Capítulo 33 | Los Chicos de las Flechas

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-¡Maldición! –Exclamó Franklin.

Pasó su brazo sobre los hombros de ____ y la obligó a agacharse.

-¿Qué sucede? –Preguntó ella.

-Nos están atacando –respondió, mirando atento a todos lados-. Será mejor que te lleve a un lugar seguro. Sígueme; y por lo que más quieras, no levantes la cabeza. Te dejaré en un lugar seguro y te quedarás ahí hasta que te avise, ¿me entendiste? -____ asintió.

Gatearon hasta una cabaña. Entre los dos aseguraron todas las entradas y convirtieron de la construcción de madera un lugar seguro para esconderse. Por un tiempo…

-Volveré pronto –la miró antes de salir por la puerta-, que nadie más entre. ¿Sabes cómo defenderte?

-Lo intentaré. –Franklin asintió con un gesto de cabeza y salió por la puerta corriendo.

Ella se quedó sola en la cabaña escuchando los gritos de todos los chicos dando órdenes para mantener el campamento en pie. No tenía idea de lo que sucedía, pero intentaba no entrar en pánico.

Se mantuvo lejos de las ventanas, como el padre de los chicos le había indicado y sostuvo el cuchillo en su mano esperando cualquier amenaza que intentara atacarla. La ventana estalló en mil pedazos. Un chico entró a la cabaña y la apuntó con su arco directo al corazón.

-No me hagas daño, por favor –suplicó ella retrocediendo. Sus manos estaban temblorosas.

 Él no respondió y tensó el arco más, fijando la mira en su objetivo. Ella buscó la salida más rápida y consideró la puerta. Dirigió una rápida mirada hacia ésta y planeó su estrategia. Tomó el florero que estaba en la mesita de café al frente de ella y se lo arrojó al atacante. Él se distrajo un momento intentando esquivarlo y fue el momento perfecto para su huída. Detrás de ella cerró la puerta generando un estruendo. Miró a todos lados hasta que encontró un arbusto en donde podría esconderse. Entre las ramas buscó a Franklin, pensando que podría ayudarla. Encontró otro arbusto junto a un árbol y, sin llamar mucho la atención, corrió hacia él.

El límite del campamento estaba a unos pocos metros de ella. Estaba dividido por una cerca de madera. Esperaba poder salir de ahí hasta que la pelea se detuviera. Sabía que si no la encontraban  “los chicos de las flecas” se marcharían.

Corrió hasta la cerca y tomó impulso para saltarla. Solo le faltaba pasar el otro pie para salir cuando sintió un agudo dolor en su abdomen. Cayó del otro lado de la cerca haciendo una mueca de dolor. Bajó la mirada para saber de qué se trataba y se encontró con una flecha clavada a un costado del estómago.

Una Profecía | Justin Bieber y _______ VanGlodiusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora