Capítulo 45

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Mientras caminaba por la habitación, los hombres se acercaban a ella. Los Dom. Había hablado con ellos un poco, pero cuando les preguntaban si quería jugar, ella los rechazaba. Una mujer la encaró, luego otro hombre. Después de vagar de nuevo hacia la zona de las esposas, se detuvo a mirar. ¿Cómo sería ser una de esas personas cuyos brazos estaban atados de esa manera? Una mujer estaba encadenada mirando hacia la pared, y otra mujer en un catsuit de cuero de color rojo oscuro empuñaba un palo largo a través de su espalda y cadera, comenzando ligeramente, pero ahora _________ podía ver que la piel se ponía roja. Su estómago se acobardó hasta que ella se dio cuenta que los guturales gemidos de la sub no eran, obviamente, por quejarse de dolor.

Un hombre de unos cuarenta años con un traje negro se detuvo junto a _________, miró a las mujeres, y luego miró a _________. —¿Es esta tu primera vez aquí? —Um. Sí. No sé mucho sobre esto. —Cuando ella lo miró a los ojos, tuvo esa sensación de debilidad casi como le hacía sentir Niall sólo que sin el Dios-­‐yo-­‐te-­‐quiero sacudiéndola. —Um.

Él le sonrió y se acercó un poco más, invadiendo su espacio personal. Deliberadamente. Sus oscuros ojos marrones la observaban, recordándole tanto a Niall que le cortó la respiración.

Cuando él frunció el ceño, empujó a Niall hacia atrás de su mente. Este Dom medía casi un metro y ochenta centímetros con anchos hombros. Cabello negro moteado de plata bien recortado. Su rostro parecía finamente cincelado, casi aristocrático en comparación con los rasgos ásperos de Niall Pero tenía la misma abrumadora sensación de autoridad. —¿Has venido con alguien? —Su voz era profunda y suave. Ella negó con la cabeza.

—Luces como que te gustaría jugar. —Él hizo la declaración y esperó su respuesta.

—Um. Sí. Un poco. —Me parece. Se mordió el labio. Parecía agradable y definitivamente experimentado. No se pavoneaba como el primer Dom que había conocido, y no presionaba ni tocaba de inmediato como el segundo Dom. Tenía el aire de confianza que Niall y Greg tenían, como que podrías sacudirlo en cualquier situación y él sabría qué hacer.

Y él la miraba de la misma manera que Niall lo hacía.

Le tendió la mano. —Mi nombre es Simon. Yo no soy nuevo en la comunidad si deseas preguntar primero. Tú necesitas sentirte cómoda con la persona que elijas. Y yo comienzo lento.

—Soy _________. —Ella le estrechó la mano y luego vio a Ángela a unos cuantos metros más atrás, observando. La mujer sonrió y asintió con la cabeza con aprobación.

Simon se volvió y saludó. —Ángela, —dijo. A medida que la Domme se acercaba, Simon inclinaba la cabeza, mirando de una a la otra. —¿Tuya?

—No. Es una amiga y yo soy su niñera mientras se familiariza en el lugar. —Ella miró a _________.

—Tiene experiencia y es altamente estimado, y... —sonrió —estricto pero justo.

Los labios de Simon se curvaron. —Toda una referencia.

_________ tomó una respiración. Momento de decisión. Era guapo y, definitivamente, un Dom, pero no sentía ninguna atracción sexual en absoluto. Sin embargo, ella tenía que comenzar en alguna parte. —Creo que me gustaría probar.

Simon tendió una mano casi tan grande como la de Niall Ella puso su mano en la de él, sintiéndose segura y asustada al mismo tiempo, pero aún nada sexual. Eso parecía extraño.

Para su sorpresa, él no la llevó hacia el aparato, sino a un sofá cercano. Se sentó junto a ella, manteniendo la mano en la suya. —¿Has hecho cosas relacionadas con el BDSM antes?

Ella se sonrojó.

—Me lo tomaré como un sí. —Le masajeó suavemente la mano. —¿Amarres?

Ella asintió con la cabeza y continuó asintiendo mientras él hacía mención de una lista: abrazaderas de mama, nalgadas, y juguetes. —¿Sexo anal?

El recuerdo de esa cosa, el dilatador, que Niall había introducido en ella la hizo estremecerse.

—No. En realidad no.

Él se rió entre dientes. —Ya veo. ¿Látigo, azotes? Ella se alejaba de él. —No es algo que haría con una nueva sub, de todos modos. No la primera vez. —Él le apretó su hombro desnudo, su agarre más confortante que sexual. —¿Sumisión? ¿Órdenes? ¿Posiciones?.

—Algunos.

—Excelente. —Apuntó al piso. —Muéstrame lo que has aprendido.

Ella se bajó del sofá sobre sus rodillas, poniendo las manos detrás de su espalda, demasiado avergonzada para abrir las piernas, a pesar de que había llevado ropa interior.

Él levantó una ceja. —Él debe de haber sido nuevo en el tema para que te haya enseñado tan pésimamente.

Su rostro quemaba por el calor, pero la idea de él pensando mal de Niall le hizo extender sus piernas abiertas como le había enseñado. —Lo siento, señor —susurró.

—Ah. Pudor en lugar de una enseñanza inadecuada. —Él la estudió durante un minuto. Prolongado. Ella mantuvo sus ojos en sus rodillas. —Mírame, _________.

Lo miró. Él se inclinó hacia delante y pasó un dedo sobre la parte superior de su corpiño, tocándola, recordándole a...

Debe de haber visto el sobresalto que no pudo ocultar. Su mano cayó. —Hábleme sobre el Dom que te enseñó. ¿Cuánto tiempo estuviste con él? —Cuatro días.

—Deben haber sido unos cuatro días muy intensos. —Él se recostó en el sofá, los ojos fijos en su rostro. —Cuando estabas aprendiendo todo esto, ¿también tuvieron sexo?

Por un segundo, ella lo quería a Niall tan desesperadamente que podría haber llorado. —Sí. — susurró.

La sonrisa de Simon era apenas perceptible. —A ti, evidentemente, te importa él, _________. ¿Por qué estás aquí?

Ella miró hacia abajo. ¿Cómo iba a contarle a un perfecto extraño sobre sus dudas? Una mano debajo de su barbilla inclinó la cabeza hacia arriba. Él atrapó su mirada con la suya. — Respóndeme.

—No estaba segura si lo que sentía era debido a la... las cosas relacionadas con la sumisión o debido a él. Pensé que debía conocer eso.

Él la liberó. —Asombrosa perspicacia, mascota. ¿Y qué has descubierto?

—Creo que es él. —La respuesta se sentía correcta y, sin embargo exponía todo tipo de otros problemas.

—Creo que tienes razón. Pero tú eres sumisa, sin lugar a dudas, _________. Si no funciona con tu hombre, ten eso en mente cuando busques a otro. —Simon se echó hacia atrás, apoyó los brazos en el respaldo del sofá, y la observó. Sexual o no, todavía se sentía vulnerable bajo su oscura mirada. —El BDSM no tiene que ser sobre el sexo, ya sabes. ¿Te gustaría probar algunos de los aparatos sin tener que preocuparte por eso?

—¿En serio? —Echó una mirada a las esposas, dándose cuenta de que las mujeres se habían

ido.

Catsuit: prenda de vestir ajustada que cubre todo el cuerpo.

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Master of the MountainDonde viven las historias. Descúbrelo ahora