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Nota: Primeramente me disculpo por haber demorado en subir capitulos, pero mi excusa es que estaba de finales en la universidad. Y ahora agradezco por los mas de mil leidos y como agradecimiento les traigo a parte de este capitulo, dos más, asi que... ¡vayan a leer!


Había transcurrido mi primera semana en la universidad y estaba exhausta. Me había levantado todos los días a las seis y media de la mañana ya que mis clases comenzaban a las ocho y terminaban algunos días a las tres de la tarde. La verdad no hicimos ninguna tarea, ya que solo el maestro de Teoría y Análisis Cinematográficos se había aparecido el lunes y el miércoles. Las secretarias de la carrera nos habían dicho que los demás no iban a poder llegar y algunos de mis compañeros se habían quejado por ello. A mí me daba igual, aunque me molestaba un poco que nos levantasen tan temprano para venir y no hacer nada.

Yo había tomado por mí, un lugar en el medio del salón. No estábamos muchas personas en la carrera, a duras penas llegábamos a quince, creo.

Tampoco había visto a mi primo o a sus amigos, ya que ellos también comenzaron sus clases y su universidad estaba a una hora del mío. Esto de no tener amigos por mi cuenta se estaba volviendo aburrido ya que tampoco había entablado conversaciones con nadie de mis compañeros.

Es sábado nuevamente y había dormido toda la mañana desde la pasada noche de viernes por lo que moría de hambre. Cuando me levanto y me termino de asear, voy hacia la cocina donde me percato que no hay mucho que comer, por lo que me encamino al pequeño minimarket que hay a dos calles abajo del edificio.

Una vez allí cargo en el carrito frutas como banana, manzana y naranjas, que es lo único que me gusta. También un poco de tomates y papas en la sección de verduras. Voy a por los lácteos cuando alguien me llama.

-Eres Olivia, ¿cierto? – un chico de cabello largo castaño me habla, se me da una cara conocida pero no del todo.

-¿Tu eres... -digo sonriendo apenada.

-Cody, de la facultad. Somos compañeros. –sonríe. Entonces lo recuerdo.

-¡Sí! –sonrío al recordar que a él lo llamaron en la lista de presentes antes que a mí.

-Yo solo quería saludar. –inspecciono al hombre que me habla y a pesar de ser un poco demasiado alto y flaco, tiene los brazos tonificados bajo su camiseta blanca de algodón. Se saca un poco de cabello de su rostro. – Bueno... nos vemos el lunes.

-Está bien. –le sonrío cuando se aleja arrastrando otro carro de compras.

Sonrío mientras cargo tarros de yogur y leches en cartón. Que chico más raro, pero se notaba alegre y me animó algo de que tal vez ya tengo alguien con quien hablar el lunes en cuanto llegue a la universidad.

De vuelta a casa, me preparo unos huevos revueltos con carne a la plancha para mi almuerzo, pongo en la televisión La Cenicienta, que mostraba en un canal mientras me acomodo en la barra para almorzar.

Reviso también mi teléfono de pasadas y no hay ningún mensaje. Ni siquiera en el grupo de mi familia en la que estoy con papá, mamá, Noah y Gianna. Veo que la última vez que había hablado con Brandon fue el domingo pasado, y más abajo se encuentra el chat con Dustin que fue hace una semana. Entonces recuerdo nuevamente que había dejado mi patineta en su casa, y eso me da más bajones porque no podré ir tampoco a distraerme por la pista de rampas.

Voy a mi dormitorio a recostarme un rato y aburrirme más. ¡Necesitaba hacer algo! Por lo que decidí mover la televisión a mi dormitorio sobre el mueble de cajones donde tengo mi ropa. Me toma pocos minutos, y luego estoy ya viendo La Era del Hielo 3 mientras barro mi dormitorio. No podía permitirme una limpiadora y el edificio no contaba con ninguna. Mi ropa la llevaba a la lavandería que estaba a la vuelta, porque eso sí era algo importante por lo que pagaría.

Nueve en puntoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora