Rodrigo.
Llego a la librería aun con sueño causado por el trafico mañanero y el hecho de madrugar. Algunos compañeros ya están ordenando estantes y llevando cajas por muchos lados. Me dirijo a la oficina, Gladys, quien un libro, levanta su vista cuando me escucha carraspear.
—Rodrigo, que bueno que al fin llegaste, tenemos mucho trabajo el día de hoy.
—Bueno, me pondré a trabajar —digo somnoliento.
—Damian esta de vacaciones así que Jaclyn lo reemplazará durante estos días —. Ella esta atenta a mi reacción, pero sólo bostezo.
—Algo así me mencionó ella —afirmo restando importancia.
Gladys entonces se levanta gritando como adolescente al ver a su actor preferido o qué se yo. Mientras, mi expresión solamente es desconcierto.
—¡Así que tu y ella...! —. No termina la frase, salta como niña.
—¿Que pasa?
—¡Ustedes son novios! —suelta al fin.
Esto me hace despertar, abro los ojos como platos incrédulo.
—¡No! ¿quien dice eso?
Mi jefa se detiene, sorprendida se mantiene precavida.
—Algo así escuché.
—Somos amigos nada más, Gladys, solo amigos.
—¿Estas seguro? Porque lo que me han contado...
—¿Quien te dijo eso? —pregunto riendo.
—Mejor ve a trabajar, el tiempo corre —. Gladys vuelve a su escritorio.
—Oh no, no, Gladys, ¿quien dice que Jaclyn y yo somos novios? —insisto.
—Los he visto mas unidos —dice indecisa—, luego en tus días libres, oí hablar a algunos de tus compañeros comentar sobre ustedes... que decían algo de parecer mucho MAS que simple amistad.
Mis conclusiones van a que Felipe y Miriam son los que hablaron de más.
—Le pregunté a Jaclyn cuando apenas llegó, pero luego de partirse de la risa por quince minutos me dijo que te preguntara a ti, que me darías todas las respuestas —confiesa avergonzada.
—Pues la respuesta es No —concluyo.
—Bueno pues, ya vete, vete. El tiempo es oro —Gladys me echa casi a patadas pero su semblante risueño no desaparece.
Lo primero que hago en realidad es buscar a Jaclyn. Allí esta escondida con una caja, ordenando los nuevos libros que han llegado, entre el estante de literatura erótica y espiritual. Es toda una locura por cómo están arregladas las cosas, pero fue idea de Miriam poner a estos géneros literarios juntos para poder ver las reacciones de las mujeres religiosas que se horrorizan ver portadas de semi desnudos con títulos bastante sugerentes.
—Jaclyn —.Ella levanta la vista sonriendo de una manera bonita, nada psicópata a cómo suele ser.
—Hey, Rodri —chocamos puños y se levanta para darme un abrazo.
—¿Gladys te preguntó algo raro?
—¿Raro? ¿A que te refieres? Pueden haber muchas cosas raras, cómo por ejemplo preguntar si tengo algún fetiche, si existe vida en el sol, si reencarnamos en animales o si algún familiar mio es sadomasoquista con tendencias feministas.
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Antes de que cierres los ojos. ©
RomanceJaclyn y Rodrigo sólo pensaban en divertirse sin compromisos estableciendo la regla de oro: "No enamorarse"... O al menos eso creían, ya que una vez más, los azares del destino y el amor hacen de las suyas. Pero una serie de circunstancias...