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Editado 10/01/21

Me despierto de golpe gracias al sonido proveniente de mi mesa de noche. Doy un gran bostezo y estiro mi brazo para tomo el celular.

Me tardo unos segundos ajustándome a la luz del dispositivo y cuando lo hago juro que paro de respirar.

—¿Por qué demonios me llamas a las tres de la mañana David? ¿¡Estás loco!?— Susurro a mi arrogante hermanastro al otro lado de la línea antes de que pueda decir palabra alguna.

—Hay algo que tengo que decirte— murmura arrastrando las palabras ligeramente.

—¿Estás borracho?— Pregunto sentándome en mi cama  apoyando la cabeza contra la fría pared.

—No— hipa—. Bueno, tal vez, pero solo un poquitito— se ríe.

—Pero eso no importa, lo de Si-

Frunzo mi ceño sin entender ni una sola palabra y despego el teléfono cuando alguien grita—¡NO!— Cortando a David.

—Pero ellas tienen que saberlo— alega él.

—No, ella no puede saberlo, si le dices te mato—  amenaza una voz masculina del otro lado de la línea.

Escucho un montón de sonidos torpes y lo que logro reconocer como una conversación a lo lejos, aunque no la escucho lo suficientemente alto como para saber qué están diciendo sólo se nota que se encuentran en medio de una agitada discusión.

Oigo gritos y quejidos y tengo que morder mi labio inferior para evitar soltar un grito de horror cuando escucho un golpe seco seguido de un montón de crujidos.

Escucho cómo el celular cae al piso fuertemente seguido de más alboroto, hay por lo menos cuatro nuevas voces alarmadas y muchos más golpes y pasos duros.

—Simón, ya para, lo vas a matar— a penas las palabras salen del teléfono me levanto de la cama y me pongo zapatos.

Rápidamente le hecho un vistazo a mi reflejo en el espejo de dos metros en mi pared y paso ambas manos por mi enredado cabello. Al ver el desastroso estado de mi cabello agarro una moña y coloco mi pelo en una cola alta en la corona de mi cabeza.

Entonces lo escucho y juro que toda la sangre se drena de mi, mi pulso se acelera y mis manos comienzan a sudar.

—¡ALGUIEN LLAME UNA AMBULANCIA!— Gritan al otro lado de la línea.

Con el pecho encogido cuelgo la llamada y marco el número de Luisa.

Timbra, una

Dos,

Tres,

Cuatro,

—Más vale que sea importante— escucho la enfurecida voz de mi amiga y casi salto de la felicidad.

—¿Sabes dónde está Simón?— Cuestiono sin dar rodeos.

—En una fiesta en casa de Christina, ¿por qué? ¿Algo pasó? ¿Está bien?— Dice repentinamente alarmada.

—No lo sé— digo antes de cortar la línea.

Bajo las escaleras lo más rápido posible y salgo de la casa con las llaves del auto entre mis sudorosas manos.

Una vez estoy en el carro enciendo el vehículo y estampo mi pie contra el acelerador sintiendo la adrenalina recorrer mis venas.

Sé que no conozco a David lo suficiente como para juzgarlo y admito que siempre lo he hecho debido a la forma en la que juega con las mujeres, pero en realidad espero que haya algo más escondido bajo esa dura y repugnante apariencia.

Mi Hermanastro ©|+18| [✔️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora