Capítulo 1 | Perseguida

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-Vamos, ____. Será divertido -imitó las voces de sus mejores amigas de una manera más chillona-. Estaremos juntas toda la noche.

_______ VanGlodius caminaba por las silenciosas calles un jueves minutos antes de que el reloj diera las doce. Su única compañía: la luna. O al menos eso creía. Pronto se percató de que sus pasos no eran los únicos que hacían eco entre los callejones. Antes de que ella pudiera ejecutar su pregunta, una mano le cubrió la boca y la empujó hasta el sitio más recóndito y oscuro del callejón.

-¿Qué tenemos aquí? -Preguntó sínicamente. Ella sintió el olor a sangre rozar su nariz y boca. Giró la cabeza evitando el horrible hedor.

-Déjame, te juro que no traigo nada -imploró intentando apartarlo con desesperación.

-Sabes lo que quiero, VanGlodius -susurró él de una manera seductora en su oído.

-¿Cómo sabes mi apellido? Por favor no me hagas daño -escondió esas terribles ganas que tenía de llorar.

-Se podría decir que voy a matarte, pero no vas a morir.

Ella se asustó al verlo dirigir la boca hacia su cuello y entró en pánico cuando sintió dos dientes puntiagudos hacer presión contra la piel.

-¡Ayuda! ¡Alguien ayúdeme, por favor! -comenzó a gritar con todas sus fuerzas; y como si respondieran sus plegarias, una sombra apareció al inicio del callejón. Corrió sobrenaturalmente hacia ellos, empujando al sujeto con tanta fuerza, que chocó contra la pared y cayó casi inconsciente.

-Corre -le ordenó el chico tomando su mano y sacándola del callejón.

-¿Qué sucede? ¿Quién era él? ¿Quién eres tú? -____ exigía alguna respuesta de parte de él, pero el muchacho solo la ignoraba y se concentraba en buscar un sitio para esconderse.

-Te prometo explicarte todo, pero ahora debemos escondernos -fue lo único que respondió.

Ella no sabía si confiar en él, pero también pensaba que fue ese chico el que la había salvado y no parecía tener malas intensiones. Pronto la imagen del castaño corriendo hacia el que la estaba atacando invadió sus pensamientos. Jamás pensó que alguien podría a llegar a esa velocidad. Era físicamente imposible. Ese recuerdo ocasionó que ____ dudara un poco de sus intensiones.

-Maldición... -Dijo él y se detuvo en una esquina frente a la cafetería. Ambos se encontraban debajo de un poste de luz mirando a todos lados. Ella asegurándose de que nadie los estuviera persiguiendo y él tratando de crear un plan para mantenerla fuera del peligro. Después de unos segundos pensando, su mirada reposó en el taller de autos de la ciudad. Junto a éste había un depósito en donde dejaban los autos inservibles y sin reparación alguna. Podría funcionar.

Apretó la mano de ____ con razonable fuerza y jaló de ella en dirección al establecimiento.

El único obstáculo, era la malla que dividía el estacionamiento de la calle. No sería tan difícil.

-Tendremos que saltar al otro lado. ¿Crees que puedas hacerlo? -La miró a los ojos. Ella solo asintió a su pregunta.

La tomó de la cintura e impulsó hacia arriba. Ella se sujetó y pasó al otro lado exitosamente. Después el saltó soportando el peso de su cuerpo con ambas manos y con fuerza se elevó hasta caer junto a ella.

-Corre -de nuevo sujetó la mano de ____-, no tardarán en venir

-¿Ve-venir? -Apenas pudo tartamudear-, ¿quiénes?

-El Clan de los Lobos.

Una Profecía | Justin Bieber y _______ VanGlodiusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora