Capítulo 41 | Guardaespaldas

2.7K 174 8
                                    

-No va a ser lo mismo sin él –comentó la nostálgica ____, mirando fijamente la puerta por la que acababa de salir Jake.

-Con uno menos tendré que cuidarte el doble. –Justin la abrazó por la espalada y depositó un beso en su mejilla-. Muero de hambre.

-¡Acabamos de desayunar! –Se burló ella.

-Ya han pasado cuatro horas. Es la una de la tarde y mi estómago me lo exige –se defendió.

-Bien… vamos por algo de comer… ¿Vienen chicos? –Le preguntó ____ a Connor y Jack.

-No, vayan ustedes.

Salieron de la cabaña y se dirigieron hacia la cafetería.

-¿Y…? No me dijiste por qué dejaste a la rubia plantada en el lago.

-¿A Madie?

-Esa –respondió, sin interés.

-¿Ahora quién es la celosa? –Bromeó.

-Sólo por eso no dejaré que vuelvas a besarme.

Se sintió un poco estúpida después de haber dicho eso. No era una experta cuando se trataba de chicos y mencionar el beso que se habían dado hace veinte minutos la hacía sentir un poco avergonzada.

-No serías tan cruel para hacerme eso. –Se llevó una mano al pecho fingiendo que le dolió su comentario. Ambos carcajearon-. Entonces… estábamos en el asunto de tus celos.

-Bueno sí… estaba celosa. Ahora que lo admití, ¿me vas a decir qué te hizo regresar a la cabaña?

-Nosotros tuvimos una relación hace mucho tiempo. Y sí, era muy hermosa, yo la amaba -____ bajó la cabeza al escuchar esas palabras-, pero es pasado. Ahora hay otra chica en mi vida –Justin sonreía mientras decía esto último.

-¿Por qué eres tan dulce conmigo? -____ le agradeció con un abrazo.

-Porque me gustas. Ya te lo he dicho, linda.

-¿Pero qué tengo yo de especial? No soy más linda que Madie. Soy una inexperta cuando se trata de novios…

-¿Qué tienes de especial? No lo sé. Sólo sé que hay algo en ti que nunca he visto en otras.

Llegaron a la cafetería. Tuvieron que entrar por el área de cocina porque las puertas del comedor aún no estaban abiertas. Aún no era hora de la comida.

-¿Por qué no hacemos un día de campo? –Propuso Justin.

-¿Acaso eso es una cita? –Preguntó ____, con una coqueta mirada.

-Si lo quieres ver de ese modo –se encogió de hombros.

Tomaron varias cosas del almacén, un mantel y salieron en busca de un lugar lindo para comer. Cuando por fin lo encontraron, pusieron todas las cosas y se dedicaron a prepara sándwiches. Pasaron la mayor parte del tiempo riendo y jugando con la comida. Parecían niños.

-Voy a dejar el mantel a la cocina –avisó Justin.

-Está bien.

____ se quedó sentada en el césped mirando el paisaje. El suelo aún estaba frío por la nevada.

-¿Tú eres _______ VanGlodius? –Le preguntó un chico acercándose a ella.

-Sí –asintió.

-Un placer conocerte. –Tomó su mano y le besó los nudillos-. Todo mundo está hablando de ti. –Se sentó junto a ella.

-¿Ah, sí? –Preguntó, sorprendida.

-¡Claro! La hermosa chica que salvará los tres reinos -____ se sonrojó.

-Entonces… espero cumplir la profecía para no decepcionarlos.

-Y también me enteré de que conoces a Bieber…

-Sí… soy su… ¿amiga?

-“¿Amiga?” No pareces muy segura.

-Es algo complicado.

-No veo por qué tiene que serlo -____ notó como él se acercaba-. Él no tendría que jugar así con la mente de una mujer como tú. –Colocó la mano sobre su rodilla.

-Sí… bueno… es algo que el tiempo lo decidirá. –Intentó apartar la mano, pero el parecía muy persistente-. Fue un placer conocerte, como te llames… pero ya tengo que irme –se levantó-, ya sabes… tengo que planear el camino, la profecía… todo eso.

-Vamos –exigió, tomándola de la mano-, solo quédate unos minutos más.

Él se puso de pie. Sus cuerpos estaban muy cerca, hasta el punto en que sus respiraciones se mezclaban.

-Aléjate –exigió ella. El extraño la seguía sujetando de las muñecas con fuerza, y cada vez aumentaba su agarre.

-¿Qué pasa, corazón? Si no tienes novio, no veo qué tiene de malo esto –besó su cuello. Ella corría la cabeza para evitar que la besara. Cuando se dio cuenta, la presión ya no estaba sobre sus muñecas.

Justin estaba sobre él golpeándolo en el rostro con una fuerza brutal.

-¡Justin! –Gritó-, ¡Basta! Vas a matarlo

-Te advertí que no te acercarías ni a tres metros de ella –le decía mientras lo golpeaba con brutalidad-. Tal vez así aprendas a no abusar de una dama nunca más –Depositó un último golpe y se giró hacia ____-, ¿Te tocó? –No respondió-, ¡Maldición, _______! Dime algo. –Colocó las manos sobre sus hombros.

-N-no…

-Ese bastardo –gruñó, mirando al inconsciente chico.

Una Profecía | Justin Bieber y _______ VanGlodiusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora