En el capítulo anterior...
Ojalá estuvieras conmigo siempre mamá.-Le dije totalmente sincera.
-Eres una chica que nunca ha dependido de nadie.-Se levantó del sitio.-Así que sal ahí y demuestrale al mundo de lo que un Prior es capaz.
Y esa señores, era mi madre osada, no la abnegada.
-¿Y qué hago con el dolor?-No hizo falta decirle de quién hablaba.- Cuando llegue no podré evitarle eternamente.
Me levanté también.
-Tú nunca has evitado un problema. Da la cara y enfrentate a él. Nunca sabrás lo bueno que puede traer esa decisión.
Que verdad tan inmensa,¿cierto?
*****
Me costó horrores volver a separarme de mi madre, pero después de abrazarla muchas veces y decirle cuánto la extraño, al fin salí de casa y he de confesar que parecía renovada, como si mis fuerzas hubieran vuelto.
He decidido que no voy a sufrir más por Cuatro. No me merezco pasarlo mal por una persona como lo es él. No se merece mis lágrimas.
No me pude despedir de mi padre, pues iba a anochecee pronto y la hora de la cena se iba a pasar y me quedaría sin comer nada, por lo que le dije a mi madre que le diera un abrazo de mi parte.
Hacía buen tiempo por la sede abnegada, había niños jugando por las calles y no tan niños que simplemente paseaban y observaban la inmensa felicidad que transmitían los primeros nombrados.
Iba a salir de Abnegación cuando escuché unos pequeños murmullos que negaban y unos sollozos procendentes de una voz infantil. Entrecerré los ojos y me dirigí hacia la procedencia del sonido, encontrandome con una situación que provocaba que mi sangre hirviera de ira.Unos niños eruditos-lo sabía por sus vestimentas azules- concretamente tres, estaban acorralando a uno de abnegación.
-Venga, danoslo si tan buenos sois los estirados.-Insistía uno de los muchachos.
El abnegado sólo negaba con la cabeza mientras agarraba algo que desconocía entre sus pequeñas pero prietas manos.
-Nunca os anteponeis a los demás, ¿por qué tú sí?-Preguntó otro.
-No puedo...no...-Sollozo el abnegado provocando las risas de los otros tres.
No pude seguir escuchando más.
-Eh, vosotros.-Solté acercandome a donde los cuatro chicos estaban. Sus miradas de sorpresa fueron enormemente divertidas y ma tontería se les fue a los tres eruditos casi al instante.-¿Qué os pensáis que hacéis?
Los tres vacilaron al hablar.-Bueno, los abnegados se suponen que ayudan a los demás antes que ellos y nosotros...-Iban tropezandose con las palabras.
-¿Y vosotros?-Les interrumpí poniendome delante del abnegado que se hallaba totalmente en silencio.-Vosotros sois eruditos y se supone que vuestro fuerte es ser inteligentes...-Sonreí.-Bien, pues actuar como tales.
Las mejillas de los tres niños se pusieron rojas.
-Largaos.-Inmediatamente se largaron corriendo sin siquiera pestañear.
El primer acto inteligente de sus efímeras vidas: salir corriendo sin replicar.
Puede que me haya pasado un poco con ellos. Puede que esté acostumbrada a ese noto duro y crudo por mi ocupación de instructora. Puede que haya juntado tods mi rabia y la haya pagado con los críos.
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Divergente (Sin Guerra)
أدب الهواة¿Quién me diría hace tan solo unos escasos meses que me hallaría rodeada de osados con almas rebosantes de vida, escondidas tras una capa de oscuridad en estado puro? Había llegado a la gran anhelada perfección y mentiría si dijera que era algo que...