22 km

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El cemento de origen arcilloso había sido moldeado de tal manera que daba forma a una pintoresca mesa y sus respectivos asientos. Éstos se situaban entre los rosales del jardín, cuyo aspecto era deslumbrante. Aunque aún no había recorrido el enorme chalet en su totalidad, Lila estaba segura de que ese era su lugar favorito en la casa de los Bieber.

Montado en un Strada Working, Justin había pasado a recogerla por el centro de Mahogany cuando el sol de la mañana aún brillaba mortecino. Si bien Lila no había visto aquel vehículo anteriormente, supo antes de que aparcara que pertenecía a él.

-No soy amante de Fiat- Admitió, una vez que ingresó por la puerta del copiloto. -Pero tengo que admitir que esta versión de doble cabina es agradable a la vista.

Ese comentario provocó que el chico mostrara una sonrisa antes de inclinarse en su asiento para besar los labios de Lila.

En ese momento, él se encontraba poniendo el desayuno sobre la mesa. El sol proyectaba la luz en su rostro, haciendo que el color ámbar de sus irises se reflejara radiante. La joven tuvo que hacer un esfuerzo por apartar la vista de esa imagen. Desde su temprana adolescencia había mantenido una relación estable con su pareja, por lo que no había desarrollado el hábito de admirar a los hombres, pero aquel frente a ella estaba logrando que su corazón se acelerara de manera desconcertante con tan sólo su presencia.

Justin tomó asiento en el banco frente a ella y conectó sus miradas. Sonrió.

-Suelo ignorar este lugar, pero supuse que a ti te gustaría- Comentó.

-¿Por qué lo ignoras? Es precioso- Lila volvió a echar un vistazo al panorama, todavía fascinada por éste.

-Mi masculinidad se vería afectada si me siento entre flores a beber el té- Justin bromeó.

Ella ahogó la risa y negó con la cabeza.

-Tienes razón. Si soy sincera, no puedo concebir esa imagen de ti en mi cabeza... Pero estás aquí ahora, así que esperemos que tu masculinidad siga intacta.

La charla siguió su curso mientras tomaban el desayuno. Justin construyó un velero con las servilletas, y su considerable tamaño sorprendió a Lila. Ésta lo llevó con ella cuando abandonaron la mesa y pasearon entre los rosales. Sin poder evitarlo, la muchacha se detenía a admirar cada una de las sublimes flores, y esos momentos eran aprovechados por su compañero, quien la admiraba a ella.

Los muros de hielo que había levantado en su interior y que por años habían permanecido intactos, de repente eran golpeados por un tornado de sentimientos que pretendía derretirlos.... Y sentir no era bueno, no para él.

El jardín era extenso, pero el lago era aún más impetuoso, por lo que, apenas quedó a la vista, ambos se dirigieron al pequeño muelle casero construido sobre éste. La madera era firme y estaba pintada con varias capas de un blanco resplandeciente. Se sentaron en el borde, dejando sus piernas colgar cerca del agua.

-Justin...- Lila suspiró su nombre, por lo que el chico supuso lo que estaba pasando por su mente.

-¿Qué sucede?- Indagó de todas formas.

-Sabes lo que sucede... Todo esto... Nosotros...- La enfermera no sabía como exponer con palabras lo que pensaba, así que decidió volver al principio. -No nos conocimos de la mejor manera, así que todo lo demás resulta algo confuso.

Justin observaba el breve vaivén del agua, provocado por la ligera brisa.

-Sí.- Murmuró, más afirmó su voz para continuar: -Desde que te vi, picaste mi curiosidad como ninguna otra cosa lo había hecho. Simplemente te acercaste a mi Camaro V, con tu rostro ardiendo de efusión. Yo nunca había visto tanta vida en la expresión de alguien- Sonrió debilmente. -No al menos en mí mismo... Bien, no suelo prestarle atención a ninguna persona fuera de mi familia, menos si tienen que ver con las carreras, pero allí estabas tú, destilando belleza en una noche tan oscura, acercándote a mi auto... Definitivamente necesitaba saber quien eras...

-Y entonces, me apostaste- Ella rememoró.

La sonrisa endeble del chico se estiró, hasta formar una verdadera.

-Y de repente, vas, me besas y me robas- Dejó escapar una risa silenciosa entre sus dientes. -Demostraste más valor frente a mí que cualquier piloto en ese lugar. Me habías dejado aún más encantado.

