Capítulo 63 | Final

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Justin estaba por matar otro vampiro del sur cuando vio la luz dorada pasó sobre ellos. Dirigió su mirada a la cima de Monte Cascada. ____ flotaba en el aire hasta que su cuerpo cayó al suelo y con ella, su mundo.

-¡____! -Apareció a su lado. Levantó su cabeza delicadamente, buscando pruebas de que aún vivía. Posó la mano sobre su pecho, pero su corazón no latía-. ¿____? ¿Bebé? Por favor no te vayas. -La abrazó con fuerza y escondió el rostro en su cabello, llorando amargamente-. No me dejes, bebé, no me dejes.

Gritó con todo lo que le permitían sus pulmones, en un intento de sacar todo el dolor, pero fue en vano. Cada golpe que recibió de parte de un vampiro, cada mordida de lobo... todo el dolor acumulado que había sentido durante la semana, no se podía comparar con lo que sentía en ese momento.

-Por favor, no... -se derrumbó con ella aún en sus brazos-, te amo -susurró-, ¡¿No lo entiendes?! ¡TE AMO! ¡NO PUEDES IRTE! Te necesito, por favor.

Después de una hora de estar llorando mientras abrazaba su cuerpo, Jake se acercó a su hermano.

-Lo lamento, Justin.

-¿Te disculpas conmigo? ¡Fui yo quien la mató! Él tenía razón. Si tan sólo le hubiera enseñado a manejar sus poderes, ella estaría con vida.

-Esto es lo que debía pasar. Es lo que la profecía decía. ¿Recuerdas cuando mamá nos contaba la historia?

-Déjame solo... por favor -pidió Justin, sin apartar la vista de ____.

Recordó su rostro cuando dormía. Era el mismo. Deseaba que tan solo estuviera tomando una siesta, un merecido descanso.

-Justin -dijo Jake cuando regresó-, Ya han pasado tres horas. Te llevaremos de vuelta al campamento, al igual que el cadáver.

-Es ____ de quien estamos hablando -gruñó, levantándose del suelo y girándose hacia su hermano-. Ella salvó el mundo. Se sacrificó por miles de millones de vidas. ¡Murió para salvar tu trasero! ¡Así que ten un poco de respeto y llámala por su nombre!

-Escucha, estás triste...

-¡¿Triste?! -Interrumpió-, ¡Triste no es nada comparado con lo que siento! ¡Estoy destrozado! Te lo dije, Jake, te dije que no me quería enamorar de ella. ¡Y mírame! ¡Llorando como un maldito bebé porque perdí a alguien que conocí hace apenas una semana!

-¡Lo entiendo! ¿Sí? -Se acercó a menos de medio metros de Justin-, ¡Acabo de enterarme que mi hermano está muerto! ¿Cómo crees que me siento?

-¡¿Alguna vez le dijiste que lo amabas?! ¡Ambos tratamos a Jack como una mierda, y lo sabes! ¡No puedes comparar su pérdida con la de ____! ¡Ella sí fue una verdadera pérdida para el mundo!

-¿Estás escuchando lo que dices? ¿Dices que el que Jack muriera no es importante? ¡¿Qué pasa contigo?! ¡Tienen la misma sangre! ¿Elegirías a una chica que apenas conoces en vez de tu propio hermano?

-Lo siento -se frotó el rostro con ambas manos-, lo siento, ¿sí? Sufrí con la muerte de Jack. Tanto que fui un imbécil con ella -señaló la chica en el suelo.

-Vamos, hermano. Necesitas descansar. Iremos al campamento.

-De acuerdo. -Volvió al lado de ____ y la alzó.

Sentado sobre la pequeña cama de la cabaña, miraba fijamente el suelo de madera bajo sus pies, manteniendo su mente en blanco. Cualquier otra cosa la recordaría a ella y sentiría el insoportable dolor en su pecho. Ahora consideraba que debió aprovechar todas las veces que su vida estuvo en peligro. Debió tomar el lugar de Jack y así no estaría sufriendo como lo hacía desde que ella dejó de respirar.

-¿Justin? -Franklin tocó la puerta-, ya es hora.

Maldijo por haber sido interrumpido en su intento de distracción. ¿Cuándo dejaría de sentirse tan miserable? Lo sabía, sabía que ella iba a morir desde que era un niño. Tuvo diecinueve años para prepararse y ahí estaba él. Completamente perdido.

-Vamos, hijo -insistió Frank al ver que Justin no se movía. Se levantó de la cama y caminó hacia la puerta-. Creo que esto es tuyo -le tendió el cuchillo y él lo tomó-, lo encontré enterrado en el pecho de Trevor.

-Gracias -murmuró, sin mirarlo y siguió su camino.

La miró a ella acostada en el ataúd, adaptado justamente a la medida, como si se burlaran de él y la caja de madera fuera diseñada hace tiempo para esta misma ocasión.

Se veía perfecta en ese vestido blanco y cabello arreglado, rodeado de una delgada corona de flores.

Justin caminó hacia el cuerpo de ____ y le acarició la fría y pálida mejilla. Iban a dejarla ahí para quienes quisieran ver a La Chica de la Profecía; después sellarían el ataúd para que nadie pudiera abrirlo, pero se negó a estar presente en ese ritual o si no todos lo verían llorando como una niña.

Una Profecía | Justin Bieber y _______ VanGlodiusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora