Jaclyn.—Felipe esta portándose muy raro —Se queja Miriam por décima vez.
—Rodrigo también esta distante —digo para que no se sienta mal.
—¡Pero ustedes solo cogen!
—Somos amigos.
—Amigos que cogen mas que los habitantes de Sodoma y Gomorra —chilla— No hay punto de comparación conmigo y Felipe.
—Ya esta bien —abrazo a mi rubia mal teñida— Pero a veces eres cortante con él.
—Es que a veces me da miedo creer que de verdad me ame.
—Mira chica, los hombres no solemos ser tan expresivos, pero sí él te quiere tanto, hará todo por ti —dice Andrés.
Hemos estado todo el día en el centro comercial, Miriam tuvo la idea porque decía sentirse dolida por las indiferencias de Felipe y cosas así. Pero de igual forma sigue quejándose y solo toca que brindarle consuelo. Reny y Andrés se nos unieron por no quedarse aburridos en el vecindario.
—A veces me confunde —susurra apoyando sus codos en la mesa.
—¿No te has fijado que también estés fallando en algo?
—No, yo no he encontrado un defecto en mí.
—Ahí esta el problema —apunto—. Solo estas viendo los errores de él.
—Maldita sea.
Renata como esta durmiendo apenas se acomodó en la mesa, no se ha percatado de lo que ocurre, así que no me preocupo, podría estar ofendiendo a Miriam.
—Hey, Mir, vamos a divertirnos, olvidate por un momento de tu problema, ya lo solucionaras, es más, puedes pedir lo que quieras, yo pagaré —Intenta animarla Andrés.
—No es necesario que pagues todo, pero gracias —dice Miriam.
—Supongo que deberíamos comer algo, tengo hambre —digo solamente para cambiar de tema y que Miriam no piense en su problema con Felipe.
—¡Sí, comida! —exclama Reny, despertándose de golpe, aun no se como es que duerme y despierta al momento.
Andrés se ofrece a comprar todo y pregunta lo que queremos comer, Miriam y Renata piden hamburguesas, dulces y bebidas carbonatadas. En cambio yo...
—Sólo quiero un frozen, de fresa esta bien.
—¿Quién eres y que hiciste con mi hermana? —pregunta Renata.
—¿Acaso hay algún problema en que no quiera comer mucho?
—No, no, no , claro que no, solo que no te has alimentado tan bien estos días.
—¿Como es eso? —se exalta Miriam— Estas delgada, no pienses en volverte escuálida.
—Si es por el dinero ni te preocupes, yo pago todo —dice Andrés.
—Solo quiero un frozen — insisto— No se me antoja nada mas.
—Esta bien — dicen todos.
No tengo hambre, aunque he estado evitando comer mucho pero es simple precaución, mi salud no parece ir tan bien últimamente.
Después que Andrés trae nuestros pedidos, comienza a contar sus chistes malos, aun así es gracioso escucharlo, aunque mi cabeza no comprende como es que su novia pudo enamorarse de él. Sin embargo no puedo juzgar, porque también estoy en la misma situación, nada mas y nada menos que con otra persona, ese es Rodrigo.
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Antes de que cierres los ojos. ©
RomanceJaclyn y Rodrigo sólo pensaban en divertirse sin compromisos estableciendo la regla de oro: "No enamorarse"... O al menos eso creían, ya que una vez más, los azares del destino y el amor hacen de las suyas. Pero una serie de circunstancias...