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Editado 13/01/21

¿Alguna vez he mencionado lo mucho que detesto los lunes? Porque si no, déjenme hacerles saber que los aborrezco, es más, los desprecio con cada gramo de mi ser.

De un manotazo apago la alarma de mi celular y perezosamente me levanto de la cama. A estas horas de la mañana mi cerebro no funciona bien así que hago lo que puedo para verme decente una vez salgo de la ducha.

Abro la puerta de mi habitación y soy recibida por un agradable olor a café que me hace sonreír, pues si hay algo que amo en esta vida es una buena taza de café para pasar la pereza. Así que con energía recién descubierta bajo las escaleras en busca de mi bebida favorita.

Al llegar a la cocina me encuentro con que mi hermano, David y Marcos ya están todos desayunando mientras mi mamá está preparando unos huevos con tocino en la estufa.

Observo por el rabillo del ojo cómo Axel y David se ríen como niños pequeños de algo en el celular de mi hermano, pero decido ignorarlos y concentrarme en mi delicioso café.

"Buenos días," saludo mientras me sirvo una taza de la oscura bebida. Mi mamá, al escucharme se da media vuelta y con la mano que tiene vacía me saluda "Karen, hola hija," dice sonriente antes de volverse a concentrar en freír los trozos de tocino.

Con la taza de café en manos me dirijo a la barra y me siento en una butaca al lado de mi mellizo que ni se molesta en saludar. Le doy un trago a mi café y saboreo la amargura dejando que me despierte por completo.

Estoy tan concentrada en ello que me llevo un gran susto y derramo gran parte del café caliente sobre mi mano cuando mi hermano deja salir un grito incrédulo.

—¿Pero qué dices? ¿Tan pronto? Pensé que todavía estaban de amigos— dice en un tono de total sorpresa.

Le lanzo una mirada fulminante y siseo.

—Auch— agito mi mano en un patético intento de aliviar el ardor en ella, pero mis intentos son en vano. Ya veo una gran marca roja formándose donde cayó parte de la hirviente bebida.

En segundos mi hermano ya está a mi lado.

—¿Qué sucede? ¿Estás bien?

Soy bombardeada de preguntas no sólo por parte de Axel sino de mi mamá y Marcos.

Intento no sentirme desilusionada cuando David no dice nada y se levanta de la mesa para luego irse de la casa. Parece que nuestra charla del sábado ya se le olvidó porque otra vez se está comportando como un total idiota.

Dejo de lado mis pensamientos de David y con una sonrisa le digo a mi mamá que no es nada. Ella, aunque no parece muy convencida deja que sus ojos se paseen un rato por mi sonrojada mano y vuelve a la estufa.

—¿Quieres hielo para eso?— Inquiere mi hermano cuando me ve intentando mover los dedos cosa que hace que una mueca de molestia se apodere de mi rostro.

Lo miro mal y asiento con la cabeza. —¿De qué hablaban tú y David? Parecías muy sorprendido— cuestiono cuando la curiosidad me gana.

Axel me pone el paquete de hielo envuelto en una toalla encima de la mano y dejo salir un gemido de alivio.

—No sé si lo sepas pero parece que Luisa y Simón ya están de novios— dice Axel haciendo que de un salto.

Mi Hermanastro ©|+18| [✔️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora