☀ 4.Pequeño secreto. ☀

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Jaclyn

Gladys nos ha reunido en su oficina. Los veinte empleados que somos, cruzamos nuestros brazos en la espera de su comunicado.

—Antes de que se retiren y aprovechando que llegaron todos, les explicaré porqué hice reservaciones en parejas y diferentes lugares.

Todos soltamos el aire, aliviados. "La curiosidad me esta matando" habían dicho muchos durante la semana y hoy en todo el día.

—Para comenzar fue una fantástica idea para mí y segundo: resulta ser que mi esposo y yo somos clientes frecuentes de esos lugares .afirma con orgullo— así que tenemos tarjetas de descuento y toda esa clase de suscripciones... y creo que la historia se cuenta sola.

Algunos niegan con la cabeza aún sin entender.

—La gran pregunta es: ¿Por qué nos juntó con la persona con la que menos hablamos? –pregunta Elisa.

—La idea es que quiero ver más compañerismo entre ustedes, por lo tanto los observé la semana anterior y así decidí las parejas.

Algunos parecen satisfechos con la respuesta.

—¿Pero por que asignó a Cliny junto a Rodri? –vuelve a preguntar la molesta Elisa.

—Cliny para ti, cariño –la corrijo.

Ella refunfuña y los demás se limitan a rodar los ojos.

—¿Has visto que apenas se saludan estos nenes? –inquiere Gladys.

—¡Hoy ya no! –exclamo— Ya somos amigos.

—¡Ven, resulto mi experimento! –chilla Gladys— Ah por cierto... la cuenta de ustedes fue la más baja, ¿Qué comieron? ¿Ensaladas?

Déjame recordar: Dip de espárragos con galletitas, filet mignon, un vino tinto de reserva y seis postres, esto último solo para mí.

Rodrigo solo ríe y yo me encojo de hombros. Miriam quien está a mi lado me dice:

—A mi me tocó con Felipe, eso aumenta el enojo de Eli.

—¿Ella con quien fue?

—Con Damián. Lo siento mucho por él.

Damián es el chico que siempre habla sobre sus videojuegos y problemas matemáticos. Es simpático pero su obsesión por tales cosas fastidian a la terrible y gruñona Elisa.

—¡Bueno y ahora váyanse eso era todo! –grita Gladys.

Creo que tiene un tornillo flojo, pero aun asi es una jefa genial. Todos salimos corriendo de la oficina.

—¿En que momento ustedes dos se hicieron amigos, Cliny? –me pregunta Miriam.

—Desde la mañana, poco después que llegaste.

—¿Tan rápido lo consideraste?

—Algo así. Nos caemos bien así que, ¿por que no?

—Como sea, lo importante es que se hablen así me sentiré más cómoda para mi cumpleaños.

—Eh no te entiendo.

—Ah no te había contado. Eso fue por desaparecer de la faz de la tierra por toda esta semana –reprocha.

—Mamá me quitó el celular pensando que me había emborrachado, es que terminé vomitando los postres que comí –mentira, solo me regañaron.

—Entiendo –asiente— el azúcar te afecta mucho. Te pones algo hiperactiva y dices cosas ilógicas.

Antes de que cierres los ojos. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora