Solo iba a ir a la casa de Dustin, ya lo había hecho antes por lo que no debería estar tan nerviosa.
Pero lo estaba.
No había pegado un ojo en toda la noche por la ansiedad, y cuando lo hube echo, casi a las tres de la madrugada, me despertó el sonido de mi alarma que lo había programado a las ocho treinta.
Sin quejas me levanté para ducharme rápidamente, tenía planeado ir a comprar algunas bebidas para el almuerzo, ya que en eso quedamos con Dustin ayer. Después de que me dijo que su mamá me invitaba a su hogar y quedar en una hora específica, nuestros amigos se habían acercado para ir a comer algo.
Fuimos hasta un local mexicano, un carrito de alguna esquina que nos encontramos en el camino, me compré un taco al igual que todos. En ese trayecto terminé en entablar conversación con Stephie y Ross, que íbamos por delante de los chicos.
Entre nos, hablamos sobre los primeros días de clase. Ambas chicas me incentivaron a hacer amistades nuevas, que sea extrovertida en mi universidad como lo era con ellas. También hablamos de chicos, susurrando algunas cosas o hablando en códigos, Stephie contó que de verdad le gustaba Darren, pero el chico era muy patán para su gusto y ella misma se decía que se merecía a alguien mejor, así que hasta que nuestro amigo no siente cabeza, solo le daría falsas esperanzas como coquetearlo y calentarlo para luego dejarle con las ganas.
Ross dijo que estaban con Brandon en una etapa de "volver a comenzar", ya que el muy cabrón de mi primo, la había dejado sola en un momento tan delicado cuando pensaba que podría estar embarazada, fue eso en su primer año de universidad y apenas hace tres meses que volvían a hablar.
Y conmigo, obviamente saltaron el tema con Dustin, les dije lo que ya sabían, que sí me gustaba pero como decían, él no quería novias.
Eso me dejó con dudas y me metí en la cabeza que sacaría la información del por qué. Había muchas cosas que no sabía de Dustin, todavía, pero hoy me puse por objetivo recaudar mucha información.
Cuando llegué a su casa, que me había mandado la ubicación por mensaje para no perderme, me recibió alegremente. Y se veía condenadamente guapo con una camiseta blanca que hacía relucir su piel ya no tan bronceada.
Me invitó a pasar a la cocina, donde su madre ya estaba preparando un almuerzo que olía delicioso, pero lo que más me llamó la atención de la mujer, fue la camiseta que llevaba. Antes siquiera de preguntar sobre eso comenté lo que había traído y metimos la gaseosa y el helado en la nevera y charlamos los tres un poco.
-Señora Amy, me gusta su playera. –dije mientras Dustin se acomodada en una silla de la mesa, y yo me recostaba por una. La madre, confundida, se observó la prenda.
-Oh! –exclamó. -¿Quieres una? Tenemos varias y de diferentes tonos. –prosiguió. Ahora me tocaba mirarle confundida. La remera tenía escrita "Ojos honestos" debajo de una letra D más grande.
-¿No le has contado, Dustin? –Amy le señaló a su hijo, quien bajó la cabeza.
-¿Decirme qué? –pregunté aún más confundida.
-Dustin abrió una línea de ropa...
-Intenté. –interrumpió el nombrado.
-¿Quieres ser diseñador? –pregunto con la poca capacidad de comprensión que tenía hoy. Ellos ríen.
-No, Olivia. –responde Dustin sonriendo.
Entonces empiezan a contarme que cuando Dustin había perdido la vista, decidió abrir una microempresa para ayudar con algunos gastos de la rehabilitación, y si tenía éxito donaría la mitad de las ventas a una fundación que también quería abrir para personas con su misma discapacidad y poder darles aparatos inteligentes con los que poder ayudarse en su día a día. Pero no tuvo resultado, al principio sí, sus amigos y compañeros habían comprado la camisetas o canguros, con el fin de apoyarlo pero con el tiempo bajaron las ventas y luego nada.
ESTÁS LEYENDO
Nueve en punto
Teen FictionOlivia Galler a sus diecinueve años tiene el gran deseo de hacer de su sueño una realidad, para ello viaja al país donde la mitad del mundo desea estar y de donde nacen las mas famosas películas, Estados Unidos. Lo que no imaginaba es que...