☀12.De un problema a otro.☀

261 31 11
                                    

Jaclyn.

Jamás pensé estar en una situación tan incomoda, mucho menos rogar perdón de rodillas a  una pareja.

Abrazo una pierna de ambos con fuerza a la vez en que, asustada, he rogado mil disculpas y promesas desde hace cinco minutos, quizá.

—Lo siento, lo siento, lo siento de verdad, yo soy una buena persona, lo siento, mil veces perdón, perdón —ruego— de verdad, me voy para que puedan follar duro contra el muro, el armario, el suelo y donde sea, pero por favor disculpa. Por favor, por favor, por fis.

He cerrado mis ojos con fuerza esperando una regañada por parte de los dos, pero no han dicho ni una palabra, lo cual eso lo hace mas incómodo.

—Jaclyn —Rodri rompe el silencio, cauteloso— levantate por favor.

Obedezco pero mantengo mi mirada al suelo sin ver a un punto exacto.

Él toma mi quijada obligando a encararlos. Creo que me esta faltando el aire justo en este instante. Amaranta me mira muy confundida, Rodrigo esta inexpresivo.

—Creo que mejor me voy —anuncia ella.

—¡No, espera! —exclamo mas asustada— mereces una explicación.

—Eh, si —dice Rodrigo sin dejar de verme, ahora los nervios parecen apoderarse de él.

Amaranta asiente.

—Yo soy Jaclyn —comienzo a decir — trabajo en la librería... soy amiga de Rodrigo...

Tengo miedo.
¿Por qué tengo miedo? Como dice mi mamá, "el que nada debe, nada teme". Yo debo muchas cosas, pero no quiero estar asustada ahora. Suspiro pesadamente animandome a continuar.

—¡El chico esta que babea por ti! ¡Creeme que no ha dejado de hablar sobre lo linda que eres y la forma en que surgió el amor entre ustedes cuando apenas eran unos pubertos! —. Ya comencé a soltar mis letanías — ¡Yo le insistí en que te invitara aqui a su apartamento! ¡Yo me ofrecí a ayudarle! Claro, aprovechando que iba a obtener comida gratis porque Rodrigo es buen cocinero, yo sé que lo notaste— esto ultimo fue un paréntesis para relajar un poco la tensión y resulta porque ella esboza una pequeña sonrisa— ¡Pero llegaste tan luego que me dio pavor y corrí a esconderme! ¡No se me ocurrió mejor lugar que esconderme aqui, precisamente! ¡Pero llegaron ustedes! Y de verdad... No era mi intención interrumpirlos. Soy solo su amiga, no pienses otras cosas por encontrarme aqui.

—N-no he pensado nada de ti —se apresura ella— solo se me vino a la mente que nos habíamos confundido de habitación  —dice tímida.

Sonreímos las dos, aun incómodas, mientras, Rodrigo cabizbajo y sonrojado parece pensar en lo que dirá.

—¿Qué hacías con mi computadora, Cliny? —habla finalmente clavando sus ojos en mí.

Oh no.

—Eh, ¿yo? Nada —muerdo mis labios y mi angustia vuelve— quería ver porno —digo lo primero que me viene a la mente.

Lo que acabo de decir provoca que Amaranta parezca aun mas tímida y avergonzada. Supongo que quizás nunca ha visto pornografía.

Los tres nos quedamos en silencio sin saber que decir, esto es incomodo. Ojala la tierra me tragara en estos momentos.

—¿Por que ayudaste a Rodrigo? —pregunta la vocecilla fina de Amaranta.

—Ya te dije, comida gratis —respondo suavemente—. Y bueno, se que él te quiere aun.

Ella ve con ilusión a mi amigo, él luce nervioso pero parece estar en otro mundo, en uno muy, muy lejano.

—Gracias —susurra ella.

Antes de que cierres los ojos. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora