Rodrigo.
No.
No es fácil lidiar con una persona armada como lo pintan en libros o películas, al menos para mí. Un movimiento en falso y todo podría ser fatal.
—¿Por que te empeñas en quererla tanto? ¿por que nunca me tomaste en cuenta? Te he amado con tanta devoción y sólo me alejas —reclama Lola sin apartar esa pistola.
Cabe destacar que me siento un tanto culpable. Pero sus actitudes siempre han sido muy exageradas conmigo, aunque es cierto que nunca me he dado la oportunidad de conocerla pero tampoco se puede querer a alguien por obligación.
—Lola, en serio, baja eso —.No importa lo que puede pasar conmigo pero quiero mantener a Jaclyn a salvo.
—Ya te dije que si no eres mío no seras para nadie más.
Necesito convencerla de que alejé esa arma, pero no se que hacer; recuerdo a la señora Williams apuntarme con una escopeta pero estaba seguro de que no dispararía. Sin embargo esta chica que tengo enfrente...
—Tienes a Jaclyn en mal estado, podría morir —trago saliva, estoy diciendo estupideces— Si me disparas podría reunirme con ella en el mas allá y tu plan seria un fracaso.
—¿Quien dice que te voy a disparar? —cuestiona con frialdad.
Demonios.
—Lola, ¿por qué te fijaste en mí? No soy la clase de persona para ti, mirame, he sido inseguro por muchos años y aun me falta mucho por aprender. En cambio tú... mereces a alguien que te quiera de verdad, sabes bien que ese no soy yo.
Doy un par de pasos hacia ella, con mucha cautela volteo a ver a Jaclyn que termina de soltarse las correas que atan sus manos, al menos había logrado aflojarlas, quiere ser mas rápida pero al parecer el dolor de su cuerpo es casi insoportable, afortunadamente Lola tiene puesta la atención en mí.
—Eres perfecto para mí, has sido mi primer amor, te he querido solo para mi.
—Mira, nadie elige de quien enamorarse, pero, ¡rayos! has sobrepasado los limites, ¡estas obsesionada!
Mala idea, ella levanta más el arma, asustandome.
—No, Rodrigo.
—Hagamos un trato —propongo tragando saliva—: No le hagas daño a Jaclyn y yo...
¿Que voy a decir?
Lola espera que siga hablando.
—Te... Te daré una oportunidad.
El semblante de Lola cambia a parecer dolido.
—¿Ves? La quieres tanto que igual, piensas en su bienestar —¡Nunca voy a entender a esta mujer!— ¡no voy a dejarla viva si después la seguirás buscando!
—¡No le hagas nada! Lola... ¡no puedes ir por la vida dañando a la gente de esa forma!
Nel. De nada ha servido leer como resuelven estos asuntos de manera pacífica.
—¡Estúpido! ¡No te disparo porque te amo pero si sigues de insolente te juro que no voy a tener compasión en matar a esa perra!
Retrocedo otra vez intentando otra vez proteger a Jaclyn, ella llora y une sus fuerzas para desatar las correas de sus pies. Sin dejar de prestar atención a Lola, llevo una de mis manos a los tobillos de Cliny para ayudarla un poco.
ESTÁS LEYENDO
Antes de que cierres los ojos. ©
RomanceJaclyn y Rodrigo sólo pensaban en divertirse sin compromisos estableciendo la regla de oro: "No enamorarse"... O al menos eso creían, ya que una vez más, los azares del destino y el amor hacen de las suyas. Pero una serie de circunstancias...