-Bueno, es difícil para ellos relacionarse contigo. Tienes que admitir que te comportas tan...- Lila no quiso emplear ningún adjetivo certero, con la esperanza de que el muchacho la interrumpiera para esclarecer, pero no lo hizo, así que prosiguió: -No me digas que te comportas de manera fría sólo por aparentar, algo como lo que has dicho sobre tu masculinidad, esto no se trata de tomar el té entre flores, simplemente es ser menos hostil con los demás. La gente allí es agradable... entre los miembros de sus mismos grupos, claro. ¿Por qué decidiste mostrar tu lado menos simpático si estás haciendo algo que amas?

La expresión en su rostro delataba que él estaba hundido en sus pensamientos. Ella dejó que se sumiera en sus cavilaciones, respetándolo. Finalmente, él volvió a hablar:

-Eso prefiero contarlo en otra ocasión...- El tono afectado de su voz provocó que Lila asintiera de inmediato, para que supiera que estaba dispuesta a aceptar eso. -De todos modos, mi padre es juez y mi madre es abogada, no puedo abrir mi vida personal y mezclarla con lo que hago esas noches, es mucho más que ilegal. Dañaría sus empleos... Y ellos me odiarían, realmente no me lo perdonarían esta vez.

La chica quiso preguntar qué otra veces sus padres habían tenido que perdonarle algo, pero se abstuvo, sabiendo que era un tema delicado.

-De verdad, aprecio mucho que me hayas tenido confianza suficiente para abrirte conmigo. Sé que lo de Zac hacía casi imposible que pudieras ocultarlo de mí, sin embargo al final decidiste acercarte cuando podrías haber mantenido esa postura antipática que habías tomado al principio.

-Sí, lamento eso. Quería acercarme a ti desde el principio pero... allí estaba él- Masculló la última parte.

Por la forma de apretar su mandíbula y sus dientes con desprecio, Lila supo que se refería a Green. Justin era mucho más comedido con sus reacciones, aún así se notaba la misma intensidad en el odio que sentía por su hermano. Ella también tensó su cuerpo, sin poder evitarlo. Aquello resultaba triste, además de incómodo.

Guardaron silencio. Ese era el punto al que Lila más ansiaba llegar, más repentinamente deseaba no hacerlo. Al notar la gravedad del asunto cerniéndose sobre ella, quería pasarlo por alto. Al parecer, Justin también, porque dio un giro a la conversación con algo que venía pensando hacía varios días.

-Escucha... Yo no puedo simplemente salir a pasear contigo por Mahogany. Ni siquiera lo hago con Zac, por eso lo llevo a lugares apartados o vamos a Branch...- Quitó la mirada del lago para hacer contacto visual con su compañera. -Quiero ser sincero contigo: gran parte de eso es sólo por las carreras, pero también hay algo más: yo no quiero que la gente me vea, no quiero que este pueblo sepa ni una maldita cosa de mí. Desearía poder darte algo mejor, Lila, lo juro... Yo entendería si quisieras parar con esto ahora.

Ambos jóvenes se miraron a los ojos con intensidad por largos segundos. Inspeccionaban en sus pupilas la veracidad de sus sentimientos.

Lila meditó su propuesta. Sentía que ya había cruzado una línea en el momento en que comenzó a sentir aquellas agradables sensaciones en su pecho por aquel chico, aún así todavía estaba a tiempo de retirarse... más no quería hacerlo.

Justin le presentaba una relación a hurtadillas, con todas las complicaciones y desventajas que eso significaba. Sin embargo, de todas maneras, debido a su hermano ella tampoco podría disfrutar públicamente de algo relacionado a Justin Bieber, mucho menos un idilio.

Así, todo encajaba. Momentáneamente.

Lila dejó el velero de papel sobre la superficie del lago y lo vio flotar lejos de ella, mientras una sonrisa se deslizaba lenta en sus labios.

-A veces, las razones y los argumentos sobran. Sonará ilógico para los oídos incrédulos, pero existe un motivo que yo misma desconozco, el cual me hace estar segura de querer quedarme contigo, Justin.

Cuando los labios del muchacho tocaron los suyos en esa ocasión, los sintió más suaves que de costumbre.

-TatianaRomina

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