Aquí el segundo capitulo. :'v
Jaclyn.
Me siento extraña.
Soñé cosas lindas con Rodrigo y ahora que apenas voy despertando hay algo que me parece raro. No huele a hospital, siento una presión en mis muñecas y tobillos, me siento mareada y creo que tengo un pañuelo cubriendo mis ojos. Esto ya me esta asustando.
No me atrevo a decir algo porque quién sabe, voy a esperar unos momentos. Intento moverme pero ahora el dolor que sentía antes ahora parece estar duplicado, incluso unos de mis tobillos me duele mucho más.
¿Que está pasando?
No. Esto no tiene nada que ver con algo médico ¿o si?
—¿Hola? —pregunto no muy convencida si ha sido buena idea abrir la boca.
Quizás no. No escucho ruido, sea donde este, no me da buena espina. Tengo que pedir ayuda.
Intento gritar pero mi voz es ahogada con algo pegajoso, se que es cinta aislante. Eso quiere decir que mi secuestrador está aquí presente. Apenas puedo forcejear ya que el dolor en mi cuerpo es casi insoportable.
¿Quien me ha hecho esto?
—Mmjjmm —.Es en vano tratar de hablar.
Ya estoy llorando, no quiero pensar quien me tiene así y que podrían hacerme. Quiero pensar que esta es una pesadilla pero la realidad no me da cabida para engañarme.
¡Por favor, ayuda!
Intentar gritar no va a ayudar en nada, pero es inevitable tratar de que me ayuden o quejarme del dolor.
Siento a alguien respirando cerca de mi oído, entro en pánico, hoy si siento que es mi fin.
—Hola, Jaclyn... o debería decir Cliny.
Lola.
Su voz me da escalofríos, la reconozco de inmediato, ¿que tanto quiere de mí?
"Sueltame", quisiera decir pero solo logro articular gemidos lastimeros. Ella ríe disfrutando mi sufrimiento. Yo sólo quiero estar con mi familia, mis amigos y Rodrigo, quiero liberarme.
—Lo siento Jaclyn Williams, no puedes irte tan pronto, nadie se ha percatado de tu desaparición aún.
¿Que está diciendo?
—Además tienes que escucharme —.La escucho caminar por el lugar.
No quiero.
—Hey, no llores, te haré sufrir pero no es para tanto.
Maldita sádica.
Siento su tacto en el tobillo que más me duele tomándome por sorpresa, intento apartarlo pero sea de lo que sea con lo que me tiene amarrada no me permite moverme. Apreta cada vez con más fuerza, si no tuviera cinta adhesiva en mi boca seria capaz de maldecir.
—¿Te duele, Jaclyn? —pregunta con una voz maternal muy espantosa.
¡Claro que me duele! ¡Es el maldito infierno! ¿Qué me hizo?
—¡Responde! —escucho gritarme apretando mas— ¿¡Te duele!?
Asiento frenéticamente, parece que de un momento a otro va a destrozar mi tobillo.
—¡Pues se siente peor saber que tú me has quitado al único hombre que me importa más que nada en este estúpido mundo! ¡Se siente peor!
¿Rodrigo?
No puede ser. Esta loca es capaz de todo.
—¡Me lo quitaste, perra!
Quisiera decirle que Rodri jamás ha sido suyo, ni que fuera un objeto cualquiera.
—¿Que te vio? Eres tan común, no tienes ni una pizca de gracia, ¿en que se fijó Rodrigo? ¿Por que quiere tanto estar contigo?
Ahora esta sollozando, me da miedo pensar que eso podría dar paso a actos mas peores.
—¡Yo lo conozco de casi toda la vida! He alejado a tantas chicas de él pero tú en cuestión de meses lo seduces y me lo quitas ¡me lo quitas!
Niego con la cabeza, las lágrimas no dejan de fluir en cuanto ella se esmera en lastimarme.
—¿Que estás negando? Dime, Jaclyn... Dime que niegas —deja al fin en paz a mi pobre tobillo.
Si me quitara la cinta le diría.
—¿Por que crees que tienes el derecho en quedartelo?
Siento un jalón en mis labios y respirar con mas facilidad.
—¡Dime maldita perra que tanto niegas!
—Él jamas te va a amar, te empeñas en hacerlo tuyo como si fuera un objeto cualquiera —tomo mas aire— estas demasiado obsesionada con él.
—Y tú te crees lo suficiente bonita para quedartelo.
—No tiene nada que ver con el físico —me esfuerzo en hablar puesto que mi voz sale ronca— Él me ama y yo también lo amo...
Un ardor en mi mejilla me interrumpe, Lola me ha dado una cachetada.
—¿No que eres enfermera? ¡Deberías de cuidarme!
—¡Yo no cuido a las perras como tú!
Respiro. Cuento hasta tres, es hora de pedir ayuda. Aunque no se si alguien podría escucharme.
—¡AUXILIO! —doblo mis esfuerzos para hacerme escuchar pero Lola es rápida y otra vez pone cinta en mi boca.
—Ni creas que te vas a librar tan fácil —susurra.
Me siento cada vez mas débil pero eso no me impide seguir llorando e intentando soportar esta pesadilla real.
.....
:0 :'c
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Antes de que cierres los ojos. ©
RomanceJaclyn y Rodrigo sólo pensaban en divertirse sin compromisos estableciendo la regla de oro: "No enamorarse"... O al menos eso creían, ya que una vez más, los azares del destino y el amor hacen de las suyas. Pero una serie de circunstancias...