18 km

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La inquietud abordó a Lila en el preciso instante que su hermano abandonó la casa para dirigirse a su antigua ciudad. Desde que había llegado a Mahogany, la chica había estado ocupada y distraída por todos los acontecimientos novedosos de aquel lugar. Sin embargo, se alarmó al descubrir lo agobiantes que todavía resultaban sus recuerdos encontrándose sola.

Localizó a Kim en su teléfono, para invitarla a pasar juntas ese día. Necesitaba compañía pues se sentía vulnerable. Su cuñada acudió de inmediato, pero se llevó una sorpresa al descubrir que Green se había marchado.

—¡¿De pesca?! — Exclamó, incrédula. —A él no le gusta la pesca, y en todo caso ¡¿Por qué demonios se iría a otra ciudad?! Todos los ríos cruzan por aquí.

Lila se encogió de hombros. Ella no pensaba arreglar las fallas evidentes en la coartada de su hermano, y si bien su amiga sufría aquel ataque de histeria, seguía sintiéndose mejor que en la soledad.

—Sé que suena raro, pero creo que extrañaba nuestra... vieja vida, de alguna forma — Intentó tranquilizarla.

Kim se dejó caer en el sofá y resopló. Era extraño para ella que su novio se hubiera ido sin decirle una palabra. Miles de suposiciones sobre aquel viaje acudían a su mente, haciendo que su estómago se comprimiera de rabia.

—Voy a matarlo — Masculló.

Lila no tenía dudas de que era capaz de hacerlo si seguía allí pensando sobre ello, así que se sentó a su lado para animarla.

—Él no está haciendo nada malo, Kim, puedo asegurarlo — Se sinceró.

La aludida asintió, aunque su expresión se mantuvo tensa.

—Lo sé. He llegado a confiar en él con el tiempo, pero la situación de Mary está logrando que mis nervios se pongan de punta también — Comentó.

Lila no supo de qué hablaba. Las últimas veces que había visto a Mary, la novia de Luke, ella no aparentaba estar afrontando alguna situación preocupante.

—¿Qué sucede? — Indagó.

—Desde que Green comenzó a perder en las carreras, Luke está ganándolas. Su éxito le significó un incremento en dinero y arrogancia, y ahora las chicas están sobre él... Mary lo lleva bastante mal.

—¿Hablas en serio? No tenía idea... — Lila se sorprendió. —¿Por qué no la llamamos y salimos las tres? Creo que todas estamos necesitando distracción.



Sentadas a una mesa de aquel tranquilo restaurante, donde se podían prestar más atención una a la otra, era evidente que Mary se encontraba devastada. Su habitual actitud de confianza había sido arrasada por la nueva faceta de su novio.

—Llamé a Luke anoche, y una chica atendió su móvil — Reveló, después de pasar un tiempo jugando con la comida en su plato, sin siquiera probarla.

—Tienes que estar bromeando — Jadeó Kim.

—Las zorras que apoyan al grupo de Bieber no paraban de insinuar que una de ellas estaba teniendo sexo con él. Finalmente lo confirmé — Se lamentó, tratando de ocultar sin éxito, el temblor de su voz.

Unos segundos de silencio pasaron mientras intentaban asimilar la noticia.

—¿Estás segura que no se trata de un error? Quizá lo de su teléfono sea un malentendido... — Sugirió Lila.

Mary negó con la cabeza.

—No. Reconocí el estúpido chillido de quien atendió el teléfono. Fue Melina.

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