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Editado 20/08/21

Una vez aparcamos el auto en el estacionamiento de un centro comercial, nos acomodamos todos en los asientos de atrás para poder hacer la llamada. En el camino habíamos decidido que Axel sería quien hablaría con Bianchi, pues no había hecho el mínimo aporte en la tienda de armas, era lo más justo.

Con manos temblorosas y un pequeño nudo en el pecho copio el número en el teléfono viejo que había estado usando para ahorrarme los sustos de los mensajes amenazantes en mi celular.

Pongo la llamada en alta voz y coloco el celular en mi muslo mientras este timbra.

Solo lo hace unas cuantas veces cuando una voz masculina y cargada de un marcado un acento italiano responde.

—¿Qué pasa?

Axel traga duro y me mira un tanto asustado antes de responder.

—Soy el hijo de Harrison Murphy, quizás le suene el nombre —dice mi hermano con un tono sorprendentemente fuerte y seguro.

Esperamos unos cuantos segundos de silencio incómodo hasta que el señor Bianchi vuelve a hablar, esta vez en un susurro,

—Sí, el jefe H, recuerdo que nunca se cansaba de hablar sus mellizos, dime niño ¿qué demonios necesitas de mí? ¿no deberías estar en la escuela? En vez de estar metiendo la nariz donde no te llaman. Si tu papá nunca le dijo nada de sus negocios en la mafia ha de ser por algo —Dice rápidamente, haciendo que se me revuelva la cabeza.

¿El jefe H?

¿Negocios de la mafia?

¿Acaso mi papá era el jefe de una mafia?

David coloca una mano sobre mi regazo de manera confortante y de inmediato mi mirada de clava en la de Axel.

Luce confundido.

Levanto las cejas recordándole lo que está haciendo.

—He tenido algunos problemas con gente peligrosa, antes de hablar de detalles necesito saber, ¿puedo confiar en usted señor Bianchi?

Muerdo mi labio para reprimir las ganas de gritarle a Axel por hacer una pregunta tan estúpida, ¿por qué carajos habríamos de confiar en un criminal?

Oh claro, porque mi papá lo era.

Una carcajada sonora sale del otro lado del teléfono.

—Tienes escrúpulos niño, no cualquiera le haría esa pregunta a alguien como yo. Pero supongo que ayudarte es lo menos que podría hacer por el jefe H —replica tomando un tono serio hacia el final.

Después de hablar un rato más con el señor Bianchi, él mismo nos instruye que le dejemos mi teléfono en un basurero a la entrada del centro comercial ya que mandaría a uno de sus hombres para recogerlo y rastrear a quien me estuviera amenazando lo más rápido posible.

Todo el tiempo que Axel estuvo hablando con Bianchi mi cabeza estaba en otro lugar.

En el pasado para ser precisa.

Pequeños recuerdos de mi papá me inundaron, pequeñas cosas que indicaban que, en efecto, mi héroe era el líder de una agrupación mafiosa.

Sin embargo, también recuerdo momentos como la ocasión en que papá hablaba con Alice. ¿No se supone que los mayores enemigos de la mafia son los policías? ¿Qué carajos hacía mi papá con Alice?

Cuando mi hermano corta la llamada, decido que por ahora seguiré las instrucciones de Bianchi y cuando se me presente la oportunidad le haré todas las preguntas que necesitan ser respondidas por la seguridad de mi salud mental.

Mi Hermanastro ©|+18| [✔️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora