Capítulo 4. Opciones.

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Llegó al departamento en menos de una hora, allí encuentro el silencio y tal como había deseado una total soledad. Me quito la ropa, cambiándola por la comodidad de otras prendas de vestir, ya una vez hecho paso por la cocina en búsqueda de comida en el refrigerador del que tome una manzana, para al fin dejarme caer en uno de los sofás ubicados en la sala de estar.

Ahora con todo lo necesario y a medida que comía de mi aperitivo comencé a leer los documentos entregados.

El contrato perdura por un año, el sueldo es bueno y no existe casi ningún requisito extremista, aparte de vestir de traje a juego con el otro trabajador, que resultan estar compuestos por un traje negro a juego con una camisa blanca. Los horarios no están para nada mal, los domingos eran totalmente míos y puede que uno que otro día en la semana, dependiendo de las circunstancias.

Escucho la puerta principal siendo abierta, apartando mis ojos de las hojas que sostengo para encontrarme con Erick, quien al verme sonríe ampliamente.

— ¿vamos a celebrar? —dice sin más.

Él es el tipo de persona que le gusta pasarla bien, le gusta divertirse, hacer fiestitas, sociabilizar y creo que se debe a la gran familia que tiene, tambien es importante destacar el que es poco probable el verlo molesto.

— había olvidado que es en lo único en que piensas —comentó con desgana y guardando las hojas que he estado leyendo.

— al menos agradécemelo —comenta ofendido por mi poco entusiasmo— tienes trabajo.

Tiene razón, debería de agradecérselo, pero cuando estoy por hacerlo desaparece de mi vista al entrar en la cocina, de donde vuelve con un vaso de agua tomando asiento en el otro sofá a juego de color damasco que está a mi derecha, los cuales según él se los había obsequiado una tía.

Sin embargo, no comente sobre los sofás en su debido momento y no lo hare ahora, tambien cambio de parecer con la idea de agradecer...

— tienes razón, como dijiste, debería de agradecerlo a Patrick, pero no lo voy a hacer, así que te las doy a ti.

Apenas dije eso su expresión alegre cambia, yo por mi parte me encamino a mi habitación para dejar allí la documentación sobre un mueble.

— ¿estas molesto por ello? Y si lo estas, no deberías de estarlo amigo, simplemente agradecer y dejarlo estar, dejarlo ir como dijo Elsa.

— no voy a profundizar en este tema, pero lo único que diré es que deberías habérmelo mencionado, como detalle —digo ignorando su referencia a un personaje de Disney.

— pues deberías, deberías superar ciertas cosas, no insistir en las molestias, en hechos que fueron del pasado, son familia...

Suspiro, me estoy comenzando a molestar, a irritar y no quiero hacerlo.

— no insistas Erick —pido sumamente serio, tomando asiento donde he estado y mirándolo— y es asunto mío, y creo que tengo el derecho a querer mantenerlo lejos, más aún ahora, por si lo olvidaste, se va a casar con mi ex.

Me contempla por unos segundos para asentir y decir:

— vale.

Se lo agradezco con una sonrisa forzada al tiempo que tomo mi celular y comienzo a jugar con el hasta que pregunto:

— ¿Cómo te lo ofreció?

— me dio la propuesta hace dos semanas, nos reunimos una cafetería y hablamos, en un principio pensé que era para mí, pero me aclaro que no y que sabia que se acercaba el termino de tu condena, supongo que quiere remediar algo de todo el mal que ha hecho. Tambien me pidió que no te dijera de esto, pero supongo que por la empresa que es, tienen la documentación de las personas para contratarlas, las investigan y todo... así que, si lo sabes, no estoy tan equivocado.

Ella es mi Jefa. SIN EDITARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora