Rodrigo.
Quizás suene estúpido, pero hoy, cada canción romántica que escucho me recuerda a Jaclyn.
Pero, ¿como evito pensar en sus locas y bellas sonrisas? Necesito despejarme y olvidar esta clase de sentimientos, yo no he buscado nada serio con ella, y de igual forma, Jaclyn no pretende pasar a mas.
Después de su cumpleaños la he tratado de evitar, he estado un poco distante, sigo hablando con ella pero trato de no ser tan confiado.
Quiero estar indiferente aunque por dentro me siento vulnerable, a punto de estallar.
—¿Por qué haces drama con algo tan sencillo? —pregunta Felipe.
—Parece sencillo, pero es todo lo contrario —respondo.
—Nah. A ti te gusta ser dramático.
Entrecierro mis ojos, molesto, tomo un sorbo de vodka. Hace horas que Felipe y yo hablamos sobre las chicas, yo por mis confusiones con Jaclyn y él, por Miriam quien actúa extraño últimamente según Felipe.
"Enamorarse" es una palabra bastante fuerte y seria. No es cuestión de tomarlo a la ligera. En mi caso no considero que me sienta "enamorado" de ella, pero estoy seguro que la quiero y no como se quiere a los amigos o a un hermano.
—¿Sabes? Se supone que no debíamos involucrar sentimientos, pero soy un idiota.
—Un maldito imbécil —afirma Felipe.
—Me dejará de hablar en cuanto se lo confiese.
—Probablemente. Aunque ella también tiene su corazoncito, cabe la posibilidad que también sufra lo mismo.
—No lo creo.
—Yo tampoco, pero no hay que perder las esperanzas —Hace una mueca— En cambio yo con Miriam... creo que ya no me quiere, esta distante.
—Somos un fracaso —mascullo.
—Solo en relaciones amorosas. ¡Salud por ello! —exclama Felipe levantando la botella de sus manos.
—Salud —Hago lo mismo.
Y una tras otra botella de alcohol van pasando hasta sentirme en otro mundo, Felipe ha llorado como una magdalena por Miriam a pesar de ser el tipo de chico que suele ser superficial. Y no se diga de mí, que he gritado el nombre de Jaclyn una y mil veces sumido entre las fatalidades de la borrachera.
—¡Deberías ir a buscarla, joder! —exclama Felipe— ¡Vamos campeón!
—¿Para qué? —cuestiono abrumado.
—¿Para qué? —repite— No seas menso, ve y dile lo que sientes.
—Entonces ve también a hablar con Miriam y resuelve tus dudas.
—¡No! —exclama de terror.
—¡Yo tampoco!
Esto parece una escena de niños.
—¿Que hacemos? —pregunta Felipe después de un rato.
—Yo que sé —bufo.
—¿Y si las llamamos?
—Eso será peor.
Por un rato mas hablamos incoherencias. No tengo la menor idea de cómo sucede pero me siento al borde de la locura.
—Bueno, vamos a ver las chicas —digo después de un rato.
Felipe asiente y tambaleando un poco, salimos de mi apartamento, pero tampoco tengo la menor idea de por donde vamos hasta que alguien se nos acerca en uno de los pasillos.
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Antes de que cierres los ojos. ©
RomanceJaclyn y Rodrigo sólo pensaban en divertirse sin compromisos estableciendo la regla de oro: "No enamorarse"... O al menos eso creían, ya que una vez más, los azares del destino y el amor hacen de las suyas. Pero una serie de circunstancias...