Capítulo 23. Su hermana menor.

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Luego de esa llamada y esos mensajes, no los hubo más. 

Comenzaba a frustrarme todo esto, era consciente de que luego de quizás cinco años sin tener ningún problema a mi alrededor, estos vendrían ahora...es solo que no entiendo cómo es que todo se volvió abrumador. En silencio observe a Erick abrazar a Jane, mientras se encontraban en el sofá abrazados viendo una película que a la mujer le encantaba y de la cual yo había dejado de ponerle atención.

Baje mi mirada hacia el celular que sostenía en una de mis manos, todo el dia que estuve trabajando me la pase observandolo. Apenas era jueves y todo se había ido al diablo en cuestión de segundos, lo más probable fuera que esta era la manera de decirme el destino que todo lo que sucediera podría llegar a ser una mierda.

Llamaron a la puerta y mire a la pareja.

- ¿están esperando a alguien o pidieron pizza?

- Danny dijo que traería la cena -informó Erick, colocándose de pies- ambos han estado un poco depresivos así que llame al desquiciado para que animará el ambiente.

Intercambio una mirada con Jane, la cual solo le resta importancia moviendo sus hombros.

- comida china y charla motivacional. No hay nada mejor que esto -es lo que dice Desqui entrando con dos bolsas grandes y con mi perro.

- Martini.

Llamo al pequeño canino que corre hasta mí para lengüetear mis manos y menear con fuerza su cola, mientras que quienes desconocían el nombre del perro se quedaron mirándome como si estuviera mal de la cabeza.

- Martini, es ¿en serio? No podías ponerle Firulais o Doggis -exclama Erick a lo que Jane se ríe a gusto.

- son nombres muy comunes -informo tomando a mi pequeño amigo peludo.

- se me antojo una copa -soltó de la nada Desqui, a lo que ambos lo miramos confundido.

Al menos había comprobado que funcionaba sin tener el cono o esa cosa alrededor del cuello. Entre risas y comentarios tomamos asiento en el living, dejando el montón de comida que había traído el recién llegado sobre la pequeña mesa de centro. Entre peleas Desqui logró persuadir a Jane, de que era mejor colocar una película de acción a que la romántica que estaba viendo. a A lo que luego dejamos de ponerle atención cuando sacamos temas vergonzosos del pasado.

- una vez, una chica me dejo plantado durante dos horas en una plaza -comenzó Desqui- jamás llegó y yo había llevado un ramo de rosas.

- ¿Qué hiciste? ¿Las tiraste? -preguntó Jane, totalmente interesada.

- busque a la abuelita más linda y le obsequie todo -confesó sonriendo al recordarlo.

Recuerdo que eso dio de que hablar en el vecindario, pues al parecer a algunas de las viejas les encantaba andar hablando de nosotros y malinterpretar todo.

- yo, una vez -empezó esta vez Erick, mirando hacia arriba de manera cómica- robe un carro de patrulla -todos nos quedamos sorprendidos- apenas tenía quince, así que lo único que me obligaron a hacer fue trabajo caritativos.

- esa es la que va en el número uno -exclama Desqui alzando sus palillos- ¿Jane?

La chica mira a todos lados.

- pero si soy la única chica.

- bueno las damas al último. Te toca, Ben -dice moviendo sus cejas. Este tipo casi se sabe todos mis momentos vergonzosos.

- una vez... -era algo difícil de decir a viva voz- que esto no salga de entre nosotros cuatro -advierto a lo que Erick y Desqui, se parten de la risa- mis padre habían puesto una alarma contra incendio, para evitar accidentes. El caso es que un día, me estaba bañando y de la nada sonó. Salí de casa, solo con una toalla y justo en la casa de al lado había un cumpleaños de una niña de cinco años. Todos estaban en el patio, fue horrible.

Ella es mi Jefa. SIN EDITARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora