Capítulo 44

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―Suficientemente bueno. ―Niall se dejó caer en el extremo de la cama y miró el reloj. Las condenadas dos de la mañana. ―Y, ¿Greg? Sobre tus llamadas para despertarme. Vuelve a hacerlo, y voy a reventar tu cara. Y no será a causa de una pesadilla de mierda. ―Whoa. ―_________ entró en El Refugio Oscuro y se detuvo en seco cuando una mujer desnuda la pasó al trote. Una música dura y desagradable provenía desde la parte posterior de la discoteca. Sofás y sillas dispersos aquí y allá formaban pequeñas áreas aisladas. Más mesas y sillas resaltaban a un lado cerca de una larga barra de metal. Gente en todas partes, el aspecto rudo predominante. Un hombre caminaba vestido sólo con tatuajes y un taparrabos. Montones de puños para muñecas, esposas, y puños para tobillos tanto en hombres como en mujeres. Algunas mujeres estaban vestidas como Ángela. Botas de látex altas hasta el muslo con tacones de aguja, ceñidos látex que empujaban las tetas hacia arriba, brazaletes de metal. No eran mujeres que quisieras encontrar en un callejón oscuro, sin importar lo breve que fuera. Una de ellas llevaba un látigo pegado a su cinturón. Otras mujeres vestían nada más que los puños. Algunas hacían topless. Había sostenes y ropa transparente y minifaldas.

Ángela se echó a reír y colgó un brazo alrededor de _________. ―Bienvenida a lo excéntrico e inolvidable.

―No me digas. ―_________ sacudió la cabeza. ―Me siento como Alicia en el país de las maravillas. ―Gracias a Dios que había buscado una guía. De lo contrario este lugar podía abrumarla totalmente. Definitivamente había conseguido una guía maravillosa. Después de llegar a la casa de Pepper con un montón de ropa para _________, la Domme había dispensado consejos de moda y, luego apoyo moral después de escuchar la historia de _________.

_________ se alisó la falda plisada de vinilo, deseando que fuera dos o tres pulgadas más larga. Pero al menos la falda entera escondía sus caderas bastante bien, y el corsé negro disimulaba su estómago de forma agradable.

Ángela pasó la mano por su brazo. ―Te ves divina, y yo sigo pensando que es una pena que no camines a mi lado por la calle. Ahora ve a dar una vuelta. Yo me voy mantener a distancia para que la gente no crea que estamos juntas. De lo contrario ningún Dom se te va a acercar.

_________ miró hacia la barra. Un par de cervezas vendrían realmente bien en este momento.

Ángela le siguió la mirada. ―Nada de alcohol para ti. El BDSM y la alteración del juicio no van bien juntos. Especialmente si tú y tu superior no se conocen entre sí.

Dos mujeres pasaron rozándola, una un paso más atrás llevando un gran collar de cuero como el de Thor. Huh. _________ frunció el ceño. Un sorprendente número de personas, sumisos, llevaban collares, por lo general acompañados por sus Doms. Cuero con tachas, cuero ancho que mantenía la cabeza de la persona en alto, de acero fino. La mayoría tenía anillos, algunos con cadenas que iban a las abrazaderas de los pezones o a los puños de las muñecas. Los ojos de _________ se estrecharon.

Esa noche en la habitación de Niall Greg había dicho algo... "¿No le pones un collar, hermano?"

—Esos collares, —_________ le dijo a Ángela abruptamente. —¿Qué significan?

—Eso varía. —Ángela sonrió a una mujer encadenada a la pared. —A veces simplemente resultan útiles. —Luego asintió con la cabeza hacia una pareja gay. —Pero para gente como Alan y Peter, con una relación Dom/sub a tiempo completo, un collar es equivalente a un anillo de bodas. O a veces, también puede significar que estás en una relación Dom/sub, y no estás disponible. Meggie lleva el collar cuando venimos aquí. Relaciones. ¿Qué había dicho Niall? "No soy un maestro de tiempo completo".

—Simplemente significa un compromiso. Ya sabes, una relación estable.

"Basta, cabrón", Niall había gruñido "No va a pasar".

_________ se llevó los dedos a su cuello, para recordar cómo Niall cerraría la mano en su garganta, nunca lo suficiente para cortarle la respiración pero lo suficiente para demostrar su control. Un collar sería un símbolo de ello. Su control. Y compromiso. ¿Por qué él no había...?

—Cariño, deja de pensar en el pasado. Estás aquí para divertirte. —Ángela le dio unas palmaditas en el brazo a _________. —Recuerda, si no funciona para ti o si te sientes incómoda, simplemente di no. Voy a estar cerca.

Divertirse. Aprender algo. Seguir adelante. —Gracias, Ángela.

—Chica, tú ya me pagaste de más. Esa imagen que dibujaste de Meggie arrodillada sumisa es lo más bonito que he visto nunca. —Ángela le dio una sonrisa maliciosa. —Además, me gusta observar a los novatos en el club. Ahora ve a buscar tú misma un Dom.

_________ tomó una fortificante respiración y se dirigió a través de la multitud, tratando de no mirar estúpida y abiertamente a... todo. Las representaciones bien iluminadas en la pared derecha e izquierda tenían multitudes a su alrededor; en una había dos hombres que demostraban cómo atar a una mujer desnuda con un trillón de cuerdas y suspenderla desde el techo. En la escena de la derecha había un anciano blandiendo un látigo. El crujido y las ronchas rojas que aparecían en el joven amarrado a un poste le revolvieron el estómago a _________.

Ángela dijo que bajara las escaleras para conocer gente y, de hecho que utilizara los aparatos. _________ presionó la mano sobre su estómago para calmar su nerviosismo y parpadeó al sentir el látex apretado. Después de mirar por encima del hombro para asegurarse de que todavía tenía su escolta, se dirigió hacia abajo por las escaleras y se detuvo en el último peldaño.

Un extraño aparato estaba instalado por todas partes: marcos en forma de X, marcos en forma de cruces, se veían mesas con forma de caballo. Había esposas colgando de una viga baja. Mesas largas, a la altura de la cintura, recubiertas de cuero tenían personas amarradas sobre ellas. Un Dom goteaba cera sobre los pechos desnudos de su sub. _________ se estremeció. La música del piso de arriba apenas se oía sobre el sonido de látigos y otras cosas golpeando carne y los gemidos, quejidos y gritos.

Bueno, ella no tenía que hacer nada, ella no quería hacer eso, ¿verdad? Miró a su alrededor, tratando de parecer disponible. "No te acerques a un Dom", Ángela le había aconsejado. "Todos los movimientos son de su ellos". 

Master of the MountainDonde viven las historias. Descúbrelo ahora