Jaclyn.
Hace unos días una chica dueña de una cabellera colorida y preciosa se entretuvo hablando con Rodrigo en la librería, por Felipe fue que me enteré que ya se conocían y luego más tarde, supe la historia de ese amor adolescente tan parecido a muchas experiencias "románticas" que suelo ver y escuchar.
Me dio un gusto verdadero que Rodri me dijera sobre invitar a salir a esa chica de nombre Amaranta y apodo según la creativa cabeza de Miriam, "chica unicornio". No estoy celosa, no hay motivo alguno, es mi amigo y si esos dos se atraen pues que el dios de las calorías los bendiga. Pero resulta ser que decidí contarle a Renata y la muy terca insiste en que debería de reclamar lo mio, que Rodrigo me pertenece.
Cosa que es totalmente falso.
Nada ni nadie me pertenece, no por un revolcón de cinco minutos ya debo celar a alguien. Yo quiero a Rodri como amigo, aunque sexualmente me atrae y me gusta, pero hasta allí. Es algo que mi hermana aun no me comprende por mas argumentos e ilustraciones que le muestre.
En fin, eso es lo de menos, este día me he ocupado en ayudar a "ojos de lobo sensualon" para que sorprenda a Amaranta con un delicioso almuerzo, ya que ella aceptó la invitación muy gustosa.
Diría que estoy ayudando sin nada a cambio, pero es mentira. Aprovechando que estoy en su apartamento he decidido comer en cuanto se me plazca a la vez que ordeno y decoro la sala.
—Debí suponer que tu ayuda no sería gratis —dice Rodrigo.
—Pero admite que estoy haciendo bien mi trabajo —exclamo con la boca llena —. A Amaranta le encantará la decoración.
—Lo sé, he contratado a la mejor organizadora de almuerzos —dice orgulloso—. Pero sigo pensando en que fue demasiado esmerarnos en esto —finaliza poco convencido.
—Rodri —pongo mis manos en sus hombros— nunca es suficiente cuando se trata de sorprender a una chica... Hablando en el sentido romántico, claro.
Rodrigo entrecierra los ojos
—Amaranta es mi exnovia de hace años, nuestros sentimientos han cambiado.—No seas tonto —río y entro a la cocina directamente hacia la bandeja de los cupcakes —Sabes muy bien que donde hubo fuego, cenizas quedan —digo antes de devorarme casi de un bocado los pequeños postres.
—En mi caso solo hay nostalgia por aquellos tiempos.
—Ella es seguro que no piensa lo mismo.
Pero en caso contrario, el tiempo va a darme la razón. ¡He dicho! Es que esos dos babeaban literalmente apenas se vieron, lo vi todo, al igual que nuestros compañeros que no dudamos en observar y analizar cada detalle.
Regreso a la sala seguida de Rodri y contemplo mi obra arte. Limpie y sacudí cada rincón, cambié de lugar algunas cosas, coloqué rosas y margaritas frescas en unos floreros que encontré en unos cajones... Aunque no fue un trabajo tan difícil puesto que Rodri es muy ordenado, este admite el nuevo ambiente del espacio.
—Ni en casa hago tanta limpieza —confieso.
—Deberías de hacerlo, pareces tener magia en tus manos. Apenas mueves algo y todo se torna distinto —dice risueño.
Siento que mis mejillas se ruborizaran pero sé que lo único que se enrojece es mi nariz. Suele pasarme siempre que me halagan bonito. Rodrigo se da cuenta de mi reacción y decide cambiar de tema.
—Ya tengo todo listo entonces, sólo falta que Amaranta llegue.
—Bien, ¡suerte campeón! —exclamo alzando mis brazos.
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Antes de que cierres los ojos. ©
RomanceJaclyn y Rodrigo sólo pensaban en divertirse sin compromisos estableciendo la regla de oro: "No enamorarse"... O al menos eso creían, ya que una vez más, los azares del destino y el amor hacen de las suyas. Pero una serie de circunstancias...