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Editado 20/08/21

ADVERTENCIA: El siguiente capítulo contiene escenas no aptas para menores de 18.

Por comodidad señalaré dichas escenas con (***)

(***)

Palmeo su longitud sobre la tela del pantalón y siento cómo mi ropa interior se humedece. Como respuesta ante mi tacto, él separa su boca de la mía y deja salir un suspiro entrcortado. La cercanía me permite detallarlo con cuidado, y noto que sus pupilas están muy dilatadas causando que sus ojos luzcan más negros que azules.

Su boca comienza a repartir pequeños besos húmedos por la extensión de mi cuello haciendo que pequeños gemidos salgan de mi boca. Se detiene en mi clavícula y al notar como todo mi cuerpo se estremece comienza a morder y chupar con delicadeza haciendo que me vuelva loca.

Mientras tanto, mis manos se enfocan en bajar su cremallera torpemente y cuando por fin puedo deshacerme de la barrera de sus pantalones, él me ayuda a quitárselos con apuro.

—No sabes lo mucho que me pone cuando tomas la iniciativa preciosa —murmura dejando los pantalones en el suelo.

Yo me remuevo incómoda y siento cómo poco a poco mis mejillas se tornan coloradas haciendo que David suelte una risa ronca.

—Y tú no sabes lo mucho que me pone esa risa tuya —susurro de vuelta, tratando de ignorar los nervios.

Porque sí, aun soy virgen. Supongo que mi falta de experiencia se debe notar, así que se me hace extraño que David aun no haya hecho algún comentario al respecto.

De repente siento como la mano de David de comienza a deslizar por mi muslo haciendo que me quede tiesa.

No sé si esté lista para esto.

Él parece notar mis dudas, pues su mano se detiene en seco y su rostro se torna confuso.

—Preciosa, no te voy a obligar a hacer nada que no desees, pero necesito que me lo digas. No siempre voy a tener el autocontrol suficiente como para leerte —su ceño se frunce y deposita un casto beso sobre mis labios antes de apartarse de mi para recostarse de espaldas a mi lado.

Tomo aire nerviosa y me tapo la cara con ambas manos sintiéndome realmente apenada. De inmediato las gigantescas manos de David retiran las mías y sus ojos se topan con los míos luciendo demandantes.

—Dime Karen, si no me hablas no sabré que hacer, y contigo me importa. Tú me importas — dice haciendo que mi corazón deje de latir por un instante.

Me escondo en su pecho y abrazo su cintura.

—David, yo todavía soy virgen —mascullo en una diminuta voz.

Él se queda totalmente quieto y siento como su respiración se vuelve más elaborada. Me despego de golpe, asustada por su reacción.

Me llevo una enorme sorpresa al toparme con su mirada cargada de deseo. Su mano se acomoda en mi cintura y de un gentil tirón todo mi cuerpo se une al de él. Siento su gigantesca erección clavarse en mi abdomen bajo y toda la vergüenza deja mi cuerpo.

—Mierda Karen. ¿Cómo es que no lo has hecho? Mírate, todos deben estar locos por ti. Joder, eso me ha puesto muy duro preciosa —susurra moviendo su mano sobre mis costillas.

Un minúsculo gemido sale disparado de mis labios y en un acto de valentía me abalanzo sobre el de manera que mis piernas quedan a cada lado de su cuerpo y todo mi peso queda sostenido sobre ellas. Bajo mi cabeza hasta su cuello y lo muerdo con suavidad.

—¿Supongo que no te molesta entonces? —Cuestiono lamiendo su cuello.

El niega repetidas veces con la cabeza poniendo sus manos en mis caderas para atraerlas hacía el, dejándome sentada sobre su erección como la vez pasada.

Mi Hermanastro ©|+18| [✔️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora