☀37. Nuevos horizontes.☀

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Jaclyn.

—Dejame decirte que no estoy cómoda hablando contigo, pero este ya es gran paso comparando el tiempo en que no me interesaba saber de ti.

Sonrío y golpeo mis rodillas levemente, frente a mi esta Fernando  Franconi; vaya nombre, yo seria Jaclyn Franconi si se hubiera hecho cargo desde un principio, mejor me quedo con Williams.

—Lo entiendo perfectamente, comprenderé si no me quieres ver jamás —dice frotando sus manos, el hombre es un manojo de nervios.

Asiento con la cabeza y observo mis zapatillas, cada una con un color diferente tal como me gustan usarlas, extrañaba mis zapatos y atuendos, no me dejaban personalizar a mi gusto la ropa del hospital y estoy segura que las enfermeras suspiraron de alivio en cuanto me dieron de alta.

—¿Tan malo es lo que vas a contarme?

—Depende de tu perspectiva.

—En ese caso es mejor que comiences antes de sacar conclusiones apresuradas, muchas veces tiendo en pensar lo peor —digo pasando ligeramente mi vista por las cuatro paredes de la sala.

Mis padres me han dado la privacidad requerida sin embargo están las excepciones como mis hermanos que cada día son mas chismosos y aunque en vano tratan de ocultarse los logro notar espiando desde afuera viendo muy pegados a una de las ventanas con un intento absurdo de camuflaje con los arbustos.

—No se co-como comen-comenzar —dice y maldice por lo bajo alegando que odia tartamudear al estar nervioso.

—Pues desde el principio —señalo lo obvio.

Fernando suspira.

—Trataré de ser breve pero claro, pues.

—No importa, por mi puedes hablar todo el día.

—Desde mi juventud he tenido problemas con la bebida —comienza a decir— conocí a Clara en el tiempo en que era pretendida por Javier, pero me creía genial solo por ser borracho y las chicas me buscaban por parecer peligroso. Era un idiota egoísta y conocer a ella, tan diferente... No te voy a decir que me convertí en un chico bueno de un día para otro, la historia sería diferente. Pero arrastré a Clara a mi mundo creyendo que era lo mejor para ambos, era alguien tóxico y no me daba cuenta incluso Javier vino muchas veces a pedirme que no la dañara.

«Ella salió embarazada y lo primero que hizo fue huir de mí, no supe nada de ella hasta un par de meses después y me di cuenta que Javier se había hecho cargo. Eran el uno para el otro, no quise hacer nada, consideré que esa criatura viviría mejor así son mi y no estaba dispuesto a tomar responsabilidades... Sí, Jaclyn, fui un cobarde y nunca quise buscarte, prefería despilfarrar el dinero de mis padres hasta que murieron.

—¿Y que pasó después? —pregunto angustiada.

—Comencé a sentir el peso de la soledad, me refugie en el alcohol y extrañaba tanto a Clara que la única forma para sentirla cerca era tocando la guitarra y cantando como si no hubiera mañana. Me arrepentí de haber tomado las decisiones que tomé en el pasado.

«Un día me enteré de cierta revista de modas que era un éxito en la ciudad, se hizo un evento para celebrar y las fotografías se publicaron, Clara aparecía junto a Javier y tres jovencitos muy simpáticos... eras tú y tus hermanos —.Fernando comienza a llorar— Lo decía el pie de la foto, sólo así supe tu nombre pero me quedé sin hacer nada nuevamente, te veía feliz, pues, tan llena de vida que solo pensar en una realidad alternativa sobre yo haciéndome cargo de ti... era horrible. No supe mas nada, retomé mis paseos nocturnos de cuando era joven e iba al mirador donde frecuentaba a Clara. Creía que la vida no me daría mas oportunidades y comencé a escuchar rumores sobre que Rodrigo estaba con una chica, me llamó la atención porque el había pasado tiempo sin salir con alguien, pues, al venir yo de metiche me di cuenta de que eras tú, Jaclyn. Pronto sentí que debía tomar las riendas de mi vida, un nuevo comienzo y procurar evitar hacer tantas bobadas.

Antes de que cierres los ojos. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora