CAPÍTULO 28

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En el capítulo anterior...
-¿Pasa algo?- Le dije cerrando los ojos.-¿No vas a colaborar?

-Sí, bueno tampoco quieren mucho mi opinión y... creo que nos ayudaría ver la bandera si alguien se sube al punto más alto.- Abro los ojos con interés. Puede que sea mi hermano gemelo.

-Es una buena idea.-Me llevé las manos a mi boca y silbé, ganándome la atención de todos.- Vuestro compañero tiene una idea, escucharle al menos.- Listo. Todos le escucharon con la atención y la apoyaron. Después decidieron que la noria era un buen lugar para subir. Si Cuatro estuviera aquí se reiría de la situación.

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-¡He ganado dos rondas de tres! ¡Te toca a ti!-Grito Lucy atemorizada por perder ese duelo.

-¡Todos han visto cómo has hecho trampas en la primera, yo he ganado!-El chico no sé quedó atrás tampoco. Resulta que nadie quiere subir a la noria por miedo a las alturas y todos han hecho una especie de torneo muy serio y profesional: jugar a Osadía Erudición o Verdad ( La piedra era Osadía por su fuerza, el papel representaba Erudición debido a su inteligencia y tijera a Verdad debido a su forma directa de hablar, como un "corte de mangas"). Y los finalistas muy contrariados de serlo, Lucy y otro chico osado, estaban discutiendo por quién de los dos subiría a aquella monstruosidad.

-¡Perdemos tiempo chicos!-Fue uno de los avisos de Chris. Yo no decía nada, realmente no me importaba ganar aquello, yo ya tuve mi oportunidad.

-¡Feliz Navidad a todos! ¿Queréis que traiga el pavo aquí y nos lo comemos mientras os decidis?-Solté una carcajada ante el comentario de mi amiga. Ella podría subir a esa noria y ahorrarse la impaciencia, pero tampoco le hacía gracia estar varios metros del suelo.

-¿Por qué no lo hace Cam? Después de todo, a él se le ha ocurrido la idea.-Dice otra chica osada.

Él negó enérgicamente.-Ni hablar, como tu dices he aportado la idea, le toca a otro llevarlo a cabo.-La película interminable le llamaban a esto...

Resople con indignación al mirar en mi reloj que ya habían pasado casi quince minutos. Y nosotros dando voces.
Aparte a unos cuantos para acercarme a la noria. La miré con añoranza y a la vez miedo. No pasé un rato agradable que digamos. Tragué saliva.-Sois todos unos cobardes. Antes de meteros con Cam y su procedencia deberiais replantearos si en verdad tendríais que haber elegido otra facción.-No pronuncie la palabra "Abnegación" pero todos lo entendieron al meter a Cam, quién me dio una mirada de agradecimiento. De nada.

Tiré mi fusil a la tierra y coloqué un pie con decisión en uno de los barrotes de las escaleras.

-¿Quieres que te acompañe?-Me preguntó Christia intentando ocultar las ganas de que le dijera que no. Me volví y le guiñe un ojo.

-Podré apañarmelas. Solo estira los brazos y cogeme si ves que caigo.-Me burle y ella puso los ojos en blanco, claramente divertida.

-Es tan valiente...-Oi murmullos cuando iba subiendo por la escalera oxidada. Sonreí para mí misma. Por algo me llamaban Seis.
Me resultó bastante fácil llegar a la primera plataforma. En el camino a la segunda me encontré con la falta de un peldaño. Recordé como hacia unos meses yo resbalaba por ese maldito peldaño inestable y terminaba casi en los brazos de Cuatro. Fue de las primeras veces que sentí la electricidad que noto cuando me toca. Me encerraria con el en su habitación en cuanto viniera de aquí. Lo echo mucho de menos.
Subí con fuerza hasta lo más alto de la noria, sintiendo la adrenalina fluyendo por mis venas como si de cocaína se tratase. Adictiva es, no te lo voy a negar. La adrenalina, me refiero.
Observé con una paz interior el gran paisaje destruido que se alzaba ante la atracción de ocio. Podría estar descuidado, pero el horizonte era bastante hermoso. Me concentre en mi objetivo y no tardé mucho en darme cuenta de donde se encontraba la bandera, ya que mis ojos se fueron al mismo lugar donde estaba escondida cuando yo era iniciada. Que poco originales, pensé antes de darme cuenta que nosotros habíamos echo lo mismo.
Bajé los escalones con impaciencia y rapidez sin demorarme en tener cuidado de su estabilidad. Cuando llevaba medio tramo, me desquicie y quité los pies de los peldaños, deslizandome hacia abajo con rapidez ain soltarme del hierro descolorido. Hubiera gritado si no estuviesemos en la prueba. El peligro me encantaba aún siendo siempre cautelosa. Con un fuerte golpe que levantó polvo, llegué al suelo donde todos me miraban como si estuvieran adorando a un santo.

Divergente (Sin Guerra)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora