Escuche como llamaban a la puerta, poco a poco fui abriendo los ojos y, lo primero que me encontré fue el rostro de Aiden, no podía despertarme con mejor vista que esta.
Volvieron a llamar a la puerta en ese momento fui consciente de que no quería que nadie me viera en la misma cama que Aiden, y si era su madre o peor y si era su padre.
Los nervios me estaban comiendo, como puede sin hacer mucho ruido comencé a llamar a Aiden.
- Aiden despierta, vamos abre los ojos, por favor Aiden.
- Vamos Ariadna dejame disfrutar un poco mas de la cama en tu compañía.
- Vamos Aiden, están llamando a la puerta. ¿Que pasa si es alguno de tus padres? ¿Y si entran sin avisar? ¿Como le vamos a explicar esta situacion? Vamos levántate has algo.
Eres frustrante cuando quieres, como puedes seguir tumbando, tan tranquilo, al menos suéltame y, dejame salir de la cama me ire por el baño antes de que abran la puerta.
- Primero no te voy a soltar pequeña, no ahora que por fin puedo tenerte, segundo, estoy tranquilo porque te puedo asegurar que mis padres están trabajando. Y tercero lo mas seguro es que quien este detrás de la puerta interrumpiendo mi sueño sea la enana de mi hermana, por lo que no me importa que nos vea, realmente no me importa que nos vea nadie.
Porque por fin puedo gritar que Ariadna eres mi novia y, me siento orgulloso que lo seas, por lo que no te tengo que esconder de nadie.
Acaso tu ¿No te sientes orgullosa de mi?
- No Aiden, por Dios, ¿Como puedes pensar eso? No pienso ocultarlo a nadie lo nuestro, simplemente, me da un poco de vergüenza que me vean en tu cama.
- Me dejas mas tranquilo, pensé que te habías arrepentido de lo que hablamos anoche.
- Eso nunca Aiden, te quiero, te quiero como nunca he querido a nadie, que te quede bien claro.
Aiden no me dejo terminar de hablar, tenía sus labios sobre los míos, besándome suave y dulcemente, pero a la vez con pasión, como solo el sabia que hacer, en el momento en el.que Aiden comenzó a besarme, mi mente se nublo, ya no me acordaba que estaban llamando a la puerta, ni me importaba nada, porque en ese preciso momento, solo existimos el y yo. Y lo demás no tenía sentido.
Cuando quise darme cuenta estaba tumbada de nuevo en la cama, con Aiden sobre mi cuerpo, sin dejarse caer sobre mi, podía sentir el calor que emanaba su cuerpo y, su aroma ese olor que tanto me gustaba y que me nublada los sentidos.
Aiden comenzó a depositar cortos besos por mi cuello y, mi mandíbula. Dios se sentía tan bien, estaba empezando sentir calor, mis hormonas no me dejaban pensar con claridad y, en ese momento solo quería que Aiden continuara besándome y acariciándome, en este preciso momento podría decir que me encontraba en el paraíso, un pequeño gemido de placer se escapo de entre mis dientes, provocando que Aiden gruñera y siguiera con lo que estaba haciendo, pero ahora comenzó a darme pequeños mordiscos en el cuello, en el labio, en mi oreja, yo seguia besando cada parte de su cuerpo que tenía a mi alcance.
Aiden dejo caer parte de su cuerpo sobre mi y, puede notar su erección, note como me sonrojaba, por ese contacto.
- Eres tan dulce Ariadna, cuando te sonrojas, no deberías avergonzarte, te deseo con todo mi ser.
- Yo tambien te deseo pero.
Aiden me dio un corto beso para callarme y me miro a los ojos.
- Ariadna, no tengo prisas para que lleguemos a mas, pero no puedo evitar que mi cuerpo reaccione ante ti, porque me gustas.
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Quedate A Mi Lado ✓|TERMINADA|
Teen FictionGanadora en los Ivy Awards 2 puesto en novela juvenil Ganadora en los premios Gothic 2 puesto en novela juvenil Gandora en los premios Life Awards 3 puesto en novela juvenil Esta historia esta inscrita en los @PremiosGemasPerdidas Ariadna es una chi...