Mi Hermanastro ©|+18| [✔️]

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Editado 09/01/21

Durante los últimos veinte minutos me he dedicado a pasar trozos de algodón remojados en alcohol sobre los nudillos maltratados de mi hermano con la intención de desinfectarlos. De vez en cuando Axel deja salir uno que otro quejido, pero lo reprocho diciéndole que si en primer lugar no hubiera querido estar llorando como bebé, no debió haber salido a pegarle a una pared de ladrillos.

—Eso duele Kareeeen— lloriquea con los ojos cerrados mientras sube y baja sus piernas haciéndolas rebotar contra el piso.

—Pareces un crío, ya cállate— espeto mientras paso dos dedos por mis sienes, el olor a alcohol me está dando mareo y mi hermano no ayuda para nada.

—Ey, ¿estás bien? ¿Tienes mareo? ¿Es el alcohol?— Pregunta cuando nota mi pequeña acción y se me hincha el corazón de amor por el idiota frente a mí.

—Sí, es sólo el alcohol— digo depositando los trozos de algodón ensangrentados en el bote de basura.

—¿Trajiste tu inhalador?— Indaga Axel tomándome por los hombros y forzándome a mirarlo a los ojos.

—Eh-c-creo que sé quedo en casa, pero no te preocupes, estoy bien— aseguro cerrando mis ojos sintiéndome mareada.

—Segura, porque si quier-

—No, así está bien— lo corto.

No me gusta sentirme indefensa, como si mi vida dependiera del maldito inhalador y Axel más que nadie conoce mis debilidades, en especial esa.

El asiente con la cabeza y se mira las manos vendadas.— Gracias— dice levantándolas.

—Sisi, ahora vamos a la habitación, me quiero recostar— lo empujo por el umbral del baño.

Lo guio hasta la habitación principal y cierro las persianas antes de acostarme en la cama de dos plazas.

—¿Te vas a quedar ahí parado toda la vida? ¡Ven Axel!— Lo llamo mientras me corro y hago campo para que se recueste a mi lado.

Puede que sea cosa de mellizos, pero toda la vida me ha pasado que siempre que Axel me mima cuando me siento mal se me pasa, en especial cuando se trata de mi asma.

—¿Quieres ver una película?— Ofrece abriendo la gaveta del mueble en el que se encuentra un televisor plasma demasiado grande para la pequeña mesa en la que se encuentra.

En cuanto la pregunta sale de sus labios, se me iluminan a los ojos.

—¡Quiero ver Harr-
Soy interrumpida por mi hermano

—Que no sea Harry Potter por favor— dice al borde de reírse cuando se da cuenta de lo que estaba a punto de decir.

—Pero esa es mi favorita— me quejo.

—No importa, ya me la he visto demasiadas veces y ya he tenido suficiente— reprocha muy decidido.

Pongo mi mejor cara de perrito perdido —Axel — pido nuevamente.

—Hagamos algo, si ves el conjuro conmigo, la siguiente que veremos la escoges tu. ¿Te parece?

Asiento con la cabeza a regañadientes y mientras mi hermano pone la película mis ojos se pasean por la  habitación.

—La tenemos que ver toda, no vale decir que tienes miedo, sé muy bien que no eres de esas— demanda Axel sacándome de mis pensamientos.

—Vale— accedo.

Axel se sube a la cama y nos acomodamos, yo recuesto la cabeza en el pecho de mi mellizo, y le rodeo la cintura con el brazo derecho sintiendo que el dolor de cabeza comienza a cesar.