El lunes apenas había llegado a la facultad ya todo el mundo estaba eufórico. Los de último año estaban colocando los adornos por las escaleras de la entrada principal para la fiesta del sábado, faltaba tan pocos días y era emocionante.
Incluso los maestros y profesores estaban contentos por lo que sucedería en la universidad, ellos parecían más emocionados que los alumnos debido a que apenas entrabamos a las clases y nos daban indicaciones de qué capítulo de los libros leer para darnos libertad de ayudar a los preparativos o vagar por ahí.
La universidad no tenía muchos alumnos, solo se trataba de un máximo de casi ciento cincuenta estudiantes y unos veinte maestros y directores y otros quince a veinte funcionarios. Era porque como es una universidad solo de cine, solo había cuatro cursos cada año.
La fiesta se realizaría en el salón Magno en el tercer piso del edificio B, ya que contábamos con torres A, B y C, ese salón suele tener sillas y maquitas de filmaciones, por lo que un grupo estaban vaciando de todo eso cuando fuimos con Jennifer a inspeccionar.
-Bueno, mira, es allí donde estarán los bocadillos dulces que traerán. –ella señala un lugar vacío cerca de la ventana.
-Está bien. –le sonrío.
-Cuando ustedes traigan las bebidas... -le habla a otro compañero de tercer año. –Deberán ponerlos debajo de la mesa que estará allí. –continúa diciendo Jennifer.
Y así pasan los días de ajetreos, donde puedo liberarme un poco el miércoles que es cuando vamos de compras con mi suegra, digo la madre de Dustin. Ya le había dado todo el dinero que se necesitaba para las comprar y le había pagado de antemano por su labor.
Íbamos ir a su casa a dejar las cosas y ella ya iba a preparar las masas que se necesitaba para dejarlas reposar, así que cuando llegamos a su hogar me sorprendí de ver a Jeremy, Jade y por supuesto, a Dustin allí. Había olvidado que ellos filmarían hoy aquí.
-¡Olivia! –saludó Jade emocionada. –Viniste, y te necesitamos.
-Hola, chicos. Yo la verdad vine por los pastelitos para la fiesta del sábado. –señalé algunas bolsas que traía.
-Cariño, ven por aquí. –Amy me dijo una vez que saludó a todos un hola. Les sonreí a mis amigos y crucé a la cocina. -¡Annie, que gusto verte!
Me quedé parada a medio camino cuando la vi en la cocina con un vaso de agua a punto de llevársela a la boca. ¿Qué hacía aquí?
Claro, ella era la mejor amiga del chico que me gustaba.
Con una pequeña sonrisa terminé mi trayecto y dejé las bolsas de compras en la mesa.
-Hola, Annie. –saludé.
-Hola. –me dijo levantando ambas cejas en mi dirección, un gesto que no había entendido del todo.
La mamá de Dustin empezó a entablar con ella una conversación sobre su universidad mientras yo me dedicaba a vaciar las bolsas, y me detuve cuando mencionó que saldría en el documental que estaba grabando Jeremy.
Herví de celos.
Ni siquiera yo, que tuve la idea, iba a salir en el dichoso documental y ella saldría. Pero claro, se trataba de la vida de Dustin y yo no estaba en ella.
Cuando Amy le estaba diciendo que también querían que ella salga en la película, Jade ingresa a la cocina con la MacBook en mano.
-¿Podrías ayudarnos en esto un segundo? –me pregunta y yo asiento. Ella baja la computadora en la mesa al momento que Jeremy viene a buscar a Annie para filmarla con Dustin. Yo ruedo los ojos.
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Nueve en punto
Teen FictionOlivia Galler a sus diecinueve años tiene el gran deseo de hacer de su sueño una realidad, para ello viaja al país donde la mitad del mundo desea estar y de donde nacen las mas famosas películas, Estados Unidos. Lo que no imaginaba es que...