Capítulo 11

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Su expresión contenía simpatía solamente. Y curiosidad. ―Thor es intimidante, lo sé, pero nunca he visto a alguien tan asustado de él. ¿Por qué?

Ella se deslizó fuera de su regazo para sentarse junto a él antes de señalar al perro para que se aleje unos metros de distancia. Apenas logró contenerse para arrastrarse al regazo de Niall otra vez. ¿Por qué el perro no se iba?

Los dedos callosos tomaron su barbilla y levantaron su cara, obligándola a quitar los ojos del perro. Pensativamente, él la estudió. ―¿Por qué tanto miedo a los perros?

Ella no quería recordar nada de eso. Nunca. Olvídate de hablar de ello. Trató de mover la cabeza. Dios sabía que su voz no iba a funcionar bien.

Él no la liberó. Su voz profunda. ―_________ respóndeme.

―Uno me m-­‐mordió.

―Cuéntame, dulzura. Puedo ver que hay más que eso. ¿Cuándo ocurrió?

―Cuando tenía diez años. ―Bajo la intensidad de su mirada, las palabras salían por ella, feos recuerdos que no había podido compartir con nadie. ―Estaba patinando en el parque y un perro... ―El recuerdo del perro se había borrado de su mente. Sus puños se apretaron, y apartó la mirada. ―No, mírame. Cuando su mirada volvió hacia él, le pasó sus cálidas manos hacia arriba y hacia abajo por sus brazos.

―Cuéntame más. ¿Cómo era de grande el perro?

Se estremeció al recordar cómo la había atacado, gruñendo, mostrando los dientes, el pelo en la espalda erizado como el perro de aquí. El perro. ¿Dónde estaba Thor? Se dio la vuelta.

Niall ahuecó sus manos alrededor de su barbilla. ―Mírame, dulzura. ¿Un perro grande?

Ella asintió con la cabeza y encontró que su voz funcionaba. En su mayor parte. ―Grande. ―No había palabras para describir el tamaño del mismo. ―Vino hacia mí, gruñendo, y traté de salir corriendo.

Él hizo una mueca.

―Sí. El médico dijo que no debería haber corrido. Pero me iba a atacar de todos modos.

―Lo tengo. ―Le soltó el rostro y la levantó, sentándola nuevamente en su regazo. Sin hablar, la sostenía contra él. Sus brazos rodeándola eran poderosos, su pecho sólido. Nada más podía pasarle. Apoyó la cabeza en su hombro y suspiró.

―Continúa. Sácalo todo, ―dijo. ―Corriste. Entonces, ¿qué?

―Él atacó, se apoderó de una de mis piernas. Caí. ―Su cabeza se había agrietado contra el hormigón, y el dolor había estado en todas partes, golpeando una y otra vez. ―Eso... Podría haber muerto, sólo que grité. Un hombre tenía un bate de béisbol.

―Dios, mi amor. ―Los brazos de Niall se apretaron. ―Eras sólo un bebé.

―Me cosieron lo mejor que pudieron, pero ―ella se encogió de hombros ―Tengo las cicatrices. ―Podía oír a sus compañeros de clase burlándose, "Fea, fea, fea". ―Bueno, voy a darles una mirada más cercana más tarde, ―dijo.

Ella se puso rígida. ―No lo harás.

Él se rió entre dientes y luego la levantó como una muñeca, colocándola en el tronco entre sus piernas con la espalda contra su pecho. ―Mientras tanto, tú y Thor necesitan hacerse amigos.

―De ninguna manera. ―Intentó ponerse de pie, y un brazo como de hierro se cerró alrededor de su cintura.

―Dame la mano. ―Se estiró a su alrededor y puso la palma de su mano delante de su cintura.

―_________.

Cuando él usaba esa voz, ese tono, ¿por qué ella le obedecía? Ella no era así en absoluto, sin embargo, él la hacía sentirse muy segura. Su mano se deslizó en la de él.

Su voz afectuosa. ―Buena chica. ―Él se movió apenas. ―Thor, ven aquí y saluda a la dama.

