Capítulo 61 -Parte 1

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En el capítulo anterior...

Un silencio se instaló en el espacio que existía entre nosotros.- Vamos.- Dijo repentinamente separándose de mí. El frío se apoderó de mi cuerpo en el momento en el que lo hizo. 

Su mano se extendió, esperando a ser cogida por la mía. Entonces, dijo las palabras que llevaba esperando tiempo.- Te lo contaré. Todo.

Disfruté el tacto de mi mano deslizándose por la suya cuando se unieron en una sola.

****

CUATRO'S POV

Tragué saliva. Finalmente, Tris se había roto, una grieta que con tanto esfuerzo y sufrimiento había intentado ocultar, pero que al final sucumbió ante el dolor.

Había colapsado.

Había caído tan hondo que me parecía imposible poder sacarla de ese estado.

Entonces me di cuenta.

Comprendí el gran error que había cometido al haberla apartado de mi vida en un intento de protegerla de toda la mierda que se avecinaba.

Ella tenía toda la razón: no le estaba protegiendo, le estaba haciendo daño.

¿Quién pensaba que era? Tris es una de las osadas más valientes, fuertes, inteligentes y astutas que había conocido. Y la había subestimado, creyendo que si permanecía en la ignorancia estaría a salvo.

Que equivocado que estaba. Ella está a salvo conmigo. A mi lado. Como debe ser.

Obviamente ella malentendió mi repentina lejanía como que ya no la quería cuando era justo al revés, pues cada día que pasaba la amaba más y más.

¿Podía llegar a ser más estúpido?

Sin soltar su mano caminé por la penumbra de los pasillos, moviendóme deprisa antes de que alguien venga a quejarse por el pequeño barullo que habíamos montado entre ella y yo.

Cuando Tris se percató donde ibamos, un tanto tarde, ya que ya estábamos en la puerta, se tensó y se deshizo del agarre al instante.

-¿Qué ocurre?-Le pregunté.

-Prefiero ir otro lugar a hablar.-Dijo ella mirándome con sus brillantes ojos, siempre alertas.

-¿Por qué? En mi habitación tenemos más privacidad.- Era verdad, el tema que se iba a tratar en breve no era algo de lo que podíamos hablar en cualquier lugar. Este lugar estaba lleno de ojos y oídos al acecho.

-Me siento débil estando en tu habitación.-Confesó, sus mejillas estaban tornadas en un color rosado, lo que le daba un aspecto tierno y dulce.

En un impulso volví a coger su mano.-Sólo vamos a hablar, Tris. Tranquilízate.

Finalmente, no sin antes vacilar alternando su mirada de mi mano a mis ojos, asintió.

Abrí la puerta del cuarto y, estirando mi brazo que sujetaba la pequeña mano de Tris, le hice pasar primero antes de pasar yo y cerrar la puerta.

Pulsé la llave de la luz para que el cuarto se iluminara con una suave y tenue luz que transmitía serenidad. A continuación, me quité la chaqueta y la colgué en la percha, intentando de alguna manera hacer tiempo para evitar el tema.

Cuando me giré para encararla, ella me miraba seria con los brazos puestos en jarra.

-¿Y bien?-Preguntó firma. Y aquí había vuelto la Tris imponente y fría.

-Sientate.-Le dije.-¿Quieres beber o comer algo? No has llegado a tiempo a la cena.

-Quiero que me expliques todo.-Dijo sentándose en el sofá individual.-Eso es lo que quiero.-Reafirmó.

Divergente (Sin Guerra)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora