a extrañarlo hoy.
-Te quiero nena.
-Yo también te quiero Ross. Ten cuidado por favor.-pedí. Tenía miedo de que algo le pasara. No tenía ni la más remota idea de lo que iba a hacer con Mathew luego de estoy y a decir verdad, comenzaba a pensar que era mejor así.
-Lo haré.-dejó un suave beso en mis labios que me hubiera gustado que durara más y acto seguido, se fue dejándome sola. Ni siquiera me había percatado de que era la única en el corredor.
Sin prestar atención a ninguna otra cosa, terminé de recorrer el camino que faltaba para llegar al salón.


Save Me☆~[Raura]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora