Jaclyn.
Camino de lado a lado en mi pequeña habitación pareciendo león enjaulado, la frustración y el desconcierto van en aumento y poner música a todo volumen para calmarme no ha servido esta vez.
Las lágrimas están amenazando en salir por lo que parpadeo tantas veces, me muerdo los labios para evitar gemir de angustia, mis manos tiemblan tornándose heladas. En conclusión, soy un chihuahua: manojo de nervios e ira en aumento.
Al final me acomodo en la cama tomando mi laptop y entrando en facebook, busco el perfil de mi ex vecino Andrés y luego de respirar profundamente y tronar mis dedos, decido mandarle un mensaje:
"Andrés, ¿estás ahí?"
De nuevo me levanto retomando el modo "León encarcelado", esforzándome en recordar las clases de la escuela específicamente en el tema de reproducción sexual, en donde nunca falté cuando la maestra habló de ello, ¡pero no me consta! se que no tengo nada a pesar de esas señales.
-¡Jaclyn por todos los demonios, bájale el volumen a tu música!
La vos me sorprende y pego un grito bien a lo marica. Ha sido Renata, mi hermana menor que ha entrado sin permiso a mi nido de ratas, está echando chispas literalmente.
-¿Que tienes en contra de Evanescence? -le pregunto irritada en el vano intento de calmarme.
-Nada. Pero estoy haciendo mis tareas de matemáticas, necesito concentrarme y créeme que las canciones de esa banda me dan ganas de cantarlas a todo pulmón -dice acercándose a la bocina que hace de mi reproductor de música para bajarle el volumen.
-Ya está bien. -digo sin tanto ánimo.
-Jaclyn a ti te pasa algo ¿qué tienes? -indaga con voz comprensiva.
-No te contaré nada, después vas a chismosearlo con Gabriel.
- ¿Y que tiene de malo?, es nuestro hermano.
- ¡Tu exageras todo!
- ¡Ash, jódete idiota! -grita agitando sus manos de manera infantil.
- ¡Shu, vete a resolver el álgebra gigantona!
- ¡No me digas que hacer! -exclama Renata de forma teatral.
Los nervios me dominan, Andrés no contesta y si no digo nada siento que explotaré y todos pensaran -sobretodo mamá -que ocurrió un atentado.
Está bien, está bien, es mi hermana, sé que puedo contar con ella, Renata no muerde, Renata es amor...
-Bueno te voy a contar -digo finalmente.
Ella se cubre la boca con sus manos abriendo los ojos como platos.
-¡Cuenta maldita loca, cuenta!
Se acuesta ansiosa en mi cama invitándome a acompañarla. Sonrío y me dejo caer a su lado.
-Es que... tengo un retraso -murmuro.
-Eso ya lo sé, de tantos accidentes que has tenido es claro que tu cabeza no funciona bien.
-¡Hey no vengas con tus groserías -Las dos nos echamos a reír.
-Ya, me calmo, pero es inevitable... Y no te preocupes aún, ya pasara le ocurren a cualquier chica.
-Eso espero.
-¿Te has hecho alguna prueba?
-Nop.
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Antes de que cierres los ojos. ©
RomanceJaclyn y Rodrigo sólo pensaban en divertirse sin compromisos estableciendo la regla de oro: "No enamorarse"... O al menos eso creían, ya que una vez más, los azares del destino y el amor hacen de las suyas. Pero una serie de circunstancias...