❤Especial - Yoongi❤

530 55 9
                                    

Invierno - 14 de Noviembre de 2016.

—¿Te gusta? —pregunta con una media sonrisa en el rostro.

Yo hago una mueca.

—Demasiado agrio... —digo mientras saboreo mejor el batido, volviendo a demostrar mi disgusto con las facciones de mi cara.

Yoongi suelta una suave risita, recogiendo la bebida de mis manos. Por el contrario, él se coloca la pajita entre los labios y absorbe tranquilamente el líquido del vaso, sin ningún tipo de desagrado.

—¿Cómo puedes beberlo tan tranquilo...? —refunfuño haciendo un puchero.

Él deposita su mano en mi cabeza, hundiéndola un poco hacia abajo.

—No hagas aegyo, sabes que es mi debilidad.

—Por eso mismo lo hago. —sonrío.

Frunce su ceño, haciendo un puchero a su vez.

No hagas aegyo, sabes que es mi debilidad. —repito sus palabras intentando imitar su tono de voz.

Yoongi no puede evitar reír ante aquello.

Continuamos caminando cogidos de la mano, saliendo del centro comercial. El aire frío nos azota en la cara, y hundo mi barbilla y boca debajo de la bufanda que protege mi cuello. Yoongi me coloca mejor el gorro a su vez.

—Vas a acabar enfermando...

—Lo sé... No sé por qué enfermo tan fácilmente...

—Estás demasiado débil, ¿comes bien?

—¡Yoongi! ¡Pues claro que como bien, tú lo sabes! —este solo ríe. Ver su adorable sonrisa me provoca un pequeño sonrojo. Se ve realmente bien cuando sonríe, ojalá lo hiciera siempre—. Además, ¡no estoy débil! ¡Soy muy fuerte! —mis argumentos de autodefensa solo consiguen hacerlo reír más fuerte, pero en vez de sentirme ofendida o molesta, sonrío debajo de mi bufanda, ya que hacerle reír y poder escuchar su dulce risa es lo que más me gusta en el mundo.

Todo él es lo que más me gusta en el mundo.

—Ya, ya... Vayamos a tomar algo. —y con esa última frase ambos nos dirigimos a una cafetería.


(...)


La puerta hace un ruidito de campanilla al entrar, avisando de que vienen unos clientes nuevos. Nos sentamos en una mesa cercana a un gran ventanal, por el cual se aprecia la belleza de la cuidad adornada de luces y estrellas en el cielo nocturno. Yoongi y yo pedimos un té para cada uno, y una agradable camarera nos sonríe una vez hacemos nuestro pedido, para acto seguido abandonar nuestra mesa.

—¿Tienes frío? —me pregunta, mirándome a los ojos.

Que me clave su mirada con aquellos ojos oscuros tan bonitos que tiene siempre consigue provocarme un escalofrío.

—No. —niego con mi cabeza mientras sonrío—. Aquí se está bien.

Él asiente, dirigiéndo su vista hacia la ventana.

La mujer que nos atendió antes nos trae el té que pedimos, posándolo sobre la mesa, humeante.

Rápidamente paso mis manos alrededor de la taza, confortándome al instante. Siempre me gustó hacer eso, sentir el calorcito por todo el cuerpo gracias a la ardiente taza de té.

Yoongi imitó mi acto, sonriéndome.

—¿Has escrito algo últimamente? —pregunto con curiosidad—. Hace mucho que no me enseñas ninguna composición tuya. —hago un puchero.

Prodigies. ➳Min Yoongi.Where stories live. Discover now