Dos semanas después…
Justin cubrió la boca de la mujer para que no escucharan sus gritos en busca de auxilio. Succionó hasta la última gota de sangre que corriera por sus venas, hasta que el cuerpo sin vida cayó al suelo. Era la tercera vez que bebía en la última hora y aún no lograba calmar las ansias. En esas dos semanas había vivido en la ciudad, bebiendo alcohol y buscando nuevas víctimas. Sabía que su vida era un desastre en ese momento, pero ya no tenía nada que perder. Sólo esperaba que algún día la muerte viniera por él.
-¿Tienes idea de lo decepcionada que ella estaría de ti? –Escuchó la voz de Jake detrás de él.
-¿Cuántas malditas veces te he dicho que no la menciones? –Se giró bruscamente hacia su hermano-, ya deja de joderme la vida, Jake.
-Oh, hermano –rió levemente-, tu vida no podría estar más jodida.
-¿Qué quieres Jake?
-Fui a la cima de Monte Cascada para ver a ____ y en el camino hallé esto –sacó algo de su bolsillo y se lo arrojó a Justin. Lo atajó con una mano y luego se detuvo a observarlo. Era su pulsera.
-Debió caerse de mi bolsillo dos semanas atrás, antes de que se cumpliera la profecía. ¿Qué quieres que haga con esta baratija?
-Lo que te dé la gana. Ella te la obsequió. Es tuya, ¿no?
-No quiero esta porquería. –La arrojó hacia atrás y escuchó cómo caía al suelo-. No quiero nada que venga de _______ VanGlodius. Ella ya no es nada para mí.
-Como quieras –se encogió de hombros-, ya veo lo fácil que fue para ti sustituir a ____ por sangre humana y cerveza. Nos vemos luego, Justin, si es que aún estás con vida para entonces –Jake desapareció de su vista.
Justin suspiró, exasperado y comenzó a caminar fuera del callejón, pero congeló sus pasos y se quedó de pie, luchando consigo mismo. Antes de que pudiera negarse, volvió a donde estaba y tomó la pulsera entre sus dedos; acariciándola delicadamente. Recordó la conexión que los poderes de la pulsera generaba entre ambos.
-¿Qué hay de nuestra conexión? ¿Por qué es más fuerte? –Le preguntó él a ____.
-Porque… eres la persona qué más quiero –murmuró, apenada.
Agitó la cabeza rápidamente para alejar ese pensamiento de su mente. Tardó semana y media apagando el dolor en él y no iba a dejar que volviera a golpearlo. Nunca más. Juró que nunca iba a volver a sentir nada. Amor, tristeza, enojo, felicidad… se deshizo de todas sus emociones.
Caminó entre los árboles hacia Monte Cascada. Dejaría la pulsera sobre el ataúd para no tener que conservarla y luego se alejaría tanto como pudiera de ese bosque lleno de sus recuerdos.
Finalmente llegó a la cima y lo primero que vio, fue el ataúd, pero se sorprendió cuando notó que estaba abierto. Creyó que las brujas se habían encargado de sellarlo para que nadie más pudiera abrirlo. Lentamente caminó hacia ella. No tenía absolutamente nada diferente. A pesar de llevar muerta dos semanas, parecía estar simplemente dormida.
Sacó la pulsera de su bolsillo e, inseguro, tomó su brazo, ajustando la pulsera en su muñeca.
Sintió una extraña sensación que recorrió todo su cuerpo. Un escalofrío entre sus nervios y su visión se nubló por unos segundos. Parpadeó repetidas veces para ver mejor y lo primero que encontró fueron los brillantes ojos de la chica, mirándolo fijamente.
-¿Justin? –Dijo ella.
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Una Profecía | Justin Bieber y _______ VanGlodius
FanfictionÉl la sobreprotegerá hasta matarla.