Mi Hermanastro ©|+18| [✔️]

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Editado 21/12/21 (que fecha tan rara JAJAJA)

Todo lo que Axel dijo ayer nos había dejado descolocados tanto a David como a mí. No había parado de darle vueltas al asunto y ya me estaba comenzando a doler la cabeza de tanto pensar.

Había sido tanta información en tan poco tiempo que aún estaba intentando asimilarlo todo. Por una parte, me siento aliviada de saber que mi papá no estaba involucrado en negocios turbios y del todo ilegales, pero por otro lado me desconcierta saber que él estuvo encargado de asesinatos, que, aunque hayan sido cometidos por órdenes del gobierno, a fin de cuentas, siguen siendo crímenes.

Unos toques en la puerta de mi habitación me traen de vuelta a la realidad y me veo obligada a incorporarme en la cama para sacudir la pereza de mi cuerpo.

—Pase —digo conteniendo las ganas de bostezar.

La semana había estado bastante ajetreada y yo apenas había podido conciliar el sueño. Después de la cena todo en la casa se centró en los últimos preparativos para la boda que será llevada a cabo en la playa privada de la otra casa de Marcos en dos días. El estrés del colegio sumado a las largas noches aguantando la crisis existencial de mi mamá me han dejado agotada. Casi no había tenido tiempo a solas con mi novio y en verdad me siento en suma necesidad de una noche alejada de toda esta faena.

Por eso cuando la puerta se abre y es David quien entra con una taza humeante que huele a café, una sonrisa se dibuja en mi rostro.

—Buenos días preciosa —saluda pasándome la taza con mi bebida favorita y a su paso causando que un centenar de mariposas revoloteen en mi estómago.

Desde que empezamos con nuestra relación el frío e indiferente chico que solía conocer se había esfumado y ahora David era extremadamente protector y detallista. Quizás sea por lo limitado que es nuestro contacto en público, o tal vez lo haga para compensar el poco tiempo que nos podemos permitir juntos, pero sea lo que sea, me encanta.

Tampoco es que lo haya obligado a cambiar ni que le haya puesto condiciones para estar conmigo, de hecho, me había enamorado de él con defectos e imperfecciones incluidas. Su cambio de personalidad era la vívida prueba de que con amor se puede ablandar un corazón frío.

Sí, amor. Últimamente esa palabra ronda mi cabeza más de lo usual y poco a poco me hago a la idea de que quizás lo que siento por David sea eso.

Siento mis mejillas enrojecerse a causa del rumbo que han tomado mis pensamientos y me obligo a redireccionarlos a otra cosa.

—Gracias, amor —le digo haciendo uso del mote que se me había escapado el sábado en la mañana mientras hablábamos de lo sucedido con Bianchi.

Apenas la palabra que tanto me había atolondrado escapó de mi boca me puse roja con un tomate y recé por que la tierra se abriera en dos y me tragara enterita. Sin embargo, para mi gran sorpresa y alivio, David sonrió como nunca y no tardó en hacerme saber lo mucho que le encantaba que le llamara de ese modo. Así que desde ese día él había insistido en que siempre que estuviéramos solos o con personas que supieran de nosotros lo llamase así.

Termino de tomar mi café y me despido de él con un beso antes de que partamos a nuestros respectivos baños para arreglarnos. Últimamente se nos ha dificultado en demasía tener que fingir que no morimos de ganas por besarnos o tomarnos de la mano con libertad, y por ello decidimos que lo mejor será evitar estar juntos en frente de nuestra familia lo más que podamos.

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Había quedado molida después del colegio, el profesor de educación física se había emocionado con los abdominales y mis dos amigas y yo habíamos terminado casi hiperventilando debido al fuerte ejercicio al que nos sometieron, por lo que apenas terminé mi cena me quedé profundamente dormida.