Thor caminaba tranquilamente hacia ellos. Cuando _________ trató de retroceder, el cuerpo inflexible de Niall detrás de ella lo impidió. La mano libre se ella lo apretó con fuerza, clavándole los dedos cuando el perro se acercó.

Los ojos del perro parecían maliciosos, y ella no pudo ahogar un gemido.

La mano de Niall sostenía firme la de ella mientras el perro olfateaba sus dedos. ―Es una amiga, Thor. Deja de meterte con ella, ha pasado un mal momento.

Como si entendiera, el perro levantó la vista. Ella estaba temblando incontrolablemente, queriendo sólo correr. El perro olfateó su mano de nuevo, y entonces le lamió la palma.

―Me quiere comer, ―susurró. ―Por favor, por favor, déjame ir. Una carcajada resonó en su oído. ―No, cariño. Yo soy el que te va a comer. Thor sólo lame a la gente que le gusta. Es su versión de un abrazo.

―¿En serio? ―No había estado tan cerca de un perro desde el ataque. Había cruzado la calle para evitar cualquier cosa más grande que un poodle miniatura. Si la gente tenía perros, no los visitaba. ―Mira sus dientes. ―Afilados y enormes y salvajes.

―Thor es una mezcla, un mestizo. Calculamos que es parte pastor alemán, parte siberiano y parte collie. ¿Recuerdas a Lassie? Lassie era un Collie. ―La voz pragmática la consoló mientras Niall se apoderaba de su mano, obligándola a acariciar la cabeza de Thor.

La cola del perro se movió ligeramente, de ida y vuelta. Incluso _________ sabía que era una buena cosa. Niall no se detuvo, haciéndole acariciar al perro una y otra vez.

―Ahora los perros esquimales tienden a ser tímidos y no les gusta la gente, ―dijo Niall su voz un murmullo en su oído. ―Pero los pastores son tíos inteligentes y quieren estar con los seres humanos, ya que se aburren fácilmente. Los Collies son protectores naturales. Lo que sea que necesite ser salvado, el collie es su perro. Las tres razas están acostumbradas a trabajar con el hombre.

Los músculos de _________ se habían relajado, y después de un segundo, se dio cuenta que él había liberado su mano. Ella estaba acariciando al animal por sí misma. Y él se lo permitía. Quitó su mano hacia atrás. ¿Niall la soltaría ahora?

El perro se movió hacia adelante. A _________ se le cortó la respiración y se encogió hacia atrás contra el inamovible cuerpo a sus espaldas.

Otra pata se movió hacia delante, y entonces el perro puso la cabeza sobre sus rodillas y se apoyó pesadamente sobre su pierna. Grandes, oscuros ojos la miraron, y su demanda no podría haber sido más evidente si hablara. Acaríciame un poco más.

Esto... él... no era un monstruo. Su risa quedó atrapada en un sollozo, pero se las arregló para poner su mano sobre la cabeza y acariciar su pelaje. Suave pelo.

―Muy bien, cariño. ―Niall besó el costado de su cuello. ―Has hecho un amigo, y Thor tiene a alguien más para darle la lata acariciándolo. Un buen trabajo diario.

Él la depositó sobre el tronco a su lado antes de levantarse. Inclinándose, puso un duro beso sobre sus labios, luego, chasqueó los dedos al perro y continuó por el camino. _________ los observó hasta que desaparecieron en una esquina del bosque.

Bueno. Ella había acariciado a un perro, y él había movido la cola y la lamió. Su respiración y la frecuencia cardiaca aún seguían siendo demasiado rápidas, pero sonrió. A él le gustaba ella. Y Thor le caía bien.

Se puso en pie y tuvo que aferrarse a un árbol hasta que sus rodillas pararon de tambalearse. Comenzando a bajar por el sendero, se acordó de algo que Niall había dicho. No, cariño. Yo soy el que te va a comer.

El rubor comenzó en la cara y no se detuvo hasta sus curvados dedos dentro de sus zapatillas.

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Master of the MountainDonde viven las historias. Descúbrelo ahora