E c h e v e r i a

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Día Lunes, 5:00 pm y el sol estaba en su máximo esplendor. La gente que llenaba las calles de Tokyo limpiaban su sudor con un pañuelo o con las mangas de sus camisas, algunos niños tomaban helado y otros se refrescaban con bebidas heladas. Todos estaban desesperados por encontrar algo de frescura en ese tormentoso día de Junio...excepto un pelirrojo.

En una de las calles menos transitadas, se encontraba una pequeña, pero linda, florería, y en ella se encontraba Gaara, Sabaku No Gaara, quien no sudaba ni una gota a pesar de tener puesto su uniforme de trabajo, pantalones y camisa manga larga, ambos de color blanco, también tenía una mascarilla cubriendo su boca y nariz, además de una gorra que le ocultaba el cabello rojo. Su cara se mostraba seria mientras veía como la anciana elegía unas flores, sin poder decidirse.

Sacó una revista de deportes y comenzó a leerla, algo le decía que esa mujer de tercera edad se demoraría en comprar. Se acomodó en la silla y ojeó la revista, hasta que un ruido hizo que levantase la mirada.

Sintió como su corazón comenzaba a acelerarse cuando vio a la chica, con sus manos apoyadas en el mostrador, su respiración agitada y aun con la ropa de la escuela, estaba sudorosa, su cabello recogido con una coleta desordenada, haciendo que algunos pequeño mechones estén pegados en sus mejillas.

-Necesito un cactus -dijo rápidamente.

Gaara, saliendo de su asombro y volviendo a estar serio, asintió, pero su corazón seguía latiendo rápidamente.

-¿Que tipo de cactus quieres? -pregunto con su voz neutra.

Ella guardó silencio y miro el techo mientras mordía su labio inferior. Él sabía que estaba nerviosa, siempre hacía eso cuando estaba en público o le sucedían cosas vergonzosas en los pasillos de la escuela.

-¿Existen muchos tipos de cactus?

No pudo evitar rodar sus ojos a tal pregunta tan estúpida.

-Si no sabes como es, describelo.

-Eh... -con su dedo dio golpesitos en su frente- Era...como una flor y... -fruncio los labios, pero de repente sonrió y saco su celular del bolsillo de su falda- Es así.

Gaara dejo de lado la revista y se acercó para ver la foto que la chica le estaba enseñando.

Gaara dejo de lado la revista y se acercó para ver la foto que la chica le estaba enseñando

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Gaara fruncio el ceño al reconocer la planta, en la escuela había un cactus de ese tipo.

-Se llama Echeveria -dijo él mientras se levantaba de su asiento y salía del mostrador.

-Si... -respondió ella no muy segura y siguió al pelirrojo, quien caminaba hacia una puerta, para entrar a un lugar con diferentes plantas.

Gaara tomó el cactus que la joven le había mostrado y se lo extendió, viendo como los ojos de ella se iluminaban y tomaba el macetero con delicadeza.

-¡Gracias! -hizo una reverencia.

-Son 939,95¥ -dijo Gaara caminando de nuevo a su puesto.

Ella tragó.

-Vendedor-san... -habló avergonzada, provocando que él detuviese su caminata y viera a la chica, temiendo lo peor- No traje mi dinero ahora, pero mañana le pagaré -rió nerviosa y mordió su labio.

Parpadeó y miro hacia otro lugar, la mirada de ella le estaba ganando y para empeorar las cosas, estabamos hablando de su amor desde hace cuatro años.

-Mañana quiero mis yenes.

Ella asintió rápidamente.

-¡Gacias vendedor-san! -exclamó para luego salir corriendo del lugar.

•••

Levantó su mirada lentamente y suspiró al verla sonreír junto a sus amigas.

"Mañana quiero mis yenes"

Ayer fue la primera vez que habló con ella y hoy volvería a hablarle en la floreria y eso le emocionaba, pero no tanto al saber que después de pagarle, todo volvería a ser como antes. Además, ella no se había dado cuenta que él era el vendedor y pensándolo bien, era mejor así.

Pudo escuchar como el grupo volvía a reír y se burlaban de su amiga, quien había matado el cactus sin querer y debía gastar dinero por el que había comprado. A Gaara le pareció normal la conversación de las mujeres, después de todo, sospechaba que ella había roto el cactus, pero no se esperó las palabras que salieron de ella.

-Pero el vendedor no era feo -dijo con un sonrojo.

_____ no había parado de pensar en aquel chico desde que lo vio. A pesar de que no había visto su rostro, los ojos del joven habían llamado su atención y el echo de que él confiase en que ella le pagaría, le causaba simpatía y a la vez curiosidad. Sinceramente, ella quería conocerlo más.

Entre Las Flores ||Gaara y _____|| FINALIZADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora